lunes, 28 de junio de 2010

Sendas de Oku


" Los meses y los días son viajeros de la eternidad. El año que se va y el que viene también son viajeros. Para aquellos que dejan flotar sus vidas a bordo de los barcos o envejecen conduciendo caballos, todos los días son viaje y su casa misma es viaje. Entre los antiguos, muchos murieron en plena ruta. A mí mismo, desde hace mucho, como girón de nube arrastrado por el viento, me turbaban pensamientos de vagabundeo. Después de haber recorrido la costa durante el otoño pasado, volví a mi choza a orillas del río y barrí sus telarañas. Allí me sorprendió el término del año; entonces me nacieron las ganas de cruzar el paso Shirakawa y llegar a Oku cuando la niebla cubre cielo y campos. Todo lo que veía me invitaba al viaje; tan poseído estaba por los dioses que no podía dominar mis pensamientos; los espíritus del camino me hacían señas y no podía fijar mi mente ni ocuparme en nada.
Remendé mis pantalones rotos, cambié las cintas a mi sombrero de paja y unté moka quemada en mis piernas, para fortalecerlas. La idea de la luna en la isla de Matsushima llenaba todas mis horas. Cedí mi cabaña y me fui a la casa de Sampu, (1) para esperar ahí el día de la salida. En uno de los pilares de mi choza colgué un poema de ocho estrofas. (2) La primera decía así:

Otros ahora
en mi choza - mañana
casa de muñecas." (3)

Basho


Notas:
(1)Sugiyama Sampu (1648-1733). Comerciante acomodado de Edo (Tokio), protector de Basho y discípulo suyo. Fue poeta de cierta distinción.
(2)Más exactamente: una serie de ocho poemas (renga haikai). Basho cita solamente el poema inicial (hokku). Era costumbre colgar en un pilar de la casa el renga.
(3)Las familias con niñas celebran la Fiesta de las Muñecas el día tercero del tercer Mes de cada año. En esa fecha se colocan las muñecas tradicionales, que se conservan de generación en generación, en el salón principal de la casa, adornado con flores. Basho piensa en la metamorfosis de su choza, hasta entonces habitada por un poeta que hacía vida de ermitaño.

PARTIDA

"Salimos el veintisiete del tercer Mes. El cielo del alba envuelto en vapores; la luna en menguante y ya sin brillo; se veía vagamente el monte Fuji. La imagen de los ramos de los cerezos en flor de Ueno y Yanaka me entristeció y me pregunté si alguna vez volvería a verlos. Desde la noche anterior mis amigos se habían reunido en casa de Sampu, para acompañarme el corto trecho del viaje que haría por agua. Cuando desembarcamos en el lugar llamado Senju, pensé en los tres mil ri de viaje que me aguardaban y se me encogió el corazón. (1) Mientras veía el camino que acaso iba a separarnos para siempre en esta existencia irreal, lloré lágrimas de adiós:

Se va la primavera,
quejas de pájaros, lágrimas
en los ojos de los peces.

Este poema fue el primero de mi viaje. Me pareció que no avanzaba al caminar; tampoco la gente que había ido a despedirme se marchaba, como si no hubieran querido moverse hasta no verme desaparecer."

Basho


Notas:
(1)Senju era la primera posada en el camino del norte. Ri: medida antigua de longitud; cada ri estaba compuesto de 36 cho; un cho equivale a 109 metros y un ri a 3,92 Km. Tanto en la poesía china como en la japonesa, la expresión “tres mil ri” equivale a “gran distancia”.

Extraído de Bosques de Bambú-Camino del Haiku

PUBLICADO POR DANTE CARLINI RODRIGUEZ
en emagister.com
GRUPO GENERO POETICO
RINCON DEL HAIKU
.........................

perdí un haiku
en la frontera lejana
de tu recuerdo

dioses urbanos
caminan por las calles
y nadie los ve

cómo poder ver
tu sombra en la noche
camino del mar

DECR
Dante Carlini Rodriguez





viernes, 25 de junio de 2010

TRILOGIA

las musas
Maurice Denis

TRILOGÍA

Nada sucede
Mientras enmudecidas
Están las musas

Aunque el paisaje
Esplendorosamente
Las enamora

Besa y seduce
Sútil las acaricia
Y ellas sucumben

Irremediable
Se entregan absolutas
A ser perennes

Se inmortalizan
Desde cada palabra
Que escribe el poeta


DECR

Dante Carlini Rodríguez
en emagister.com

miércoles, 23 de junio de 2010

a puro invierno

fotografía: esta noche
http://nuestroarteamigos.ning.com/photo/a-puro-invierno-esta-noche

Flores de invierno
Del encierro me libran
Los pensamientos.

Cecilia
en
e.magister.com
....................................................

Apuntes del libro "Poemas japoneses a la muerte",
un recopilatorio de Yoel Hoffmann. Este autor comenta los poemas, lo que da la oportunidad de apreciar cada uno, sobretodo si se es novato en el tema. Todos los poemas están escritos por monjes y poetas de haikus.

Jomei 1766

Hojas de palabras:
el otoño colorea
una montaña quieta

Koto no ha ya
ugokanu yama mo
aki no iro

Hay un juego de palabras en el original. La palabra kotoba, "lenguaje", se compone de koto, "palabra", y ha, "hojas". El poeta, separando ambos constituyentes -koto no ha-, crea la imagen "hojas de palabras".

.............................................................

Los antiguos haijin han recurrido con cierta frecuencia a los juegos de palabras con doble sentido, usando vocablos homónimos por su homofonía o igualdad fonética, que no son precisamente homógrafos, palabras de igual escritura y sonido, pero de distinto contenido.

Fernando Rodriguez-Izquierdo
Universidad de Sevilla
Citado en

http://www.elrincondelhaiku.org/pub_int_haikucam24.php

lunes, 21 de junio de 2010

El tiempo habitado

fotografía: Julie



Mi corazón
violeta de otoño
sangre amarilla

En malvarojo
hay un lago de estrellas
para bañarnos

Tarde en colores
las almendras caídas
piden tus manos

Recrea el viento
entre tus dedos largos
mi cabellera

Y se evaporan
las lágrimas caídas
a los espacios

Terrenos áridos
los marrones ondean
mares de tierra

Son los deseos
el no vivir que rompe
cristal de lunas

Dentro, infinito,
tu gesto es el encanto
de la ternura

Tarde serena
nuestros cuerpos denudos
se vuelven peces

En mi esperanza
una nube destruye
cristales viejos

Tus dedos pluma
en la piel de mi cuerpo
dibuja soles

Te estoy creando
tengo perdida el alma
tu piel me envuelve

Mar es quebranto
de lágrimas que beben
agua y espuma

Y ya no quiero
rasgar más los azules
de tu misterio.

Julie Sopetrán



¿POR QUÉ HAIKUS?

Fue en Estados Unidos, donde por primera vez me encontré con el haiku.
Me parecía difícil condensar en tres versos todo un pensamiento. No le presté demasiada atención entonces. Después, a través de diversas lecturas, volví a encontrarme dentro de esta forma poética. Siempre pensé que la cultura japonesa no iba demasiado conmigo, tal vez por mi desconocimiento y lejanía. Nunca he apreciado el Taoismo, ni el Confucionismo, ni el Budismo. China y Japón estaban muy lejos de mi cultura occidental. Leyendo algunas traducciones, tanto en inglés como en español, de Bashó, Onitsura, Sute, Chiyo, Buson, Kito, Issa, Shiki… decidí integrarme también o experimentar el arte de la brevedad. Porque el haiku, es un poema tan breve que no tiene más de diecisiete sílabas, distribuídas en tres versos de cinco, siete, cinco. Una métrica ideal, para estos primeros intentos de mi poética al estilo de Japón.
Hace años intenté escribir un libro dedicado a la simplicidad, lo titulé: “Una hora de soledad”, libro que todavía tengo inédito. Al encontrarme de nuevo con el haiku, sentí una especie de alegría al recordar mi libro en esa coincidencia de expresar lo sencillo o lo pasajeramente estático, como es todo lo que sucede en el instante. Por otra parte, me considero una poeta de la naturaleza, y este es otro coindicente con el haiku: esa poesía pura, de la trascendencia que es lo lírico, o sea lo que atañe al poeta. Siempre, en mis primeros intentos trataba de plasmar en una fotografía lo que quería expresar y ya el hecho de seleccionar la imagen, suponía para mi un pensamiento escrito en el aire, una ráfaga de ilusión, un ensueño…
Pero no soy fotógrafo, ni tampoco experta en haikus. El haiku ya estaba impreso en mi personalidad y espontáneidad al hacer la foto, tan coincidente con la belleza del propio haiku. Confieso que ambas cosas me han seducido hoy, más que nunca y, que aquellos instantes en los que usé mi cámara, tanto en casa, como en mis viajes largos y cortos, hoy, han supuesto para mí un desafío intelectual. Porque es ahora, al escribir haikus, cuando me he dado cuenta, que todos los momentos son verdaderamente magia y poesía.

Julie Sopetrán

Enlace:
http://eltiempohabitado.wordpress.com/haikus-de-julie/

domingo, 20 de junio de 2010

Julie Sopetrán



fotografía: al alba
diciembre 10, 2008
en
http://www.arteyfotografia.com.ar/3544/fotos/152584/
ventana abierta al alba
con rocío de júbilo riendo en sus cristales...

AMANECER

Suena la luz
canción de primavera
bailan las piedras

Rojo geranio
alegra la mañana
el perro duerme

Las mariposas
besan el arco iris
de la tristeza

Es primavera
la música del alba
conmigo juega.

Juli Sopetrán


Escritora. Poeta. Ensayista.
Crítica. Periodista.
Nació en Mohernando (Guadalajara),
y ha residido muchos años en California,
donde creó una escuela de poesía en español.
Dedicada al periodismo, a la creatividad,
a la literatura pura y a la poesía,
es una de las mejores voces femeninas
de la actual poesía castellana.

Julie Sopetrán es el nombre literario de Julia González Barba, que por tradición familiar de residencia en la finca que formó parte, durante largos siglos, del Monasterio benedictino de Sopetrán, en el término de Hita, pero junto a Torre del Burgo, en las orillas del río Badiel, en la provincia de Guadalajara, adoptó el apelativo de Sopetrán y con él ha realizado una tarea amplísima en el campo de la literatura intimista, de la poesía y la narración, sin olvidar los montajes teatrales y audiovisuales, de los que es una auténtica maestra.

http://www.aache.com/alcarrians/julie.htm



VER:
http://tardesdematesycuentos-mariobenedetti.blogspot.com/2010/06/ataraxia.html

Julie dijo...
Realmente internet es un milagro de amistad, de encuentros y reencuentros. Gracias a todos, especialmente a Cecilia, por traerme a vuestro espacio. Escribí estos haikus para que tú, Cecilia, le pongas la imagen. Son cuatro haikus encadenados que me inspiró este fin de la primavera en España, en mi ambiente más cercano. Os quiero,

viernes, 18 de junio de 2010

Mario Benedetti

















“RINCÓN DE HAIKUS”
MARIO BENEDETTI

Nota previa

Hace tiempo que soy lector de haikus, pero confieso que el primero
que me sedujo como forma poética se lo debo a Julio Cortázar, cuyo
título póstumo, Salvo el crepúsculo,
fue tomado de un notable haiku
de Matsuo Bashoo (1644-1694): “Este camino/ ya nadie lo recorre/
salvo el crepúsculo”. Años después me enteré de que la traducción
pertenecía a Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya).
El origen del haiku, con su severa pauta silábica, 5-7-5, se remota al
siglo XVI. Ciertos eruditos lo vinculan formalmente alkatauta, un
poema breve que oscilaba entre la pauta 5-7-5 y la 5-7-7; otros lo
derivan delhaikai , que se creaba en grupo y podía tener hasta cien
versos. Paulatinamente se fue asentando la forma de 17 sílabas, en la
rígida combinación 5-7-5, que es sin duda la que produce un efecto
poético más impactante. No obstante, hubo al parecer otras formas
precursoras del haiku: chooka, tanka, sedooka, y especialmente el
renga, canción encadenada, fruto de varios poetas, que vino a
introducir un elemento festivo en la literatura japonesa. En todas
estas formas aparecen los versos de 5 y de 7 sílabas en distintas
concatenaciones, y también se va afirmando el concepto de estación.
Vale la pena aclarar que la rima casi no se usa en este envase lírico
tan peculiar; en cambio, se ha empleado bastante en las
traducciones.
Para esta revisión histórica, recomiendo especialmente el excelente y
documentado estudio de Fernando Rodríguez-Izquierdo, El haiku
japonés/ Historia y traducción , 2º edición Hiperión, Madrid, 1994
(es autor de diez o doce libros más sobre tema tan especializado) y, para
no salir del aporte en castellano, diversos estudios y traducciones de
Ricardo de la Fuente y Yutaka Kawamoto (Haijin, Antología del jaiku,
Hiperión, Madrid, 1992), y Antonio Cabezas (Jaikus inmortales,
Hiperión, Madrid, 3º edición 1997), así como cuidadas traducciones,
casi siempre en edición bilingüe, de autores de haikus como Matsuo
Bashoo, Yosa Buson, Issa Kobayashi y Masaoka Shiki.
En América Latina, el estudio más serio y bien informado pertenece a
la puertorriqueña Gloria Ceide-Echevarría: El haikai en la lírica
mexicana, Ediciones de Andrea, México, 1967, basado en la tesis doctoral
del mismo título, presentada en la Universidad de Illinois en 1965.
El gran maestro y creador de haikus es, sin lugar a dudas, Matsuo
Bashoo, a quien Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya),
dedicó su excelente estudio: Matsuo Bashoo, “Sendas de Oku”,
Barral Editores, Barcelona, 1970. No obstante, como bein señala
Fernando Rodríguez-Izquierdo (ob.cit., pág. 65), “Basoo no representa
un corte radical con el pasado literario. Su formación estética e
intelectual era muy profunda, y gracias a ella había asimilado el
espíritu de la cultura del Japón. En haiku, él mismo se reconoce
deudor de la escuela Dantin. Bashoo viene a reanimar el haiku, pero
sin prescindir de tendencias que ya estaban insertas en su proceso de
evolución”.
Después de Bashoo, viene una larga nómina de autores de haikus:
Onitsura (1660-1738), incluso una mujer, Chiyo (1701-1775),
Taniguchi Buson (1716—1783), Issa Kobayashi (1762-1826). Ya en el
siglo XIX aparece Masaoka Shiki, que después de tantos poestas
religiosos, incorpora su presencia de agnóstico (ver: Masaoka Shiki,
Cien Haikus, traducción y presentación de Justino Rodríguez, edición
bilingüe, Hiperión, Madrid, 1996).
Más cercano a Buson que a Bashoo y aunque sólo vive 35 años, Shiki
es uno de los más notables autores de haikus. Ya en el siglo XX, una
nueva tendencia, “Shinkeikoo”, hace que los nuevos poetas japoneses
se aparten del haiku clásico y su rigor tradicional.
Desde inicios del siglo XX, el haiku empezó a extender su influencia
en poetas de Occidente, en especial el francés Paul Louis Couchoud y
el inglés B. H. Chamberlain, así como algunos españoles. Pero sólo
influencias. No era frecuente hallar en la lírica occidental
(particularmente la parnasiana y la impresionista) la fiel transcripción
de la célebre pauta 5-7-5. Ni siquiera en traducciones. En España. Y
tal como destaca Ricardo de la Fuente, aparecen rastros (sólo rastros)
del haiku en los Machado, Juan Ramón Jímenez, Guillén, García Lorca
y en particular Juan José Domenchina, autor de un haiku tan clásico
como: “Pájaro muerto/ ¡Qué agonía de plumas/en el silencio!”.
En América Latina, el poeta más cercano al haiku fue indudablemente
Juan José Tablada. No obstante, y como señala Ceide-Echevarría: “no
intenta conservar las 17 sílabas del haikai (o haiku) japonés; en sólo
tres de los poemas de Un día… se ciñe a las 17 silabas tradicionales,
aunque no a la distribución clásica de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas”.
Por otra parte, Tablada apela casi siempre a la rima, un recurso
normalmente descartado por los poetas japoneses.
De todas maneras, la introducción del haikai efectuada por Tablada en
la poesía mexicana, tuvo influencia en muchos otros poetas de ese
país. Cabe mencionar a Rafael Lozano y otros posmodernistas; a José
Gorostiza, Jaime Torres Bidet, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Elías
Nandino y otros “contemporáneos”. También, y fundamentalmente, a
Octavio Paz, y en capas más recientes, Juan Porras Sánchez y Carlos
Gaytán. Cabe destacar que la influencia del haiku en casi todos estos
nombres fue más bien indirecta. Curiosamente, un sevillano, José
María González de Mendoza, considerado mexicano porque vivió
largamente en México, gran admirador de Tablada, es uno de los
pocos que fue fiel a la clásica estructura del 5-7-5, como en este
haiku: “El rojo acento/ de tus labios me llama/donde me quemo”, o en
este otro: “Mi vida es muda/ni novia ni amistades…/ ¡Ah sí! La luna”.
Personalmente, no he estado en Japón ni conozco su lengua. Tampoco
soy un experto en la historia y desarrollo del haiku. Si tengo bien
leídos y disfrutados, en buenas traducciones, numerosos haikus en la
pauta clásica, que es la que siempre me ha cautivado. Está de más
decir que, por el mero hecho de presentar en este volumen, más de
doscientos haikus de mi propia cosecha, no me considero un “haijin”
(así se denomina en japonés al que escribe haikus) rioplatense.
Simplemente, el haiku clásico, como forma lírica, se me figuró
siempre un desafío, tanto por su estructura fija como por su brevedad
obligada, que lo hace aún más ceñido que, por ejemplo, el soneto,
que e la poética española es tal vez la estructura clásica más rígida.
Con sólo 17 silabas y con una distribución invariable (5-7-5), el haiku
es en sí mismo una unidad, un poema mínimo y no obstante
completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo, a
veces su toque de humor o ironía. Bashoo dejó para la posterioridad
esta curiosa definición: “Haiku es simplemente lo que está
sucediendo en este lugar, en este momento”.
También forma parte del desafío el hecho de que si bien el haiku ha
encontrado en América Latina buenos y hasta excelentes traductores,
en cambio ha tenido escasos cultores originales. Salvo el ya
mencionado Tablada, los otros que se atrevieron con esa pauta lo
hicieron muy tímida y esporádicamente. Y aun esos intentos
ocurrieron casi exclusivamente en México y cercanías. El mismo
Tablada, casi nunca se ciñó a la pauta clásica, aunque debe
reconocerse que sus mejores logros los obtuvo cuando no se evadió
del 5-7-5, verbigracia: “Trozos de barro, / por la senda en penumbra/
saltan los sapos”.
En Perú, está el caso singular de Arturo Corchera, que en sus varias
veces editado Noé delirante , sin incorporar ningún haiku
propiamente dicho, revela una influencia muy bien asimilada, que le
conduce a un libro original y chispeante.
En el Río de la Plata, y en general en América del Sur, el haiku ha sido
casi ignorado como lectura (no olvidar al argentino Kazuya Sakai, que
sin embargo fue en México donde publicó su libro Japón: hacia una
nueva literatura, El Colegio de México, 1968) y por supuesto como
género a cultivar. Una singular excepción es nada menos que Jorge
Luis Borges, que fue un buen conocedor de la poesía japonesa. En
1972 ya había incorporado seis tankas en El oro de los tigres, pero es
en La cifra (1981), libro dedicado a María Kodama, donde incluye 17
haikus originales, no traducciones (curiosamente la cifra 17 se
corresponde con el número obligatorio de sílabas en el haiku clásico),
todos con la estructura fija heredada de Bashoo (5-7-5). Hay que
señalar que en esos poemas mínimos de última hora hay algunos de
notable calidad. A diferencia de Tablada, Borges, cuando elige el
haiku, no se aparta ni una sola vez de la norma clásica.
En mi caso particular, es obvio que no me he puesto a imitar a poetas
japoneses, ni siquiera a incorporar sus imágenes y temas preferidos.
Apenas he tenido la osadía de introducirme en esa pauta lírica, pero
no apelando a tópicos japoneses sino a mis propios vaivenes,
inquietudes, paisajes y sentimientos, que después de todo no difieren
demasiado de mis restantes obras de poesía.
Encerrar en 17 sílabas (y además, con escisiones predeterminadas),
una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un paisaje, y
hasta una breve anécdota, empezó siendo un juego. Pero de a poco
uno va captando las nuevas posibilidades de la vieja estructura. Así la
dificultad formal pasa a ser un aliciente y la brevedad una provocativa
forma de síntesis.
Ahora, con el perdón de Bashoo, Buson, Issa y Shiki, ya considero al
haiku como un envase propio, aunque mi contenido sea
inocultablemente latinoamericano. Y ya que en mi caso no se trata de
traducciones, que a menudo exigen matrices y variaciones formales
que no figuran en la pauta tradicional, he querido que mis haikus no
se desvíen en ningún caso del 5-7-5. Esta fidelidad estructural es,
después de todo, lo único verdaderamente japonés de este modesto
trabajo latinoamericano.

M. B. Puerto Pollença, Mallorca-Madrid, 1999.

jueves, 17 de junio de 2010

Invierno (II)





Si vieras Luna...
Bajo las nubes negras
Te velo en vida

Cecilia en
e.magister.com

METAFORAS Y PERSONIFICACIONES


De hecho muchos de los haiku japoneses en su lengua original están llenos de metáforas… el monte Fujiyama es una silueta femenina…entre otras cosas…

Pero la metáfora es algo que interpretada por occidentales puede llegar a perjudicar al haiku.

Si haiku son dos imágenes que se solapan gracias al kire, la metáfora debe ser entendida como parte y no en su conjunto. Un haiku cuyas tres líneas constituyan una metáfora por completo, no sería haiku.

La metáfora entendida a la usanza, nos alejaría de la verdad, la realidad, lo que se observa…y nos llevaría a la mente del poeta, implicaría por tanto una absorcion del ego del autor plasmado en el haiku, anulando a este.
Por eso, la metáfora es dificil y un tema no menos problemático, por eso se tiende a decir, Metáforas no.



Es la mejor forma de evitar su uso indiscriminado por aquellos que recién se inicien en el haiku. La metáfora en español se situaría del lado de la greguería, de la misma manera que el haiku con rima lo está de la “seguidilla”.

¿entoces qué hacer?… en los comienzos, ignorarla.
luego cuando uno va más o menos entendiendo algo de haiku, digo más o menos, por cuanto es imposible llegar a entenderlo del todo… usarla sólo en aquellos momentos en que es “inevitable”, pero con condiciones.

que la metáfora no sea el conjunto del haiku.
que la metáfora sea un medio y no el fín.
que la metáfora se vea rota por el kire.
que la imagen metafórica sirva para situar la escena, nunca la escena misma.
que la metáfora no exprese lo que le parece al autor, su “ego” impronta, si no que sea abierta con capacidad de sugerencia.

y el tema está abierto ...



Basado en un tema tratado en Bitácora de un haijín

lunes, 14 de junio de 2010

invierno


Terebess Asia Online (TAO)

Haiku en español
© by autores


ARGENTINA
Álvaro Yunque (1889-1982)

"Fracaso"

Te has suicidado
con el puñal de un sueño
no realizado.



Carlos Spinedi

noche lunar
un ajedrez de sombras
en la terraza

el vaho del té
empana los cristales
la casa se estremece

Seca una rama
quiébrase entre mis manos
Llega el invierno

El mar anega
el hueco que tu pie
dejó en la playa

lunes, 7 de junio de 2010

El Zen y el Haiku
Zen (禅) es el nombre en japonés de una tradición del budismo Mahayana, cuya práctica se inicia en China bajo el nombre de Chán (禪). Es una de las escuelas del budismo más conocidas y apreciadas en occidente. Con el popular nombre japonés Zen suele aludirse en realidad a un abanico muy amplio de escuelas y prácticas de este tipo de budismo en toda Asia.
















Bodhidharma trajo el Zen a China

En el budismo Zen japonés , está especializada en los llamados koan. Los koans son un derivación de los gōng’ān chinos (literalmente “caso público”). En origen hacían referencia a diálogos y sucesos entre maestro y discípulo que eran registrados de manera escrita. Ya en Japón, la escuela Rinzai los compilará y ampliará, y los usará como técnica de meditación y no sólo de mera reflexión y enseñanza. Un koan puede ser una pregunta sin aparente sentido. Uno famosa es “¿cuál es el sonido de una sola mano que aplaude?” o “¿cuál era tu rostro original antes de nacer?”. El practicante investigará este tipo de pregunta con una concentración total hasta que su razonamiento conceptual quede erradicado, y así pueda surgir “prajna”, la sabiduría intuitiva. Esto ocasionará un despertar (en japonés: satori, kensho) a su naturaleza búdica, la iluminación.

A mediados del siglo XX, aparecen de manera más o menos masiva muchos practicantes occidentales de Zen tanto en Europa como en norteamérica. Nombres como Alan Watts, Shunryu Suzuki o Philip Kapleau, establecerán al Zen en Occidente como una influencia ya del todo visible. Actualmente, el Zen es la práctica budista que tiene más seguidores en Occidente.

El haiku (俳句, haiku?), derivado del haikai, consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas. El haiku fue muy utilizado por el budismo zen para transmitir sus preceptos, pero su influencia llegó al mundo occidental y marcó a famosos poetas del siglo XX, particularmente a través de Eiji Yoshikawa, marcando una vía de influencia de la literatura japonesa en Occidente.



El haiku ha tenido su influencia en la literatura en español. En México destaca la obra de José Juan Tablada (Al sol y bajo la luna, 1918) y para la divulgación del género fue esencial la labor de Octavio Paz, que en 1956, en colaboración con Eikichi Hayashiya, publicó una traducción de uno de los clásicos del género, Oku no Hosomichi de Matsuo Basho.


En la Argentina cultivaron ocasionalmente el haiku, entre otros, Jorge Luis Borges y Álvaro Yunque. Otros autores argentinos más recientes, como Rafael Roldán Auzqui, mantienen el interés en el género (Haikus a flor de voz, 1997).

El uruguayo Mario Benedetti publicó una obra dedicada al género, Rincón de Haikus, en1999.

En el Perú, el país de mayor población de inmigrantes japoneses de habla hispana, el haiku tiene una presencia importante. El más renombrado haijin peruano es José Wtanabe Varas, que aprendió esta disciplina de su progenitor, Harumi Watanabe. Sus poemarios más célebres son Álbum de familia (1971), Historia Natural (1994) y Banderas detrás de la niebla (2006).

Fuente: wikipedia (Zen, Koan y Haiku), Otros enlaces:

•Cuentos zen y koans en contarcuentos.com
•El rincón del Haiku
•Koans database
•101 cuentos Zen (en inglés!)
http://contarcuentos.com/el-zen-y-el-haiku/

Fue Mastsuo Basho quien elevó esta género poético a su mayor altura, aunque hubo otros cultivadores no menos notables: Sokan, Buson, Issa, Shiki. Matsuo Bonefusa adoptó el seudónimo de Basho porque sus discípulos lo llamaron con el nombre de un árbol muy apreciado en Japón. Y bajo sus ramas atendieron sus lecciones de amor a la naturaleza. Los puedo imaginar caminando por el bosque detrás de su maestro o sentados en torno a él. De improviso una libélula se posa en un gajo, el más despierto de sus alumnos exclama:


Exenta de alas
esa roja libélula
sería gajo.

A lo que el maestro responde: "¡No! ¡No!", y corrige:


Si un par de alas
brotaran a ese gajo
sería libélula.

Esto, porque la poesía torna ágil lo estático, vuelve hermoso lo cotidiano. El haikú crea, con una descripción concisa, cierto estado de ánimo. Evoca, a través de una imagen, todo un mundo de sugerencias, captura en el instante los atisbos de eternidad.

El haikú no se agota con la primera lectura. Sirvan estos comentarios como una invitación a leerlos. A continuación un ejemplo de los niños y jóvenes del Taller Literario Syan Caan de Bacalar.


Lloraste, mar.
Con una hoja blanca
seco tus lágrimas.

Tania Sol Portillo Martínez.








fotografía: Luz de luna
autora: Manuela en http://nuestroarteamigos.ning.com/photo/luz-de-luna-1

por: Ramón Iván Suárez Caamal
Educador mexicano residente en el pueblo de Bacalar, en Quintana Roo, México. Coordinador del Taller Literario Syan Caan (donde participan jóvenes escritores de entre 12 y 19 años) en la Casa Internacional del Escritor, ente que funciona en Bacalar.