Pintura
El arte japonés surge de la asimilación de ideas y conocimientos de otras culturas. Una vez adoptados, crea una expresión autóctona y genuina. En sus orígenes y por muchos años, se ha inspirado en los estilos de China, algunos de los cuales llegaron previo paso por Corea. Actualmente es notable ya la influencia del arte occidental.
Las primeras expresiones artísticas fueron las figuras simples, en forma de varas, dibujadas en los dotaku -campanas del período Yayoi (aprox. 300 a.C. a 300 d.C.)- y los murales que adornaban las paredes interiores de las tumbas en el período Kofun (aprox. 300 d.C. a 710 d.C.).
El auge de la pintura comienza con el apoyo de la clase gobernante a la introducción del budismo y su cultura. El budismo llega desde China y Corea, en el siglo VI. Se crean templos en varias localidades de todo Japón con importantes murales, esculturas de budas y deidades guardianas en los pasillos y capillas. Los templos más representativos son el Templo Asukadera, el Templo Shitennoji y el Templo Horyuji.
La Pintura Yamato-e y los pergaminos E-maki
En el período Heian (794-1185) surgen la pintura yamato-e y el e-maki, ambas son nuevas formas autóctonas del Japón y reflejan el mundo artístico de la cultura aristocrática gobernante. En este período los cortesanos disponían de tal bienestar material que los desligaba de los problemas terrenales y podían pasar gran parte de su tiempo apreciando el arte, la poesía y la belleza de la naturaleza. De aquí surgen los primeros símbolos y representaciones propias del arte japonés.
Genji Monogatari Emaki - Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
La pintura yamato-e sustituye a la típica pintura China y muestra un mundo estético de refinamiento y claramente japonés. Se caracteriza por su atractivo emocional y gran color. Los temas elegidos eran los alrededores de Kyoto. Estas obras adornaban mamparas corredizas y biombos en los palacios.
Los e-maki son pergaminos que combinan texto con ilustraciones (pinturas yamato-e). Es aquí donde surge el nuevo silabario propio japonés kana. Esta nueva forma de escritura parecía expresar mejor los sentimientos y percepciones del refinamiento japonés. Los temas preferidos de los e-maki eran los relatos históricos o los cuentos legendarios, siendo el principal exponente los Cuentos de Genji (Genji Monogatari, 1130 aprox.), de la dama Shikibu Murasaki.
En el período Kamakura (1185-1333), con el paso del poder de la nobleza a la clase samurai ó guerreros, y de la ciudad de Kyoto a Kamakura, surgen dos marcadas tendencias: el realismo y el conservadurismo. Sin embargo es de recordar que la nobleza seguía siendo la administradora de los templos y santuarios junto con su arte.
El realismo estaba dirigido a satisfacer los gustos de la clase samurai, que apreciaba lo prosaico, lo nada pretencioso, pero poderoso y viril. Éstas características se manifiestan principalmente en la escultura de la época. Las obras más destacadas de este estilo son: las dos imágenes de guardianes Nio, del maestro Unkei, en la puerta del templo Todaiji, y las esculturas de madera de dos sabios indios, Muchaku y Seshin, en Kofukuji.
El conservadurismo era la continuación del gusto artístico de la nobleza, cuyo centro cultural seguía siendo Kyoto.
En el período del Shogunato Muromachi (1333-1573), el gobierno, aún a cargo de la clase guerrera, pero de vuelta a Kyoto, acoge al budismo zen junto con su arte y la cultura de las dinastías chinas Sung (960-1279) y Yuan (1279-1368).
Paisajes de Otoño e Invierno, por el monje Sesshu.
Período Muromachi, s. XV
Set de dos rollos colgantes, tinta sobre papel (47.8 x 30.2 cm cada uno)
Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
La pintura característica de los monjes zen era el suiboku-ga, una pintura monocroma, austera, lograda con una tinta india, de la que se obtenía una imagen típicamente abstracta y sugestiva. Los temas más valorados eran los que implicaban mayor contacto con la naturaleza, es decir, las pinturas de paisajes sansui-ga. El maestro más destacado de este estilo fue el maestro Sesshu y entre sus obras más importantes se encuentran Amanohashidate-zu, Sansui Chokan (Paisaje de las cuatro estaciones), Shuto Sanshui-zu (Paisajes de otoño e invierno) y Haboku Sansui-zu (Paisajes).
Después de la Rebelión Onin de 1467, Japón entra en un Período de Guerras Civiles, hasta la unificación del país por Nobunaga Oda, en 1573. Luego de la estabilización política, en el Período Momoyama, el país se desarrolla industrial y económicamente. Aumenta el contacto con Occidente e ingresan tanto las armas de fuego como la cultura espiritual de la Cristiandad. La madurez de la sociedad feudal es acompañada por un mayor movimiento comercial y, por consiguiente, del surgimiento de ricos mercaderes que influyen cada vez más en las actividades culturales.
Los daimyo o señores feudales, que contaban con un mayor poder, construían castillos más sofisticados militarmente y mayores en tamaño como muestra de poder, que a menudo se transformaban en verdaderos centros de arte, ya sea por su arquitectura, sus esculturas, pinturas o jardines. En la ornamentación de los palacios, la escuela Kano se destacó por su rico colorido y líneas audaces y vigorosas apreciables en la pintura shokeki-ga (pinturas de tabique), en los biombos deslizantes, las puertas de paneles de madera y en las paredes de estas construcciones. Este nuevo estilo era una combinación del color del yamato-e (pintura típica japonesa) y el estilo suiboku-ga (pintura del budismo zen). Las obras más importantes se encuentran en el castillo Azuchi, en el castillo de Osaka y el palacio Jurakudai.
Otro tipo de pintura que surge en este período es la pintura costumbrista. En un principio, en ellas se describía la vida de libertad y ocio de las gentes de la ciudad, así como el entretenimiento de los campesinos (biombo plegable Rakuchu Rakugai Zu, por Eitoku Kano), luego aparecen pintados los cortesanos que eran la expresión de atractivo y belleza física (biombo plegable Matsuura y otros), más adelante se pintaron damas jóvenes que trabajaban en casas de baños públicos y hermosas mujeres solas.
El famoso estilo de pintura ukiyo-e surge como una evolución de la pintura costumbrista, en el período Edo (1615-1868). Ukiyo significa mundo flotante y alude a la vida y costumbres de las masas contemporáneas; e significa pintura. El creador de este estilo fue Moronobu Hishikawa, alrededor del año 1681, un artista del pueblo llano que enalteció el valor estético de la pintura costumbrista y lo hizo un verdadero arte popular.
Es de notar que su valoración no se basaba en su temática popular, sino en su bajo costo, pues se imprimían con bloques de madera producidas en serie. En un comienzo eran sólo grabados en blanco y negro, luego fueron agregando el rojo y el verde hasta completar toda la gama de colores. Los temas elegidos eran las zonas de diversión, los teatros y las luchas de zumo y según su contenido se pueden clasificar en: shunga (escenas de burdeles y de amor bastante explícitas), yakusha-e (retratos de actores de teatro kabuki), Nishiki-e (grabado ukiyo-e a todo color).
La época de oro de este estilo fue a finales del siglo XVIII y algunos de los maestros más destacados fueron Kitagawa Utamaro, Toshusai Sharaku, Katsushika Hokusai, Ando Hiroshige y Utagawa Kuniyoshi. Más adelante ,con los cambios radicales del período Meiji, éste estilo pierde fuerza.
Vista de la costa de Kanagawa a través de las olas:
de las treinta y seis vistas del Mte. Fuji, por Katsushika Hokusai.
Período Edo, s. XIX - Grabado nishiki-e, Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
Con la Revolución de Meiji, en 1868, Japón dio fin a su aislamiento y al sistema feudal, restableciendo el gobierno del Emperador como jefe nominal y abriéndose al mundo internacional como nación moderna. En el proceso de modernización del período Meiji (1868-1912) se incorporan tecnologías y conceptos de los gobierno occidentales.
En cuanto a la pintura, el estilo occidental es firmemente apoyado por el gobierno japonés, hasta enviando pintores a estudiar en el exterior e invitando a grandes artistas del exterior. Surgieron varios pintores modernos excelentes de estilo occidental, entre ellos, Yuichi Takahashi, Seiki Kuroda, Takeji Fujishima y Shigeru Aoki.
A su vez, y en contraposición al nuevo movimiento occidental, surgen los tradicionalistas que desean revalorizar el arte clásico japonés. Así es como se funda la Escuela de Arte de Tokyo (Tokyo Bijutsu Gakko), en 1888, como base del estilo propio japonés.
Sin embargo, aún luego de varios años de rivalidad entre lo tradicional y occidental, es de notar la gran influencia que ejercen estos dos movimientos, occidental y tradicionalista, mutuamente. Los artistas de occidente también toman elementos estilísticos japoneses y ambos enriquecen sus expresiones artísticas.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, el arte japonés, como todo arte viviente, continúa introduciendo nuevos elementos como el arte pop, la estructura primaria, el arte minimalista y el arte cinético, entre otros. Así es como en nuestros días el Japón parece ser una mezcla de diversas variedades culturales. Algunos dirán que nada es propio y todo es importado. Pero se ha llegado a la conclusión de que eso es lo que lo caracteriza, es decir, la audaz aceptación y asimilación de las influencias extranjeras. Los artistas japoneses, luego de tomar elementos de otras culturas encuentran su propia expresión que los hace creadores con originalidad y activos en la comunidad artística mundial.
El arte japonés surge de la asimilación de ideas y conocimientos de otras culturas. Una vez adoptados, crea una expresión autóctona y genuina. En sus orígenes y por muchos años, se ha inspirado en los estilos de China, algunos de los cuales llegaron previo paso por Corea. Actualmente es notable ya la influencia del arte occidental.
Las primeras expresiones artísticas fueron las figuras simples, en forma de varas, dibujadas en los dotaku -campanas del período Yayoi (aprox. 300 a.C. a 300 d.C.)- y los murales que adornaban las paredes interiores de las tumbas en el período Kofun (aprox. 300 d.C. a 710 d.C.).
El auge de la pintura comienza con el apoyo de la clase gobernante a la introducción del budismo y su cultura. El budismo llega desde China y Corea, en el siglo VI. Se crean templos en varias localidades de todo Japón con importantes murales, esculturas de budas y deidades guardianas en los pasillos y capillas. Los templos más representativos son el Templo Asukadera, el Templo Shitennoji y el Templo Horyuji.
La Pintura Yamato-e y los pergaminos E-maki
En el período Heian (794-1185) surgen la pintura yamato-e y el e-maki, ambas son nuevas formas autóctonas del Japón y reflejan el mundo artístico de la cultura aristocrática gobernante. En este período los cortesanos disponían de tal bienestar material que los desligaba de los problemas terrenales y podían pasar gran parte de su tiempo apreciando el arte, la poesía y la belleza de la naturaleza. De aquí surgen los primeros símbolos y representaciones propias del arte japonés.
Genji Monogatari Emaki - Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
La pintura yamato-e sustituye a la típica pintura China y muestra un mundo estético de refinamiento y claramente japonés. Se caracteriza por su atractivo emocional y gran color. Los temas elegidos eran los alrededores de Kyoto. Estas obras adornaban mamparas corredizas y biombos en los palacios.
Los e-maki son pergaminos que combinan texto con ilustraciones (pinturas yamato-e). Es aquí donde surge el nuevo silabario propio japonés kana. Esta nueva forma de escritura parecía expresar mejor los sentimientos y percepciones del refinamiento japonés. Los temas preferidos de los e-maki eran los relatos históricos o los cuentos legendarios, siendo el principal exponente los Cuentos de Genji (Genji Monogatari, 1130 aprox.), de la dama Shikibu Murasaki.
En el período Kamakura (1185-1333), con el paso del poder de la nobleza a la clase samurai ó guerreros, y de la ciudad de Kyoto a Kamakura, surgen dos marcadas tendencias: el realismo y el conservadurismo. Sin embargo es de recordar que la nobleza seguía siendo la administradora de los templos y santuarios junto con su arte.
El realismo estaba dirigido a satisfacer los gustos de la clase samurai, que apreciaba lo prosaico, lo nada pretencioso, pero poderoso y viril. Éstas características se manifiestan principalmente en la escultura de la época. Las obras más destacadas de este estilo son: las dos imágenes de guardianes Nio, del maestro Unkei, en la puerta del templo Todaiji, y las esculturas de madera de dos sabios indios, Muchaku y Seshin, en Kofukuji.
El conservadurismo era la continuación del gusto artístico de la nobleza, cuyo centro cultural seguía siendo Kyoto.
En el período del Shogunato Muromachi (1333-1573), el gobierno, aún a cargo de la clase guerrera, pero de vuelta a Kyoto, acoge al budismo zen junto con su arte y la cultura de las dinastías chinas Sung (960-1279) y Yuan (1279-1368).
Paisajes de Otoño e Invierno, por el monje Sesshu.
Período Muromachi, s. XV
Set de dos rollos colgantes, tinta sobre papel (47.8 x 30.2 cm cada uno)
Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
La pintura característica de los monjes zen era el suiboku-ga, una pintura monocroma, austera, lograda con una tinta india, de la que se obtenía una imagen típicamente abstracta y sugestiva. Los temas más valorados eran los que implicaban mayor contacto con la naturaleza, es decir, las pinturas de paisajes sansui-ga. El maestro más destacado de este estilo fue el maestro Sesshu y entre sus obras más importantes se encuentran Amanohashidate-zu, Sansui Chokan (Paisaje de las cuatro estaciones), Shuto Sanshui-zu (Paisajes de otoño e invierno) y Haboku Sansui-zu (Paisajes).
Después de la Rebelión Onin de 1467, Japón entra en un Período de Guerras Civiles, hasta la unificación del país por Nobunaga Oda, en 1573. Luego de la estabilización política, en el Período Momoyama, el país se desarrolla industrial y económicamente. Aumenta el contacto con Occidente e ingresan tanto las armas de fuego como la cultura espiritual de la Cristiandad. La madurez de la sociedad feudal es acompañada por un mayor movimiento comercial y, por consiguiente, del surgimiento de ricos mercaderes que influyen cada vez más en las actividades culturales.
Los daimyo o señores feudales, que contaban con un mayor poder, construían castillos más sofisticados militarmente y mayores en tamaño como muestra de poder, que a menudo se transformaban en verdaderos centros de arte, ya sea por su arquitectura, sus esculturas, pinturas o jardines. En la ornamentación de los palacios, la escuela Kano se destacó por su rico colorido y líneas audaces y vigorosas apreciables en la pintura shokeki-ga (pinturas de tabique), en los biombos deslizantes, las puertas de paneles de madera y en las paredes de estas construcciones. Este nuevo estilo era una combinación del color del yamato-e (pintura típica japonesa) y el estilo suiboku-ga (pintura del budismo zen). Las obras más importantes se encuentran en el castillo Azuchi, en el castillo de Osaka y el palacio Jurakudai.
Otro tipo de pintura que surge en este período es la pintura costumbrista. En un principio, en ellas se describía la vida de libertad y ocio de las gentes de la ciudad, así como el entretenimiento de los campesinos (biombo plegable Rakuchu Rakugai Zu, por Eitoku Kano), luego aparecen pintados los cortesanos que eran la expresión de atractivo y belleza física (biombo plegable Matsuura y otros), más adelante se pintaron damas jóvenes que trabajaban en casas de baños públicos y hermosas mujeres solas.
El famoso estilo de pintura ukiyo-e surge como una evolución de la pintura costumbrista, en el período Edo (1615-1868). Ukiyo significa mundo flotante y alude a la vida y costumbres de las masas contemporáneas; e significa pintura. El creador de este estilo fue Moronobu Hishikawa, alrededor del año 1681, un artista del pueblo llano que enalteció el valor estético de la pintura costumbrista y lo hizo un verdadero arte popular.
Es de notar que su valoración no se basaba en su temática popular, sino en su bajo costo, pues se imprimían con bloques de madera producidas en serie. En un comienzo eran sólo grabados en blanco y negro, luego fueron agregando el rojo y el verde hasta completar toda la gama de colores. Los temas elegidos eran las zonas de diversión, los teatros y las luchas de zumo y según su contenido se pueden clasificar en: shunga (escenas de burdeles y de amor bastante explícitas), yakusha-e (retratos de actores de teatro kabuki), Nishiki-e (grabado ukiyo-e a todo color).
La época de oro de este estilo fue a finales del siglo XVIII y algunos de los maestros más destacados fueron Kitagawa Utamaro, Toshusai Sharaku, Katsushika Hokusai, Ando Hiroshige y Utagawa Kuniyoshi. Más adelante ,con los cambios radicales del período Meiji, éste estilo pierde fuerza.
Vista de la costa de Kanagawa a través de las olas:
de las treinta y seis vistas del Mte. Fuji, por Katsushika Hokusai.
Período Edo, s. XIX - Grabado nishiki-e, Museo Nacional de Tokyo
(Fuente de imagen: http://web-japan.org/)
Con la Revolución de Meiji, en 1868, Japón dio fin a su aislamiento y al sistema feudal, restableciendo el gobierno del Emperador como jefe nominal y abriéndose al mundo internacional como nación moderna. En el proceso de modernización del período Meiji (1868-1912) se incorporan tecnologías y conceptos de los gobierno occidentales.
En cuanto a la pintura, el estilo occidental es firmemente apoyado por el gobierno japonés, hasta enviando pintores a estudiar en el exterior e invitando a grandes artistas del exterior. Surgieron varios pintores modernos excelentes de estilo occidental, entre ellos, Yuichi Takahashi, Seiki Kuroda, Takeji Fujishima y Shigeru Aoki.
A su vez, y en contraposición al nuevo movimiento occidental, surgen los tradicionalistas que desean revalorizar el arte clásico japonés. Así es como se funda la Escuela de Arte de Tokyo (Tokyo Bijutsu Gakko), en 1888, como base del estilo propio japonés.
Sin embargo, aún luego de varios años de rivalidad entre lo tradicional y occidental, es de notar la gran influencia que ejercen estos dos movimientos, occidental y tradicionalista, mutuamente. Los artistas de occidente también toman elementos estilísticos japoneses y ambos enriquecen sus expresiones artísticas.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, el arte japonés, como todo arte viviente, continúa introduciendo nuevos elementos como el arte pop, la estructura primaria, el arte minimalista y el arte cinético, entre otros. Así es como en nuestros días el Japón parece ser una mezcla de diversas variedades culturales. Algunos dirán que nada es propio y todo es importado. Pero se ha llegado a la conclusión de que eso es lo que lo caracteriza, es decir, la audaz aceptación y asimilación de las influencias extranjeras. Los artistas japoneses, luego de tomar elementos de otras culturas encuentran su propia expresión que los hace creadores con originalidad y activos en la comunidad artística mundial.
PUBLICACION HECHA POR LA EMBAJADA DE JAPON EN LA ARGENTINA:
http://www.ar.emb-japan.go.jp/Contenido/07.Arte.htm
Esta es la primera publicación de una serie que será dedicada al arte de Japón, en todas sus expresiones.
ResponderEliminarSon generadores de la idea Maby, Begoña y Antonio los que aportaron material vinculado con expresiones diversas como la pintura sumi-e ,el kadō o ikebana y el shodō o caligrafía.
Muchas gracias a ellos, y a todos quienes nos visitan.
graCias a usTeDes x seguiRnos con ésTo
ResponderEliminarmuy buen poSt myriam !
beaTriz tbn tiene lo suYo
me deJó diCho en el bloG
beSos s toD@s
Sin duda, todas ellas sumamente interesantes, Myriam.
ResponderEliminarGracias por este valioso material y a la iniciativa de nuestros amig@s!
Un abrazo!
Gracias Myriam y tod@s, amig@s !
ResponderEliminarEn breve retomaré.. mientras, me enriquezco con las entregas y participaciones, a cuál más valiosa.
Abrazos !
gracias por esta introduccion ordenada de lo que es el arte japones. Las parcialidades anteriores se enriquecen intensamente con este post.
ResponderEliminargracias Myriam, gracias a todo/as.
Gracias Myriam, es para mí muy interesante todo lo relacionado con el arte japonés, y estoy aprendiendo mucho de estas magníficas presentaciones que hacen en Haiga. Felicitaciones al grupo. Mi cariño.
ResponderEliminarAntonio, Julie, Luz, Maby, Begoña, Beatriz: gracias por sus colaboraciones, todas muy valiosas para el grupo. Hago mías las palabras de Cecilia.
ResponderEliminarGracias también a Verónica, con la que mantenemos un intercambio enriquecedor.
Abrazos.
Gracias por compartir Myriam.
ResponderEliminarMe apasiona el arte en sus diferentes representaciones, en especial la pintura. La cultura oriental, también. Su fusión resulta apasionante.
Felicidades por tu entrada ;-)
UN ABRAZO
Gracias a ti GomenNasai.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola,
ResponderEliminarSoy Javier Munguía escribo de México, tengo 2 Óleos de 47 X 62 cm y 4 impresiones de 11 X 15 cm de arte japonés desde 1989 y quiero venderlas, por favor pueden sugerirme en donde publicarlas y/o algún correo para enviar fotografías.
Gracias, saludos
JM
Te sugiero algún Grupo de Arte Japonés, en Facebook. Hay muchos. Yo pertenezco a Haikigo, un Grupo Verde. Suerte !
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