jueves, 6 de octubre de 2011

Amaso barro...


fuiste ha tiempo ya

solo en días fríos

amaso barro


sábado, 9 de julio de 2011

Instantes

Reseña de libros




La lectura de haikus produce adicción. Eso hay que saberlo. Son una constante seducción. Y más cuando pertenecen a lo más sobresaliente del haiku japonés (desde el siglo XV hasta el XX), que es lo que nos ha entregado José María Bermejo en un libro bilingüe extraordinario, editado por editorial Hiperión:
Instantes. Nueva antología del haiku japonés.
Imposible mayor cuidado y mejor traducción. ¿Quién puede perderse un libro así?

"está el haiku / en el viento de otoño, / pero está en todo..." (de Takahama Kyoshi, 1874-1959).





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Amigos, seguidores, visitantes de este espacio:


Por razones de fuerza mayor y en forma transitoria - éso espero - dejaremos de publicar en Haiga.


Algunos de sus miembros hemos vivido acontecimientos muy especiales, de gran felicidad en los últimos meses, y otros de inmensa pesadumbre que también debemos transitar.


Hasta entonces, muchas gracias a tod@s.




viernes, 8 de julio de 2011

SUNSHINE AWARD




Este blog ha recibido el premio -Sunshine - Award- de manos de
http://aomaraluz.blogspot.com/ o lo que es lo mismo, de la querida AomaraLuz.

Lo recibo y agradezco en nombre de Haiga todo.

Según las normas debemos nominar a otros blogs y entregar a su vez esta distinción.

PREMIO SUNSHINE AWARD, nominado por http://haigahaikai.blogspot.com/ENHORABUENA


Las reglas del premio :

1- Agradecérselo a quién te lo ha dado

2- Escribir un post sobre ello

3-Entregarlo tú mismo a 12 blogs que consideres que se lo merecen

4- Poner un enlace de los blogs premiados

5- Mandar un correo o comunicado comunicándoselo



* http://gomennasai-watashiwa.blogspot.com/

* http://tardesdemateycuentos.blogspot.com/

* http://fractalpolis.blogspot.com/


En este momento hemos nominado a los tres blogs amigos que se indican, iremos completando la totalidad en sucesivas nominaciones.



Un abrazo a tod@s. Muchas gracias !

sábado, 2 de julio de 2011

LA MUJER EN EL HAIKU JAPONÉS

En general, estos poemas fueron recibidos de traducciones y fueron adaptadas al castellano por Gilles Michuad, Mitsuo Horiguku, Jonh Horton. Adaptación y selección: Alfredo Lavergne.


I.
Akiko Yanakiwara (1878-1942)

Es recreada en el interesante trabajo, “Three Women Poets of Modern Japan” de Gleen Hughes and Yozan Iwazaki, University of Washington Book Store, 1932.


El bote se aleja
y forma un camino blanco
mi dolor y su huella.






Más rápido que granizo
y más liviano que pluma
un pensamiento cruzó mi mente.


Vivo el espejismo de estar contigo
y así camino
bajo la luna por un bosque en flor.
.

martes, 21 de junio de 2011

Kukai de HELA














Estimados lectores de Hojas en la acera:

Como acaba de lanzarse la última gaceta,
nos es grato invitarles a ser parte del Kukai de
HELA correspondiente al número en curso.

En esta oportunidad con haiku que contengan
una de las siguientes dos palabras:

1. BARRO

Ante cada puerta
desde el barro en los zuecos
comienza la primavera

Autor: Issa

2. GRIETA

En una pequeña grieta
florece el musgo...
Estatua de Jizô

Autor: Issa


CÓMO PARTICIPAR:
- Puede participar cualquier persona (con la única excepción del coordinador de turno).
- Cada participante debe elegir UNA sola de las palabras propuestas.
- La palabra debe estar incluida dentro del haiku (en plural o singular).
- Cada persona sólo puede participar con UN trabajo con firma o seudónimo.
- NO se debe participar con más de un seudónimo (o nombre, o nickname).
- La votación privada se realizará a partir de una lista definitiva de haiku que cada participante recibirá vía e-mail. Únicamente podrán votar los participantes en el kukai en curso.

Enviar haiku al e-mail: kukai.hela@gmail.com
Asunto: Participar

Periodo de recepción: 27 de junio al 24 de julio 2011
Periodo de votación: 25 de julio al 14 de agosto 2011
Publicación de resultados: Junto con el siguiente número de Hojas en la acera.



¡Sean bienvenidos al kukai!
y reciban nuestros saludos,

Gio Jara
Coordinador
Kukai de Hojas en la acera


Más sobre este kukai en: www.hela17.blogspot.com/p/kukai-hela.html

domingo, 12 de junio de 2011

El haikú: el universo en una gota de rocío


Basho en bambú
trazó una mariposa.
Vuela su tinta.

Para algunos escritores el universo cabe en una gota de rocío. También miran el infinito en los ojos de un gato cuando resplandecen en la noche. Así Jorge Luis Borges descubrió el Aleph, punto de confluencia de todos los sitios, y otro iluminado, José Lezama Lima, el Tokonoma.

De modo similar el haikú es una llave que nos permite acceder al ámbito donde el vacío ocupa la materia y el tiempo se detiene gracias al estado de iluminación poética que en tan breves límites se produce. Imaginemos los jardines Zen de Japón: unas pocas piedras, unos cuantos trazos, dos o tres árboles sugieren el vasto mundo. Frente a ellos podríamos decir:


Jardín Zen
Las rocas ocupan
el sitio que les corresponde,
la primacía de una cumbre
no tiene importancia
frente a la precisión de lo breve.
Dos o tres árboles
o ninguno,
tal vez la brisa que recuerda
a las hojas del otoño.
La luna tiembla en el estanque
y hay pausas donde se abisma el vacío.

Lo ideal sería
gozar ante la página en blanco
—en su jardín Zen—
que el lápiz rastrilla.
Y así, detrás de las palabras,
hallar la permanencia.




Llega el haikú del milenario Japón y enraíza su bonsai en la lengua española. Conserva su carácter de miniatura —3 versos, 17 sílabas—. En ellos, la visión se ciega y habla con los otros sentidos: los del cuerpo y el alma transfigurados por el misterio en esta alquimia verbal y metafórica.











Si la libélula
tropezara en mis manos:
sol, tierra y cárcel.
(Angel Ketz Chan. 16 años)

Hay aquí una riqueza sugestiva propia de los que sueñan despiertos: el sol es el brillo de las alas de la libélula; la cárcel, las manos que la atrapan; la tierra, el color de esas manos. Y la libélula pudiera ser la poesía que las manos persiguen vanamente. Asoman otras interpretaciones, tantas como lectores.

Fue Mastsuo Basho quien elevó esta género poético a su mayor altura, aunque hubo otros cultivadores no menos notables: Sokan, Buson, Issa, Shiki. Matsuo Bonefusa adoptó el seudónimo de Basho porque sus discípulos lo llamaron con el nombre de un árbol muy apreciado en Japón. Y bajo sus ramas atendieron sus lecciones de amor a la naturaleza. Los puedo imaginar caminando por el bosque detrás de su maestro o sentados en torno a él. De improviso una libélula se posa en un gajo, el más despierto de sus alumnos exclama:


Exenta de alas
esa roja libélula
sería gajo.

A lo que el maestro responde: "¡No! ¡No!", y corrige:


Si un par de alas
brotaran a ese gajo
sería libélula.

Esto, porque la poesía torna ágil lo estático, vuelve hermoso lo cotidiano. El haikú crea, con una descripción concisa, cierto estado de ánimo. Evoca, a través de una imagen, todo un mundo de sugerencias, captura en el instante los atisbos de eternidad.

Octavio Paz, al comentar esta forma poética breve, asienta:


Desde un punto de vista puramente retórico el haikú se divide en dos partes, separadas por una palabra cuchillo: kireji. Una da la condición general y la ubicación temporal y espacial del poema (otoño o primavera, mediodía o atardecer, un árbol o una roca, la luna, un ruiseñor); la otra, relampagueante, debe contener un elemento activo. Una es descriptiva y casi enunciativa; la otra, inesperada (...). El haikú se convierte en anotación rápida, verdadera recreación de un momento privilegiado: exclamación poética, caligrafía...

Ejemplifico:


Elemento descriptivo o enunciativo: la telaraña.
Elemento activo e inesperado: es el hilo de plata / que teje el viento.

Es la atmósfera espiritual, sin embargo, la dádiva del haikú al Occidente. Detener nuestra vertiginosa vida diaria para contemplar una flor que aroma la orilla de un estanque, armarnos de saludable paciencia para recorrer con los ojos del alma los hilos de la telaraña que se irisa con el sol mañanero, degustar la gota de miel de sus tres renglones. Qué remanso para nuestro vertiginoso vivir este prodigio de orfebrería verbal que nos legó Japón y aclimató en México el poeta modernista José Juan Tablada.

Escribir haikú apacigua. Para crearlos hay que ejercitar una aguda observación, paciencia y amor por plantas, animales y paisaje. La simplicidad rinde los mejores frutos; la metáfora debe emplearse moderadamente. Basho definió el haikú de este modo:

Es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento.

Y en el momento en que escribía estas consideraciones bajó una mosca a la página llena de tachaduras, flechas, enmiendas y asertos. La mosca es un haikú viviente, ubicua criatura de la muerte y de la vida. Recordé uno de la escritora mexicana Gabriela Rábago Palafox:


Caligrafía
camino de la mosca
sobre la tinta.

Y encontré uno más de Shiki:


¿Venís a picar
mis ojos aún con vida?
¡Moscas, callad!


No resisto la tentación de leerles algunos que salieron de mis manos y que sembré en la página:


Para el murciélago / dormido boca abajo / el día es noche.
Sed de la llama, / sed de la llama un grito, / Ah, mariposa.

Traduce el agua / al oído del niño / versos de Issa.

Puesto en palabras / quizá una flor sería / la faz del alma.

Cáliz en flor, / también en un haikú / cabría Dios.

Autor:
Ramón Iván Suárez Camaal


http://www.letralia.com/20/en01-020.htm


martes, 10 de mayo de 2011

Ikebana

El “Ikebana”, palabra japonesa que significa arreglo floral, se basa en ciertos principios artísticos que lo caracterizan y que además son reconocidos mundialmente. El rasgo más sobresaliente que diferencia el arreglo floral japonés de todos los restantes es, quizás, antes bien que la apreciación de la forma y el color, el amor por las formas lineales, tan característico de todo el arte oriental.
El Ikebana es una composición lineal, cuyo material esta integrado por las ramas comunes.
Sin embargo, si las ramas se disponen en una armoniosa línea fluida, suscitan un atractivo mayor que le puede despertar un conjunto de capullos, por hermosos que sea su color y forma.
Tan importante como la perfección lineal es el conocimiento naturalista, vale decir, una insistencia en la comprensión del desarrollo natural del material usado y un amor por la naturaleza en todas sus fases.
Iniciado hace trece siglos, el Ikebana fue concebido como la expresión simbólica de ciertos conceptos filosóficos japoneses del budismo. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la completa “japonizacion” del arreglo floral Ikebana y su adaptación al genio peculiar del pueblo japonés, hicieron que se perdiera una gran parte de su sentido religioso y adquiriera mayor relieve la instrucción naturalista.
El simbolismo del paso del tiempo resulta de importancia para el arreglo floral japonés Ikebana y es evidente para el ojo perspicaz. Ningún Ikebana seria aceptable si no sugiriera en alguna forma el tiempo y la estación, como así también el continuo desarrollo de los elementos vegetales utilizados.

Por ejemplo:
Materiales empleados:
- El pasado: capullos abiertos, vainas vegetales y hojas secas
- El presente: capullos semi-abiertos u hojas lozanas
- El futuro: yemas, como sugerencia del desarrollo futuro
Tipo de arreglo:
- Primavera: arreglo vital con curvas rigurosas
- Verano: arreglo amplio y desplegado
- Otoño: arreglo tenue y ralo
- Invierno: arreglo estático y algo nostálgico
En estrecha relación con el simbolismo del Ikebana se halla la asociación de ciertas formas florales con la tradición, literatura o costumbres. Cada uno de los días festivos nacionales tiene asignado su Ikebana, e incluso las celebraciones hogareñas más familiares no resultan completas sin su Ikebana apropiado. Para la jubilosa celebración de Año Nuevo se emplean por lo general ramas de pino y crisantemos blancos; en el Festival de las Muñecas, capullos de durazno y para el Festival de los Niños lo indicado es un arreglo de iris.
En general, todo arreglo floral japonés Ikebana esta compuesto de tres grupos triangulares de flores o ramas: un grupo central vertical; un grupo intermedio que se inclina apartándose de la estructura vertical, y un grupo triangular invertido que se inclina desviándose del grupo central hacia el lado opuesto del grupo intermedio.
Los japoneses rara vez efectúan arreglos florales sin su propio follaje natural. La mayor parte de ellos constan de unas pocas ramas de un árbol o arbusto, como así también de pequeñas “flores herbáceas” que podrían crecer naturalmente en la base del árbol.


Crisantemo(1843 Japón) by ANDO HIROSHIGE -Albert Museum. Londres-

domingo, 1 de mayo de 2011

Algunos haikus occidentales


Jack Kerouac (Estados Unidos, 1922-1969), fundador de la poesía beat junto a Burruoughs y Ginsberg condensa la ideología beat en su poema Algunos haikus occidentales (1968), 26 haikus exactamente, resume el ethos del movimiento beat en sus dos acepciones, una derivada de beat o golpeado, por alusiones al fracaso en el espacio cotidiano y el otro de beatitud, pues los beat buscaron la paz de las religiones orientales. La paz proviene del entorno, de un momento de iluminación y conocimiento.

Sin embargo este derrotado beat puede leerse como golpeado, pues ante la represión de la autoridad y la censura pudieron defenderse con el ruido. En algunos haikus, Kerouac expresa la sensación de ser uno de los caídos en esa lucha virulenta por la libertad ante la coerción, y en otros haikus lleva la espiritualidad zen a un nivel lúdico, que en este caso es un ejemplo de depuración de su conocida discursividad, por un momento Jack Kerouac llega a separarse del protagonismo autobiográfico y eleva su poesía.

Los lectores que quieran leer esta serie de haikus disponen del siguiente link:

http://www.poeticas.com.ar/biblioteca/Poemas_dispersos/Poemario/algunos_haikus.htm






Sobre la armonía de la naturaleza y la maravilla de la vida escribió este haiku:

“Y el silencioso gato /
sentado junto al poste /
Percibe la luna”

Los gatos para varias tradiciones literarias son criaturas de mucha belleza y espiritualidad. El gato a diferencia del perro, no aúlla ante la luna, la contempla, en una actitud de deleite y calma casi humana. El gato se relaja junto a un poste de luz, para vincular la luz artificial que le brinda descanso a la luz celestial de la luna que le conforta.

viernes, 29 de abril de 2011

CEREMONIA DEL TE

El té es bien apreciado en todo el mundo, pero en el Japón ha ido más allá y ha desarrollado toda una ceremonia alrededor de esta infusión, elevándolo a la categoría de arte. En ella se busca vivir un momento único y alejado del mundo cotidiano y de sus problemas. Al estudio y práctica de este arte se lo conoce como Chadô o camino del té.

Es un encuentro entre amigos. En todo momento se va desarrollando una acción que señala el estilo de vida que aspira a la simplificación de los modales, del lenguaje, y del movimiento en general. El motivo de esta reunión puede festejar una bienvenida o cualquier acontecimiento importante. Se trata de crear en todo momento un espacio a la gratificación estética y ética.






Se cruza una jardín de ensueño donde su camino tachonado de piedras ha sido previamente humedecido para agasajar a los invitados recordando las palabras filosóficas del Sutra del Loto. Se atraviesa la pequeña “entrada de la humanidad” y se saluda con una reverencia al espacio casi vacío de la salita del té. Rápidamente se ha hubicado el “toko-no-ma”: el “lugar de honor”. Allí un rollo colgante expresa su profundo pensamiento en una hermosa caligrafía. Un simple arreglo floral refleja el cambio de las estaciones o el paso efímero de la vida humana. En el “arte del té” se cumplen las “cuatro palabras clave”.
Ellas son: WA o armonía, KEI o respeto, SEI o pureza y DJAKU o calma, o tranquilidad.
Además se acompañan con el concepto de escasez, restricción o autocontrol, asimetría, sencillez y refinamiento.


Algunos términos de la Ceremonia del Té

Chadô o Sadô: camino del té; disciplina de la preparación y el ceremonial para beber el té.
Chaji: ceremonia formal y completa que incluye una comida.
Wabi: la sencillez, lo humilde.
Sabi: lo viejo, lo solitario.
Shibu: lo elegante.
Furyu: el equilibrio.
Cha: té
Matchá: polvo del té molido.
Koicha: té de consistencia suave y espesa.
Usucha: té de consistencia más suave y liviano.
Temae: la preparación del té propiamente dicha.



Algunos utensilios o dôgu:

Natsumé: recipiente para el matchá del usucha.
Chawan: tazón para servir el té.
Chasen: batidor de bambú.
Chashaku: cucharita para servir el matchá.
Mizusashi: recipiente de agua fresca.
Chairé: potecito cerámico para contener el “matcha” del té espeso.


"En armonía
almas, mentes y cuerpos:
Ritual del té."

Carlos Oraà
Venezuela

......
fuentes:
http://www.ar.emb-japan.go.jp/Contenido/07.CeremoniaTe.htm
paseos.net Taller iniciación haiku
imagen de la web
.

miércoles, 27 de abril de 2011

Los cuatro amigos




Sumi-E es un término que significa pintura a tinta. Se hizo conocida en Japón alrededor del siglo VII aC por académicos que regresaban desde China. Ellos trajeron consigo muchas ideas culturales como la caligrafía (escritura hermosa) y un estilo de pintura influenciada por ésta. Los japoneses adoptaron este estilo de pintura y le agregaron el don cultural japonés y lo nombraron Sumi-E.








Sumi-E consiste en cuatro trazos de pinturas usualmente referidas como los cuatro “amigos”: Bambú, Brotes de Ciruelo, Orquídea Silvestre y Crisantemo.
Se considera que el Bambú, el primer amigo, contiene las características de un caballero. Los chinos lo consideran como virtuoso y humilde y también consistente ya que retiene su follaje todo el año.
El segundo amigo, Brotes de Ciruelo, cuyos brotes son usados por los trazos de esta pintura son de hecho los brotes que crecen en el árbol del Damasco Japonés. Este árbol es el símbolo del invierno con el renacer de la vida no lejos de la llegada de la primavera.
El tercer amigo es la Orquídea Silvestre. Este amigo es considerado como femenino, simboliza la serenidad de la oscuridad. Emite un perfume bello especialmente a medida que crece en los bosques profundos.
El cuarto de los amigos es el Crisantemo, altamente valorado en China debido a su longevidad. Desafía el hielo del invierno al brotar en otoño.
Los cuatro amigos representan todas las formas del universo. Una creencia común era que ellos eran llamados los cuatro amigos porque sólo los ricos tenían el lujo de darse el gusto con ello y disfrutar la caligrafía y el arte de la pintura oriental. En esa época también había famosas mujeres y niños pintores. Estos hechos están registrados en los anales de la historia del arte.
Cuando Sumi-E fue introducido en Japón los monjes Budistas Zen lo usaron como un ejercicio Zen. Ellos valoraron la libertad del uso del color al usar sólo las sombras derivadas de la tinta, la totalidad del espectro, desde el negro lleno hasta el blanco. Esto enfatizaba líneas, sombras y sentimientos emocionales y encontraron que requería más disciplina, lo que era bueno para su práctica espiritual. Un trazo conduce sin esfuerzo al próximo, mostrando que el artista tiene total control de su mente y pincel.
Para mantener el espíritu de Sumi-E es importante no hacer esbozos, en cambio debe mantener la imagen en su mente, disfrutar su belleza y pintar la memoria de ella en el lenguaje Sumi-E, usando el espectro total desde el negro hasta el blanco. Eso es Sumi-E en su forma más elevada, por ejemplo recordar cómo se ve una abeja cuando se mueve de una flor a otra o un pájaro aleteando al capturar un insecto.

lunes, 25 de abril de 2011

Papel de arroz
















El Sumi-e (pintura sobre papel de arroz) nació en China en el siglo VII y fue adoptado por los pintores japoneses recién en el siglo XIV, adquiriendo un estilo propio.

Al igual que el ikebana, se difundió en todo el Japón durante el siglo XV como arte destinado al tokonoma, espacio sagrado de la casa.
En el sumi-e se utilizan: la tinta negra (sumi) obtenida a partir de carbón u hollín diluido en agua, pinceles especiales de diferente grosor, y papel de arroz.
Los temas en el sumi-e pueden agruparse en dos categorías principales: paisajes y figuras, ésta última incluye plantas, animales y frutas.
Actualmente constituye una forma de expresión sublime y es practicada por millones de personas en todo el mundo.

Publicado por
INSTITUTO TŌZAI
Cursos presenciales y a distancia.
Lavalle 774 6° "d", Capital Federal
Telefax; 4328-6484
Teléfono: 4765-5286
Informes: Jueves de 18 a 20 horas
Viernes de 17 a 20 horas
Sábados de 11 a 13 horas


Email: info@tozai.com.ar

Sitio Web: http://www.tozai.com.ar/


"Por la necesidad de facilitar el aprendizaje del japonés a los hispanohablantes, un grupo de profesores de español junto a otros de japonés nos unimos para trabajar en equipo. Fue así que decidimos fundar el INSTITUTO TŌZAI, que significa: "Oriente y Occidente", y comenzar a hacer investigación desde la lingüística comparada. Partimos con las actividades del Instituto en abril de 1992, y en 1993 realizamos la "Primera Jornada de Lengua Japonesa para Hispanohablantes".

A posteriori se publicaron los trabajos seleccionados.
Dicha actividad se continuó haciendo cada dos años, y han participado en ella numerosos profesionales argentinos y extranjeros.

Más tarde vendrían los cursos de Origami, Ikebana, Soroban, Castellano para Extranjeros, los Talleres de Haiku (...) De este modo comenzamos, con mucho entusiasmo y respeto por lo que hacemos.

Abiertos y deseosos de comunicarnos con investigadores de otras instituciones para compartir los trabajos en armonía.

Uno de nuestros objetivos es realizar intercambios de docentes, investigadores, alumnos, no sólo de Buenos Aires sino también de otros lugares, a los efectos de lograr una mayor comprensión internacional de las culturas."


Agradezco muy especialmente a Verónica del Blog
Jardín de Haiku:
http://jardinhaiku.blogspot.com/

quien me brindara generosamente la información que antecede.

jueves, 21 de abril de 2011

ARTE JAPONES - I

Pintura

El arte japonés surge de la asimilación de ideas y conocimientos de otras culturas. Una vez adoptados, crea una expresión autóctona y genuina. En sus orígenes y por muchos años, se ha inspirado en los estilos de China, algunos de los cuales llegaron previo paso por Corea. Actualmente es notable ya la influencia del arte occidental.

Las primeras expresiones artísticas fueron las figuras simples, en forma de varas, dibujadas en los dotaku -campanas del período Yayoi (aprox. 300 a.C. a 300 d.C.)- y los murales que adornaban las paredes interiores de las tumbas en el período Kofun (aprox. 300 d.C. a 710 d.C.).

El auge de la pintura comienza con el apoyo de la clase gobernante a la introducción del budismo y su cultura. El budismo llega desde China y Corea, en el siglo VI. Se crean templos en varias localidades de todo Japón con importantes murales, esculturas de budas y deidades guardianas en los pasillos y capillas. Los templos más representativos son el Templo Asukadera, el Templo Shitennoji y el Templo Horyuji.

La Pintura Yamato-e y los pergaminos E-maki
En el período Heian (794-1185) surgen la pintura yamato-e y el e-maki, ambas son nuevas formas autóctonas del Japón y reflejan el mundo artístico de la cultura aristocrática gobernante. En este período los cortesanos disponían de tal bienestar material que los desligaba de los problemas terrenales y podían pasar gran parte de su tiempo apreciando el arte, la poesía y la belleza de la naturaleza. De aquí surgen los primeros símbolos y representaciones propias del arte japonés.



Genji Monogatari Emaki - Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)



La pintura yamato-e sustituye a la típica pintura China y muestra un mundo estético de refinamiento y claramente japonés. Se caracteriza por su atractivo emocional y gran color. Los temas elegidos eran los alrededores de Kyoto. Estas obras adornaban mamparas corredizas y biombos en los palacios.

Los e-maki son pergaminos que combinan texto con ilustraciones (pinturas yamato-e). Es aquí donde surge el nuevo silabario propio japonés kana. Esta nueva forma de escritura parecía expresar mejor los sentimientos y percepciones del refinamiento japonés. Los temas preferidos de los e-maki eran los relatos históricos o los cuentos legendarios, siendo el principal exponente los Cuentos de Genji (Genji Monogatari, 1130 aprox.), de la dama Shikibu Murasaki.

En el período Kamakura (1185-1333), con el paso del poder de la nobleza a la clase samurai ó guerreros, y de la ciudad de Kyoto a Kamakura, surgen dos marcadas tendencias: el realismo y el conservadurismo. Sin embargo es de recordar que la nobleza seguía siendo la administradora de los templos y santuarios junto con su arte.

El realismo estaba dirigido a satisfacer los gustos de la clase samurai, que apreciaba lo prosaico, lo nada pretencioso, pero poderoso y viril. Éstas características se manifiestan principalmente en la escultura de la época. Las obras más destacadas de este estilo son: las dos imágenes de guardianes Nio, del maestro Unkei, en la puerta del templo Todaiji, y las esculturas de madera de dos sabios indios, Muchaku y Seshin, en Kofukuji.

El conservadurismo era la continuación del gusto artístico de la nobleza, cuyo centro cultural seguía siendo Kyoto.

En el período del Shogunato Muromachi (1333-1573), el gobierno, aún a cargo de la clase guerrera, pero de vuelta a Kyoto, acoge al budismo zen junto con su arte y la cultura de las dinastías chinas Sung (960-1279) y Yuan (1279-1368).



Paisajes de Otoño e Invierno, por el monje Sesshu.
Período Muromachi, s. XV
Set de dos rollos colgantes, tinta sobre papel (47.8 x 30.2 cm cada uno)
Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)



La pintura característica de los monjes zen era el suiboku-ga, una pintura monocroma, austera, lograda con una tinta india, de la que se obtenía una imagen típicamente abstracta y sugestiva. Los temas más valorados eran los que implicaban mayor contacto con la naturaleza, es decir, las pinturas de paisajes sansui-ga. El maestro más destacado de este estilo fue el maestro Sesshu y entre sus obras más importantes se encuentran Amanohashidate-zu, Sansui Chokan (Paisaje de las cuatro estaciones), Shuto Sanshui-zu (Paisajes de otoño e invierno) y Haboku Sansui-zu (Paisajes).



Después de la Rebelión Onin de 1467, Japón entra en un Período de Guerras Civiles, hasta la unificación del país por Nobunaga Oda, en 1573. Luego de la estabilización política, en el Período Momoyama, el país se desarrolla industrial y económicamente. Aumenta el contacto con Occidente e ingresan tanto las armas de fuego como la cultura espiritual de la Cristiandad. La madurez de la sociedad feudal es acompañada por un mayor movimiento comercial y, por consiguiente, del surgimiento de ricos mercaderes que influyen cada vez más en las actividades culturales.

Los daimyo o señores feudales, que contaban con un mayor poder, construían castillos más sofisticados militarmente y mayores en tamaño como muestra de poder, que a menudo se transformaban en verdaderos centros de arte, ya sea por su arquitectura, sus esculturas, pinturas o jardines. En la ornamentación de los palacios, la escuela Kano se destacó por su rico colorido y líneas audaces y vigorosas apreciables en la pintura shokeki-ga (pinturas de tabique), en los biombos deslizantes, las puertas de paneles de madera y en las paredes de estas construcciones. Este nuevo estilo era una combinación del color del yamato-e (pintura típica japonesa) y el estilo suiboku-ga (pintura del budismo zen). Las obras más importantes se encuentran en el castillo Azuchi, en el castillo de Osaka y el palacio Jurakudai.

Otro tipo de pintura que surge en este período es la pintura costumbrista. En un principio, en ellas se describía la vida de libertad y ocio de las gentes de la ciudad, así como el entretenimiento de los campesinos (biombo plegable Rakuchu Rakugai Zu, por Eitoku Kano), luego aparecen pintados los cortesanos que eran la expresión de atractivo y belleza física (biombo plegable Matsuura y otros), más adelante se pintaron damas jóvenes que trabajaban en casas de baños públicos y hermosas mujeres solas.

El famoso estilo de pintura ukiyo-e surge como una evolución de la pintura costumbrista, en el período Edo (1615-1868). Ukiyo significa mundo flotante y alude a la vida y costumbres de las masas contemporáneas; e significa pintura. El creador de este estilo fue Moronobu Hishikawa, alrededor del año 1681, un artista del pueblo llano que enalteció el valor estético de la pintura costumbrista y lo hizo un verdadero arte popular.

Es de notar que su valoración no se basaba en su temática popular, sino en su bajo costo, pues se imprimían con bloques de madera producidas en serie. En un comienzo eran sólo grabados en blanco y negro, luego fueron agregando el rojo y el verde hasta completar toda la gama de colores. Los temas elegidos eran las zonas de diversión, los teatros y las luchas de zumo y según su contenido se pueden clasificar en: shunga (escenas de burdeles y de amor bastante explícitas), yakusha-e (retratos de actores de teatro kabuki), Nishiki-e (grabado ukiyo-e a todo color).


La época de oro de este estilo fue a finales del siglo XVIII y algunos de los maestros más destacados fueron Kitagawa Utamaro, Toshusai Sharaku, Katsushika Hokusai, Ando Hiroshige y Utagawa Kuniyoshi. Más adelante ,con los cambios radicales del período Meiji, éste estilo pierde fuerza.



Vista de la costa de Kanagawa a través de las olas:
de las treinta y seis vistas del Mte. Fuji, por Katsushika Hokusai.
Período Edo, s. XIX - Grabado nishiki-e, Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)

Con la Revolución de Meiji, en 1868, Japón dio fin a su aislamiento y al sistema feudal, restableciendo el gobierno del Emperador como jefe nominal y abriéndose al mundo internacional como nación moderna. En el proceso de modernización del período Meiji (1868-1912) se incorporan tecnologías y conceptos de los gobierno occidentales.

En cuanto a la pintura, el estilo occidental es firmemente apoyado por el gobierno japonés, hasta enviando pintores a estudiar en el exterior e invitando a grandes artistas del exterior. Surgieron varios pintores modernos excelentes de estilo occidental, entre ellos, Yuichi Takahashi, Seiki Kuroda, Takeji Fujishima y Shigeru Aoki.

A su vez, y en contraposición al nuevo movimiento occidental, surgen los tradicionalistas que desean revalorizar el arte clásico japonés. Así es como se funda la Escuela de Arte de Tokyo (Tokyo Bijutsu Gakko), en 1888, como base del estilo propio japonés.

Sin embargo, aún luego de varios años de rivalidad entre lo tradicional y occidental, es de notar la gran influencia que ejercen estos dos movimientos, occidental y tradicionalista, mutuamente. Los artistas de occidente también toman elementos estilísticos japoneses y ambos enriquecen sus expresiones artísticas.

Posterior a la Segunda Guerra Mundial, el arte japonés, como todo arte viviente, continúa introduciendo nuevos elementos como el arte pop, la estructura primaria, el arte minimalista y el arte cinético, entre otros. Así es como en nuestros días el Japón parece ser una mezcla de diversas variedades culturales. Algunos dirán que nada es propio y todo es importado. Pero se ha llegado a la conclusión de que eso es lo que lo caracteriza, es decir, la audaz aceptación y asimilación de las influencias extranjeras. Los artistas japoneses, luego de tomar elementos de otras culturas encuentran su propia expresión que los hace creadores con originalidad y activos en la comunidad artística mundial.


PUBLICACION HECHA POR LA EMBAJADA DE JAPON EN LA ARGENTINA:
http://www.ar.emb-japan.go.jp/Contenido/07.Arte.htm

domingo, 17 de abril de 2011

Poesía y fotografía, por Julie Sopetrán








Sobre el HAIGA Y EL FOTO-HAIKU
Autor: Maramín

El haiga es un estilo de pintura japonesa basado en la estética de Haikai-no-Renga, del cual se deriva la poesía Haiku, y que ilustraba dichos poemas mediante una sola composición. Al igual que los versos poéticos que acompañaba, el haiga estaba basado frecuentemente en una simple pero profunda observación del mundo cotidiano. Stephen Addiss indica que dado el hecho de que «ambos son creados con el mismo pincel y tinta, aumentar una imagen al poema haiku era…una actividad natural».
Del mismo modo en que el haiku yuxtapone internamente sus imágenes, el haiga también contiene una yuxtaposición entre el haiku y la obra de arte. De hecho, la obra de arte no necesariamente representa de forma directa las imágenes presentadas en el haiku.
Estilísticamente, el haiga varía ampliamente debido a las preferencias y entrenamiento de cada pintor individual, pero generalmente expone influencias formales de la Escuela Kanō de pintura, de la pintura minimalista zen, y de la Ōtsu-e, a la vez que comparte muchas tendencias estéticas de la tradición nanga. Algunos fueron reproducidos mediante impresiones xilográficas. De la misma forma, los temas pintados varían extensamente, pero generalmente son los elementos mencionados en la caligrafía, o se emplean imágenes poéticas que aumentan el significado y la profundidad expresada en el poema. Un tema común de estos poemas y pinturas es la luna, representada en ocasiones con el círculo del zen o ensō, el cual evoca numerosos significados, incluyendo Mu (o ninguno). Otros tópicos comunes incluyen las ilustraciones del monte Fuji e incluso los tejados, los cuales son pintados con pinceladas mínimas, logrando elegancia y belleza en la simplicidad.

EL FOTO-HAIKU

Como su nombre indica se trata de un haiku escrito sobre una foto. Es parecido al haiga en estilo moderno.
Hay dos formas de considerarlo.

El haiku que se escribe ante la visión de una foto.

La foto que se hace para apoyar al haiku.

Salir con la cámara, llevarla colgada al hombro, observar nuestro entorno, sorprendernos de las cosas cotidianas, de las sencillas es un ejercicio del haiku.
Hoy en día con la facilidad de las cámaras incorporadas a los teléfonos portátiles podemos hacer una foto en cualquier momento, es casi como escribir un haiku con la cámara, agregar el haiku escrito también es fácil y se consiguen verdaderas obras de arte compaginando la vista y la palabra.


El gran poeta de comienzos de la dinastía Song, Kono Hi, nacido en China en 1020, en su estudio sobre el sentido de la pintura declara: "Los antiguos decían que la poesía es una pintura sin representacíon plástica y la pintura, un poema dotado de esta representación."

viernes, 15 de abril de 2011

asagao


朝顔わ蜘蛛の糸にも咲きにけり
asagao ni
tsurube torarete
morai mizu

Chiyo-ni


La ipomea
rodea el cubo del pozo.
Pido agua a mi vecino.

Les volubilis
enserrent le seau du puits.
Je demande à mon voisin de l'eau.

En este haiku, puede ser que más que en cualquier otro, se observa el amor de la haijin por la naturaleza. La ipomea (o flor de asagao, Don diego de día...) es una planta que florece en verano. En algunos sitios se la conoce como "gloria de la mañana" porque sus flores se abren por la mañana y se cierran por la noche.

Chiyo-ni va a buscar agua todos los días al mismo pozo, cuando se encuentra la cuerda y el cubo cubiertos por la ipomea. La poetisa duda en arrancar las flores, pero finalmente se decide por ir a pedirle agua a su vecino.

Este poema se considera el más conocido de Japón tras el de la rana de Basho. Recuerda una frase de Vicente Haya que recalca (cito de memoria) que los japoneses sirven a la naturaleza, dándole un carácter, incluso, divino, y la cultura occidental se sirve de la naturaleza. Como muestra...el haiku 41.

El profesor Rodríguez Izquierdo lo tradujo como:

Capturado mi pozal
por la flor de asagao,
salgo a pedir agua.

Hay que hacer constar que el "vecino" de la traducción francesa no se incluye en la original japonesa.

martes, 12 de abril de 2011

Haikus

Alberto Silva (selección, traducción y estudio crítico), El libro del Haiku, Bajo la luna, Buenos Aires, 2005.
El libro del haiku son dos libros; pero si su interés es doble, que lo es, no es por eso. Sería triple si la parte principal, una extensa antología de 780 textos, centrada fundamentalmente en los grandes maestros del género (Bashô, Buson, Issa, Shiki y Ryôkan), fuese más redonda. El aparato crítico, en cambio, tan extenso que puede considerarse como un ensayo autónomo o un segundo libro, resulta interesantísimo.

Allí Alberto Silva (Buenos Aires, 1943) denuncia que fuera de Japón se “tiende a olvidar el ritmo silábico” del haiku: hace bien en detectar la viga en el ojo ajeno, aunque ese olvido rítmico es la molesta mota que se interpone con frecuencia entre los originales y sus versiones. Por suerte, traduce muchos haikus ya traducidos, lo que permite comparaciones, de las que el argentino no siempre sale airoso. Con una probidad que le honra, para favorecer el contraste, recomienda en la “bibliografía anotada” otras antologías, entre las que yo destacaría Jaikus inmortales (Hiperión, Madrid, 1983), de Antonio Cabezas. Las versiones de Silva, además, están interferidas de vez en cuando por las rimas asonantes, que se llevan la estrofa japonesa de juerga flamenca. Puede que ello sea sólo un problema para los oídos de esta orilla del Atlántico, porque en él también incurrió (y sistemáticamente) el cubano Orlando González Esteva en su traducción de Issa (Hoja de viaje, Pre-Textos, Valencia, 2003).

En cualquier caso, que la puntillosidad del crítico no empañe el goce del lector. Lo cierto es que consigue algunas traducciones muy bonitas. Si Bashô decía que un haijin (esto es, un poeta del haiku) con diez buenos haikus es un maestro; reconozcamos nosotros que un traductor, con un puñado de versiones como ésas, es muy de agradecer.

Dicho lo cual, recalquemos que la mayor aportación está en lo que hemos llamado el segundo libro. En realidad, esparcido aquí como “introducción”, “glosario”, “bibliografía anotada” y varios “apéndices”, se nos ofrece todo un ensayo, que suma casi doscientas páginas, y en el que se reflexiona a fondo sobre las características del haiku y de sus creadores. Alberto Silva logra —con un estilo casual y aproximativo, repitiendo citas, haciendo una aleatoria literatura comparada (que, a veces, da en el clavo, como al apuntar que el haiku de Bashô: Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el ocaso parece salido de la pluma de Borges), perpetrando argentinismos (verbales y psicosociológicos), divagando lo suyo, con buen humor— logra, digo, transmitir una visión muy viva, inteligente e iluminadora. A ratos, incluso poéticamente eficaz. Cita numerosos poemas a lo largo de su muy personal andadura ensayística, y se llega a tener la agradable sensación de estar leyendo un auténtico haibun, esto es, una combinación de haikus y prosa poética, como el usado por Bashô, Buson y otros autores en diarios de viaje o dietarios.

El interés resulta aún mayor porque, a la vez que nos acerca al haiku, nos permite hacer una lectura comprensiva de la moda japonesa que se ha instalado de pocos años a acá en la poesía española. Los motivos de la brisa oriental que orea nuestra parcela del Parnaso son múltiples y complejos. Obviemos los espúreos, como la supuesta facilidad de su escritura o la posibilidad de que al mal poeta le suene, de pronto, la flauta. No olvidemos, sin embargo, la ininterrumpida tradición hispanoamericana, que estudia Abel Feu, y que arranca de los años 20 con José Juan Tablada, Eugenio d’Ors, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, entre otros; ni tampoco, justo en sentido contrario, la influencia de la globalización. Desde dentro y desde ahora, me parece que también hay una reacción contra la verbosidad de la llamada poesía metafísica y contra los excesos de abstracción y/o experimentación (para Bashô el haiku es la poesía del aquí y el ahora), cierta apertura a lo trascendente y un intento de construirse una voz desde el origen, para lo que el haiku, siendo algo así como la unidad mínima de sentido poético, representa una oportunidad extraordinaria.

Conste que esta lectura al sesgo desde la actualidad la hago yo. Alberto Silva se centra en el haiku japonés, sin dejar de relacionarlo, muy atinadamente, con la poesía en general. Defiende, con un entusiasmo arrollador, bastante sentido común y una batería de ejemplos, varias tesis de importancia. Para él, la clave del haiku es el espacio que elige habitar: la intemperie, tanto en un sentido físico (caminos, naturaleza, suburbios) como moral (lo que, para un lector español, no deja de recordar a J. R. Jiménez) y social. A partir de ahí, insiste, con más razón que un bonzo, en la relación estrecha y difícil con lo religioso que mantiene el poeta, “que vive a dos aguas, ni monje ni laico” como se retrataba Ryôkan, o como apuntó Bashô: “Parezco un monje, pero estoy cubierto con el polvo del siglo. Parezco un laico, aunque voy rapado”. Y destaca la importancia del biografismo, tan mal entendido siempre, que convierte al haijin en un personaje y en un ambiguo (y por ello moderno) héroe poético. Nada de esto rebaja la dosis de juego que alienta en el arte del haiku y que se pone especialmente en juego, valga la redundancia, en los complejos equilibrios de ironía, respeto, imitatio y variaciones que hacen falta para conjugar la gravedad de la tradición con la gracia del talento individual.

Como quien no quiere la cosa, Alberto Silva va insertando el haiku, sin dejar de hablar de poesía japonesa, en las constantes de la cultura universal. Otros expertos, llevados por un excesivo celo en explicar su exclusividad o su exotismo (“zen por zen japonés”, insisten), no han querido ver esa relación. Los estudios críticos de El libro del haiku redoblan, por tanto, la labor del traductor: ayudan a que el mundo del haiku entre a formar parte de nuestro mundo. Y el nuestro del del haiku, que aquí ya todo es “y viceversa”.

Enrique García-Máiquez
Poesía Digital
http://www.poesiadigital.es/index.php?cmd=critica&id=60






viernes, 8 de abril de 2011

Más Haikú en América Latina


Si bien el haiku ha encontrado en América Latina buenos y hasta excelentes traductores, en cambio ha tenido escasos cultores originales. Salvo el ya mencionado Tablada, los otros que se atrevieron con esa pauta lo hicieron muy tímida y esporádicamente. Y aun esos intentos ocurrieron casi exclusivamente en México y cercanías. El mismo Tablada, casi nunca se ciñó a la pauta clásica, aunque debe reconocerse que sus mejores logros los obtuvo cuando no se evadió del 5-7-5, verbigracia:
Trozos de barro,
por la senda en penumbra
saltan los sapos
En Perú, está el caso singular de Arturo Corcuera, que en sus varias veces editado Noé delirante, sin incorporar ningún haiku propiamente dicho, revela una influencia muy bien asimilada, que le conduce a un libro original y chispeante.
En el Río de la Plata, y en general en América del Sur, el haiku ha sido casi ignorado como lectura (no olvidar al argentino Kazuya Sakai, que sin embargo fue en México donde publicó su libro Japón: hacia una nueva literatura, El Colegio de México, 1968) y por supuesto como género a cultivar. Una singular excepción es nada menos que Jorge Luis Borges, que fue un buen conocedor de la poesía japonesa. En 1972 ya había incorporado seis tankas en El oro de los tigres, pero es en La Cifra (1981), libro dedicado a María Kodama, donde incluye 17 haikus originales, no traducciones (curiosamente la cifra 17 se corresponde con el número obligatorio de sílabas del haiku clásico), todos con la estructura fija heredada en Bashö (5-7-5). Hay que señalar que en esos poemas mínimos de última hora hay algunos de notable calidad. A diferencia de Tablada, Borges, cuando elige el haiku, no se aparta ni una sola vez de la norma clásica.

viernes, 1 de abril de 2011

El monje desnudo



El monje desnudo. 100 haikus de Taneda Santoka-
Publicado por Vicente Haya y Akiko Yamada.

Taneda Santóka (1882-1940), el monje que exhibe su desnudez en sus haikus -desnudez física, desnudez de alma, alcoholismo, pobreza-, representa la prueba viva de que el ser humano puede transmutar su fracaso en excelencia. Santóka es el último monje itinerante de la historia de Japón. En uno de sus diarios postreros escribe: "No soy otra cosa que un monje errante. No hay nada que se pueda decir de mí excepto que soy un peregrino loco que ha gastado toda su vida de aquí para allá, como las plantas que flotan en el agua que va discurriendo de una orilla a otra. Parece patético pero he encontrado la felicidad en esta vida miserable y tranquila. El agua fluye, las nubes pasan, sin nunca pararse ni establecerse. Cuando sopla el viento, caen las hojas. Como nadan los peces o vuelan los pájaros, yo ando y ando,y sigo adelante...".

En la más honda
espesura de la montaña,
llegar a la desnudez

De la luna cae
con elegancia
una hoja de kaki

Penetra la luz de la luna
hasta la cocina
Estoy solo

Cuando trabajo la tierra
a solas
surge una canción

No hay más que esta senda
Camino en soledad

Bajo la Vía Láctea
danza en plena
noche borracho perdido

Reconozco este ruido
de pasos
por entre las hojas secas

Yo, ahora, aquí,
el azul de un mar
que no tiene límites

Nubes que salen
de ninguna parte
Nubes de otoño

En pleno verano,
el llanto de un bebé
bajo el cielo del mediodía

El rocío
y las hojas muertas
barridos a un mismo tiempo

¿Esperar qué?
Día a día se amontonan
las hojas caídas

Caen las hojas...
Dentro, en lo profundo,
contemplo al Buda

El cubo está lleno
de la lluvia que ha recogido
Por hoy tengo bastante

La recojo y
la alzo hacia la luna
La luminosidad del agua

Mi país natal
Empapado por la lluvia
Recorro descalzo

Al pie de la montaña
bajo un sol generoso.
Una hilera de tumbas

De gotas de lluvia
El ruido
También envejece .


Santôka es el heredero de una larga tradición de poetas vagabundos en un siglo como el XX que ya apenas permitía ese modo de vida. Su poesía lo consagra, además, como el último de los clásicos japoneses, el poeta actual más citado y leído, omnipresente en librerías y editoriales niponas, comparable en reconocimiento general a lo que podría ser Federico García Lorca en España. La razón de la popularidad de Santôka está en su carácter simbólico. Santôka no es sólo el genio del haiku sin metro fijo; es mucho más. Es una muestra de cómo lo antiguo puede vivir en lo moderno, un espejo en el que a pesar de todo hay que mirarse, un ejemplo de cómo transformar el fracaso en aprendizaje espiritual, y hasta un mártir del amor a la libertad de uno mismo, al propio camino, sin objeto, sin orgullo. Santôka no es un héroe nacional; es un hombre que transforma en poesía mística lo que otros considerarían las circunstancias materiales de una vida miserable.

lunes, 28 de marzo de 2011

TRAZOS DEL TIEMPO - TRAZOS DE PALABRAS

Alma

Yû, en japonés: soledad, profundidad y oscuridad. Aquel otro mundo. Tenue, apenas visible... Todo esto significa esa palabra tan breve, tan simple. Propio de la caligrafía japonesa, "yû" se expande y manifiesta libremente, fluyendo por medio de tinta y de papel, en Trazos del tiempo, trazos de palabras , la muestra de arte japonés que se exhibe actualmente en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes.


Sueños

Ocurre con las caligrafías orientales ­un arte supremo, difícil y complejo­ que las mismas palabras o caracteres pueden tener significados diferentes, según cómo se presenten. Por eso el artista-calígrafo tiene una relevancia especial: son sus trazos de tinta y agua, tipos móviles o computadora (los que en Occidente percibimos como "símbolos" o "dibujos") los que determinan los significados.

"¿Pero es necesario comprender el significado semántico de la escritura para apreciar obras de arte?", se pregunta en su texto Trazos y palabras Fuyubi Nakamura, curadora japonesa de la muestra.

Luego de un recorrido por esta exposición podemos responder que no; que cuando uno se enfrenta a estas manchas y trazos, lo que ellos significan en Japón no es lo que más nos importa en primera instancia, sino sus expansiones en el plano, las aureolas que la tinta deja sobre el papel, las direcciones de las líneas... Más adelante, sí, sumarle a estas observaciones el saber de su significado original enriquece la comprensión. Y nos orienta. Porque la complejidad del mundo cultural japonés es tal y tan ajena, que en esta muestra todo tipo de aclaración se agradece.

Los tres artistas que exhiben, Chihiro Minato, Hisao Yugami y Tsubasa Kimura, crean obras en torno a la caligrafía japonesa (Sho) de maneras muy diferentes. Minato es un fotógrafo que investiga a través de viajes, imágenes y entrevistas, la historia de la tipografía de ese país. Investiga, también, la memoria de los kanji, caracteres, ideogramas de significado plural, que expresan sólo conceptos.

Podríamos decir que todas las palabras en japonés pueden ser escritas en katakana, hiragana o romaji, los principales sistemas de escritura; y que muchas palabras tienen, además, también su forma kanji. La elección del sistema a utilizar depende de muchos factores. La obra de Mintao pone todo esto de relieve.

Los trabajos de Yugami van por otro camino: se basan en la caligrafía tradicional japonesa, en los trazos a mano alzada con tinta sobre papel. A este tipo de escritura ­manual y artística­ se la conoce como Shodo. Fue durante la Edad Media japonesa cuando se impuso el concepto de do, que ponía un énfasis especial en el proceso evolutivo, en el devenir del tiempo y del arte, antes que en su resultado.

Son ejemplos el Shodo, el Kado o Ikebana , el Chado (la ceremonia del té) y el Kodo (la ceremonia del incienso). La destreza y ejecución perfecta de ciertos ritos se relacionan con una variante del budismo que por ese entonces tuvo influencia decisiva en Japón: el zen. Este hace foco en determinadas reglas de vida, basadas en una meditación en la que la persona pierde conciencia de sí misma. Aplicadas a las labores cotidianas, especialmente a la caligrafía, podemos decir que el escribir con maestría pasó, desde entonces, a trascender lo material para convertirse en una fuerte manifestación espiritual: uno debe limpiar su mente y dejar fluir las letras fuera de sí mismo, mediante un estado mental que se conoce como mushin.

El trabajo de la tercera artista, Tsubasa Kimura, presenta otra posibilidad, que ella misma explica: "Trabajo utilizando mis propias palabras. No les atribuyo sentido sino que, simplemente, dispongo de ellas para el trazo." Más cerca de lo que podría comprenderse como una obra de arte contemporánea occidental, los trabajos de Kimura aprovechan el espacio para desplegarse: pinta sobre telas de varios metros, que cuelgan en la sala formando instalaciones de planos translúcidos.

Espiritualidad. Disciplina. Concentración. Y desde ellos, grandes vuelos mentales mediante la tinta, el papel y los tipos. Todo esto es lo que se puede contemplar actualmente en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes.


Poder

Espero sea  del agrado de ustedes
Tomado de la revista Ñ suplemento cultural del diario Clarin

sábado, 26 de marzo de 2011

TALLER DE INICIACIÓN AL HAIKU Y POESÍA JAPONESA: 俳句の工房


Sábado, 30 de abril · 9:00 - 13:00


Lugar El Rosedal de Palermo


Creado por Escuela de Haiku y Poesía Japonesa en Argentina - Kyokukan Haiku Dojo, Luis Kyoshi Guzman

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Más información

Taller al aire libre en pleno contacto con la naturaleza. Escogimos los Bosques de Palermo en plena ciudad de Buenos Aires donde podremos contemplar y disfrutar de la naturaleza en contraste con la ciudad, emulando a las antiguas escuelas de poesía japonesas, como inspiración principal para Haiku y la poesía contemplativa. Experimentaremos también con el Haiku urbano moderno.

Contenido:
a. Breve introducción acerca de Japón y su cultura.
b. Diferentes tipos de poesía japonesa (Waka): Katauta, Tanka, Sedoka, Renga, Mondo, etc.
c. Que significa Haijin. Principales maestros Haijin.
d. Introducción al Haiku. Definición. ¿Qué es y qué no es Haiku?
e. ¿Qué es Senryu? Principales diferencias con el Haiku.
f. Haiku en Oriente y Occidente.
g. Errores frecuentes de occidente en la composición de Haiku.
h. Métrica y tipos de métrica japonesas y occidentales e integración de ella en el Haiku moderno.
i. Composición del Haiku: "Aprendiendo las reglas, para
después obviarlas".
j. ¿Por dónde empezar?. Palabra Clave, Kigo.
k. Contemplación de la naturaleza y Haiku.
l. Clasificación y Tipos de Haiku.
m. Qué es es Haibun. Preparando nuestro Haibun.
n. Prácticas y dinámica de escritura de Haiku: "Papel de arroz”.
o. Exposición de trabajos.

Dirigido a público en general de todas las edades y formación, con interés en aprender el arte de la escritura del Haiku y la poesía japonesa.

Requisitos y recomendaciones:
- No se requieren conocimientos previos.
- No se requiere conocimientos de escritura ni idioma japonés.
- Ropa cómoda y holgada.
- Se recomienda apagar los celulares y/o cualquier artefacto o dispositivo que pueda crear distracción y no permita la concentración en la contemplación de la naturaleza.

- Se recomienda llevar agua, bebida y refrigerios. Aunque existen cerca lugares donde se puedan adquirir.

- Materiales que debe traer el alumno:
Un cuaderno o block de hojas para hacer anotaciones y otro cuaderno para componer su Haibun.

- Lápices de grafito.

La realización de este curso permite obtener los conocimientos básicos necesarios para continuar como alumno regular de la Escuela Permanente de Haiku y Poesía Japonesa Kyokukan Haiku Dojo de Argentina.


FAVOR CONFIRMAR SU ASISTENCIA UNOS DÍAS ANTES MEDIANTE EL ENVIO DE E-MAIL A LA SIGUIENTE DIRECCION:
tallerhaiku@gmail.com

viernes, 25 de marzo de 2011

viento de Otoño


Este u Oeste
la misma tristeza
viento de Otoño

Bashoo





Sobre el Haiku
COMENTARIO DE POEMAS SELECCIONADOS, en
http://poesiaartesana.mejorforo.net/t1344-sobre-el-haiku

Autor:
Maramin


Este u Oeste
la misma tristeza
viento de Otoño

Bashoo




Contenido:

Cuando la melancolía aborda al poeta, el mundo que le circunda se resquebraja y todo tiene la consistencia de un mal sueño lleno de hastío y tristeza. Este haiku es una muestra de ello. Cuando el hombre está solo y se encuentra desterrado de toda convivencia y ausente de expectativas, el soplo de vida que le anima en cada uno de sus movimientos se transforma en un negro manto de pesada melancolía que le hace postrarse ante su verdadera condición de ser destinado al sufrimiento y a la muerte.

Una ráfaga de viento que acaricia nuestro cuerpo y luego nos abandona puede ser la chispa que haga reflexionar al poeta que sabe, como Bashoo, que no es el viento el que nos abandona, sino nosotros a él, con nuestra efímera existencia, los que le vamos dejando en este mundo poco a poco. El viento existe, nosotros estamos existiendo y llegará un día en que dejaremos de hacerlo y el viento se quedará libre de hombres y ay nadie escuchará su silbido. El haiku que ha escrito Bashoo es una expresión primigenia y ancestral de esa “sensación de ir muriendo” que se nos instala en el espíritu cada vez que alcanzamos ese estado de sensibilidad tan profundo.

Estructura:

En esta ocasión, el haiku ha sido dispuesto de la siguiente forma:

- Primer verso (Este u Oeste): se constata el lugar, con la particularidad de que no es ningún sitio específico, sino, podría pensarse, todo aquello que nos circunda. Entiéndase que el poeta hace referencia al Este y al Oeste, puntos cardinales por donde sale y se pone el Sol, por donde entra en nuestra vida la noche y el día y por donde extensión las horas y días que nos acercan cada vez más a nuestro destino: esa inevitable muerte.
- Segundo verso (la misma tristeza): antes de acabar el poema, hallamos nuevamente el efecto, la sensación que se ha extendido por el alma del poeta y que le ha obligado a escribir. Podemos ver, de momento, a un hombre condenado a la tristeza en cualquier lugar del mundo.
- Tercer verso (viento de Otoño): Bashoo, una vez que ha sembrado la sensación que le está atrapando, siembra en nuestro espíritu la causa, para que nosotros también quedemos apresados en esa escena. Nos damos cuenta de que aquello que produce tanta tristeza en todas las partes del mundo ha sido una ráfaga de viento frío de Otoño: ese viento que nos roza mientras se marcha, dejándonos solos; ese frío que ya anuncia la pérdida del Verano y de un tiempo más agradable para el ser humano; ese Otoño en el que se caerán las hojas de los árboles, por ejemplo, y que mudará toda la vida que ha aparecido poderosa e invencible ante los ojos del poeta. Todo está a punto de perderse y eso entristece el alma del poeta.

. .

En el mismo foro, Maramin presenta:

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL HAIKU por H.MASUDO GOGA

1º El haiku es un poema conciso, formado por 17 sílabas, distribuidas en 5-7-5. Sin rima ni título y con indicación de la estación del año.(Kigo)

2º El Kigo es la palabra que designa una de las cuatro estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. P.e.


Flor de cerezo (Primavera) Primera flor.
Calor (Verano) Fenómeno ambiental.
Libélula (Otoño ) Insecto otoñal
Nieve ( Invierno) Fénómeno natural

3º Cada estación del año tiene su propio carácter desde el punto de vista de la sensibilidad del poeta. P.e:


· Primavera......................Alegría
· Verano..........................Vivacidad
· Otoño..........................Melancolía
· Invierno........................Tranquilidad

4º El haiku es un poema que expresa fielmente la sensibilidad del autor.

Por eso:


· Debe respetar la simplicidad.
· Evitar adornos (En términos poéticos)
· Captar un instante en su núcleo de eternidad o un momento transitorio
· Evitar el razonamiento

5º La métrica ideal del haiku es la siguiente:


· 5 sílabas en el primer verso
· 7 " en el segundo
· 5 " en el tercero

Pero no es una exigencia rigurosa siempre que se siga la regla de no pasar de 17 sílabas en total y no mucho menos de 17.

Hay que tener en cuenta que las palabras agudas al final de verso cuentan por dos la sílaba acentuado y las esdrújulas en cambio restan una sílaba en el mismo caso.

6º El haiku es poema popular, por eso deben usarse palabras de uso cotidiano y de fácil comprensión.

7º El haihuista (Haijin) auténtico capta el instante, como el objetivo de una cámara de fotos.

8º El autor es considerado dueño del haiku por eso debe evitarse cualquier imitación, buscando siempre el espíritu haikuista que exige conciencia y realidad.

9º El haiku es considerado una especie de diálogo entre autor y lector, por eso no hace falta explicar todo.

La emoción y la sensación sentidas por el autor debe ser levemente sugerida a fin de permitir al lector recrear la misma emoción para que pueda concluir a su manera el poema presentado. En otras palabras el haiku no debe ser un poema discursivo y acabado.

10º El haiku es un producto de la imaginación emanado de la sensibilidad del Haijin, es por eso que deben evitarse expresiones de causalidad, sentimentalismo vacío o ñoñerías.
.

martes, 22 de marzo de 2011

tsuki

Kigo es una palabra o una frase asociada con una temporada especial, utilizada en la poesía japonesa. Se utilizan en las formas poéticas no-renga y renku, así como en el haikú para indicar la temporada a que refiere el fragmento. Son valiosas en el suministro de la economía de expresión.

La asociación de kigo con una estación en particular puede ser obvia, aunque a veces es más sutil. Kabocha, por ejemplo, es una calabaza de invierno que está asociada con la cosecha de finales del otoño.

Puede ser menos obvio por qué la luna (tsuki) es una kigo otoño, ya que es visible durante todo el año.
Pues porque en otoño los días se hacen más cortos y las noches más largas, sin embargo son todavía lo suficientemente calientes como para mantenerse fuera, así que es más probable que pueda observarse la luna. A menudo, el cielo de la noche estará libre de nubes.


foto: La gran Luna de hoy,
Manuel Patiño en
http://nuestroarteamigos.ning.com/photo/la-gran-luna-de-hoy


la noche inmensa ..
y no cabe en el cielo
la luna llena



...........................................

¡Cómo el hombre!
Miserable el espantapájaros
En noches de luna llena

Masaoka Shiki



Bajo el alero
el espejo no copia
más que la luna.

Jorge L.Borges


. . .

Publicado por Maramin en
Sobre el haiku
http://poesiaartesana.mejorforo.net/t1344-sobre-el-haiku :

con la luna de agosto
paseé perdido junto al estanque
toda la noche

Matsuo Bashoo


El mismo autor que escribió estos versos defendía la tesis de que un buen haiku no debía de mostrar más del 70% de su contenido real, convirtiéndose en una obra de arte sugerente que incitase a la sensibilidad del lector para experimentar la misma impresión que le había cautivado a él. En este caso, Bashoo lo consigue.

Cuando leemos este poema, nos encontramos en un primer lugar con realidades muy poéticas que recrean casi un mundo paradisíaco: la luna, un estanque, el frescor de una noche de verano… Leemos el haiku y nos cautiva tan intensamente que no nos extraña que un poeta quiera perderse junto a esa belleza toda la noche. Pero, si releemos y profundizamos un poco más en esa imagen, nos damos cuenta de que el poeta ha callado aquello que le ha subyugado, aquello que le ha convertido en esclavo de esa noche y de aquel lugar. Se encuentran presentes la noche, la luna y el estanque, pero, al decirnos el poeta que ha estado “perdido junto al estanque”, nos damos cuenta de que no debemos de contemplar esos objetos de manera aislada, sino como un todo, tal y como el haijin los ha sentido esa noche de verano mientras paseaba. Entonces nos damos cuenta de que aquello que ha apresado el corazón del poeta y que le ha llevado a sentirse parte de ese microcosmos ha sido el reflejo de la luna en el estanque. No la luna, ni el estanque: sino ese reflejo sutil e inmaterial que une el cielo con la tierra y hace al ser humano partícipe de algo superior, aunque se sepa perdido y vagabundo en su inmensidad.


si tuviera a alguien
regañaría con él
bajo la luna de hoy

Issa Kobayashi



El amor, cuando es verdadero, sí es haiku. Pocas son las obras literarias que plasman el amor de verdad y, sin embargo, estos tres versos de Issa lo han conseguido. Por regla general, el planteamiento amoroso de un texto se basa en la presentación de ciertos arquetipos o ideas preestablecidas sobre ciertos personajes que el autor ha creado para dar una determinada visión del amor. Si el autor desea contar una historia sobre el amor no correspondido, como hace Kabawata, creará una serie de personajes con unas características bien definidas para que la acción transcurra de la manera más apropiada. Si el autor, por el contrario, se propone dar vida a un amor trágico, como hace Fernando de Rojas en La Celestina, plasmará ciertos caracteres propicios al desenlace de una obra de esta tipología. Pero, ¿y cuando el amor que se escribe es el amor de verdad, el real? Entonces no es literatura, porque es vida y la vida no es una ficción; entonces, comprendemos que más que un poema es una confesión y más que una confesión, una realidad.

En este haiku de Issa encontramos el amor de verdad. El poeta ha estado contemplando la luna (arquetipo de belleza y de tópico para los encuentros románticos) y se ha dado cuenta de que, aunque rodeada de estrellas, está sola: no hay otra luna como ella, no hay dos lunas en este mundo. Ella es la única luna y está sola, como él. En este momento, el poeta siente deseos de realidad, de volver a experimentar el amor, que es intrínseco a toda criatura. No persigue un amor platónico ni idealizado: quiere el amor de verdad y desea la compañía de una persona con la que regañar, porque sabe que en el amor también se regaña y a veces más de la cuenta, pero no por ello deja de ser amor. Issa busca esa noche un amor verdadero, uno con el que se pueda regañar y reconciliarse, no un amor de libro. Entonces, mientras pronuncia su deseo, convierte a la luna, no en la luna arquetípica que presencia el encuentro de todos los enamorados, sino en la que cada noche gobierna el cielo de los hombres y siempre se encuentra presente cuando discutimos y cuando nos amamos.

Maramín

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sábado, 19 de marzo de 2011

El eco.





Kodama,
ôi to sabishi ito
ôi to sabishi yama

Ogiwara Seisensui ( 1884-1976)



¡Oh! dijo el hombre solitario
¡Oh! dijo el monte solitario.
El eco.
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domingo, 13 de marzo de 2011


Haiga en solidaridad con Japón y sus gentes, no actualizará el blog hasta el fin de semana.

Enlace con:
http://www.balovega.com/


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Shiro no Nihhon's Blog.

http://komentonojapon.wordpress.com/

no preguntes por quién doblan las campanas ?
están doblando por ti
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sábado, 12 de marzo de 2011

Sakura (flor de cerezo)


Hotoke ni wa
sakura no hana o
tatematsure
waga nochi no yo o
hito toburawaba

Cuando la muerte me lleve,
esparce pétalos de cerezo
en la ceremonia...
Sí quieres celebrar los oficios por mí,
rumbo a la otra vida.

Espejo de la Luna.
Satô Norikiyo "Saigyô" (1118-1190).

Japón

Cataclismo en Japón
Con una magnitud que sorprendió a los sismólogos, Japón fue golpeada doblemente por las fuerzas de la naturaleza. Un terremoto mayor que cualquiera conocido en la historia de Japón y el consiguiente tsunami, con olas de más de 10 metros que impactaron en la costa noreste causaron un balance provisional de centenares de muertos, una vasta destrucción en infraestructuras y red de transporte y la declaración del estado de emergencia tras verse afectadas varias centrales nucleares. Si bien las fugas radiactivas no están confirmadas, los daños en los sistemas de refrigeración hicieron saltar todas las alarmas y obligaron al Gobierno a situarse en el peor de los escenarios: el de un cataclismo natural que se convierte en una catástrofe nuclear. Los mercados tampoco fueron ajenos a esta situación de alerta mundial y cerraron con fuertes pérdidas y una gran preocupación por las implicaciones que pudiera tener en una economía como la japonesa, de gran proyección global.

El terremoto, de gran intensidad y muy poca profundidad, fue una «tormenta perfecta» para generar un tsunami. Con un epicentro a poco más de 100 kilómetros de la costa, apenas hubo tiempo material para la evacuación. Los terremotos y tsunamis son relativamente comunes en el El Anillo de Fuego del Pacífico, un cinturón volcánico que rodea el océano. Probablemente no haya país en el mundo tan preparado y con códigos de construcción tan estrictos como Japón para resistir las devastadoras consecuencias, pero las fuerzas de la naturaleza son implacables, contienen una tensión construida y acumulada durante siglos que súbitamente se descompone liberando enormes cantidades de energía. Y sitúan al ser humano ante la cruda realidad de su inevitable fragilidad.

El pueblo japonés es perseverante, estoico y disciplinado. La unidad, el propósito común y la resistencia colectiva ante los desastres están muy enraizados en el alma japonesa. Como han demostrado en otras ocasiones, sabrán trabajar juntos en la gran fábrica social de la reconstrucción.
Ya lo dijo el gran poeta japonés, Matsuo Basho, en un haiku del siglo XVII:

«Las vicisitudes de la vida
tristes, para convertirse finalmente
en un brote de bambú».




Lo que veremos en Japón en los días por venir… un ejemplo para muchos
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viernes, 11 de marzo de 2011

Obsequio


Reciban este pequeño obsequio.
Cuando aprendi a hacerlo no sabia  que era origami
con aprecio para Haiga y todos los participantes

poner alas

suspender en el tiempo

las ilusiones

jueves, 10 de marzo de 2011

La distancia mas corta -



Dado que el Origami, que en este espacio todos conocemos, es una de las artes tan sutiles de Japón.

Los invito a leer esta carta de amor que incluye en su trama esta actividad… no transcribo todo el texto por considerarlo largo… corresponde al primer premio del concurso para estos temas…

“Acabo de terminar una nube con relámpagos. Queda preciosa colgada del techo de nuestro cuarto, Laura, justo encima de la cama. Como sólo me quedaba papel para escribir esta carta y quería que la nube fuera de gran formato, he tenido que utilizar la cortina de la ducha (ya sé que eso es hacer trampas, pero las gotitas de Loctite para que aguanten los pliegues no se notan). Lo mejor es que mientras la estaba fabricando una tregua suave se ha instalado en mi mente y he conseguido no pensar en nada… pero ahora que veo la nube sobre mi cabeza me vuelvo a sentir en jaque. Una pregunta afilada y caprichosa me carcome.


A lo mejor tú lo sabes, Laura: ¿cuál es la distancia más corta entre dos personas?”
................................................................................................................sigue...

http://juliosuarezanturi.wordpress.com/2011/02/18/x-concurso-antonio-villalba-de-cartas-de-amor  /

deseo les agrade..........