lunes, 4 de octubre de 2010
Haikú - orígenes
Crepúsculo de cerezas.
También hoy se ha convertido
en pasado.
KOBAYASHI ISSA (1763-1826)
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Suele definirse al haiku como un tipo particular de poesía tradicional japonesa, con forma y temas consolidados hace aproximadamente unos cuatrocientos años, cuya principal característica es la de limitarse a una extensión de diecisiete sílabas, distribuidas en una estructura ideal de tres versos con métricas de 5-7-5, respectivamente. Casi siempre prescinde de título, reduce la puntuación y el uso de verbos al mínimo, y no requiere de rima.
Hay además otras “reglas”, que veremos más adelante.
Se ha dicho también que sus temáticas son los objetos y acontecimientos de la vida cotidiana, abordados de un modo sobrio, usualmente con base en la naturaleza, desde una perspectiva más bien “objetiva”. Esta aseveración, en extremo común, también será discutida más adelante.
Aunque poco, lo ya anotado puede hacerle parecer complejo. Pero no es así. El haiku en realidad es un tipo de poesía que, si tuviera que ser definido por una virtud, lo sería sin duda por la modestia. No pretende ni aparenta; sólo logra, cuando es realizado con éxito. Su mínima forma es el primer signo de ello.
Como ejemplo un haiku de Kobayashi Issa, poeta del siglo XVIII .
donde haya hombres
habrá moscas
habrá Budas también
Ese es todo el poema. De inmediato, nos damos cuenta de que el autor, más que decirnos, ha querido transmitirnos algo. Ha intuido toda una ruta de sensibilidad, pero sólo nos ha dado la primera pista para seguirla. A diferencia de tanta de la poesía occidental, que se empeña en explicarse y cerrarse sobre sí misma, de entregársenos como algo ya hecho, Issa nos susurra apenas un instante de fuerte consciencia. Si ese suspiro se convierte en discurso (se puede hablar sobre cómo muestra de modo sencillísimo la visión budista delcosmos, su modo de integrar las contradicciones de la especie humana, su modo llano de hablar sobre el potencial de cada persona para lo divino o lo sucio) esya por comentario nuestro, el modo en que hemos querido completarlo. Es poesíaque busca su plenitud y sentido en su receptor o receptora, no en sí misma.
No es todo el haiku japonés así de “profundo” (aunque vemos, con la referencia a las moscas, que sí trata de huir de lo muy solemne). En realidad, la mayor parte se detiene, como ya se indicó, en los elementos sencillos de la vida cotidiana y la naturaleza. Por ejemplo, cuando otro de los grandes maestros, Shiki, escribe:
corté una rama
y clareó mejor
por la ventana
es fácil percatarse de que cualquier situación u objeto puede ser motivo para un buen haiku. La vida en cualquiera de sus facetas lo es.
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El término haiku no fue acuñado en Japón hasta la década de 1870, y es la fusión de los términos hokku y haikai. Sin embargo, los orígenes tanto de la estructura como del “espíritu” de esta forma de poesía pueden ser rastreados sin dificultad hasta más de mil años atrás en las mismas islas niponas, así como en China y la India. Se hablará primero de la cosmovisión que dio origen al haiku y sigue sustentándolo en buena parte, ya que iluminará mejor el porqué de su brevedad.
Buena parte de la espiritualidad en las culturas de lo hoy llamado Este de Asia presenta rasgos compartidos, dados sus muchos siglos de intercambios y conflictos. El Japón en particular siempre ha sabido integrar de modo único diversas influencias extranjeras sin perder rasgos propios cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos.
La religión japonesa tradicional, el shinto, fue practicada por siglos de manera más bien espontánea y naturalista, no siendo sistematizado hasta el siglo VI de nuestra era, período en que las religiones importadas “del continente” (modo usual de llamar a China) penetraron con fuerza en el país. Se caracteriza por tener una visión a medio camino entre el panteísmo y el animismo: todo en el mundo tiene su dimensión espiritual, está dotado de un alma. Cada objeto o criatura puede contener a un dios (kami), abarcando así desde los pequeñosanimales o plantas, hasta las fuerzas superiores de la naturaleza. La reverencia hacia los antepasados también es relevante. Tras de su fascinante y variadísima dimensión ritual, subyace una fuerte noción de comunión y reverencia por la naturaleza.
Paralelamente, en Asia Continental se desarrollaban tres nociones religiosas que han dejado huella perenne: el taoísmo, el confucianismo y el budismo, todas surgidas aproximadamente hacia el siglo V antes de Cristo. Nos detendremos en ellas sólo para destacar ciertos aportes fundamentales.
El taoísmo propone una actitud contemplativa de la vida: la mucha actividad o discurso son falsedades, la verdad de la existencia plena está en el contacto continuo y armónico con la naturaleza, el mundo y nosotros mismos. La Verdad del Todo se halla en el Vacío que le subyace. Estas nociones, que influyeron fuertemente la estética china, implican un principio de rigor y reducción: menos puede ser más, lo no dicho o no representado son tan relevantes como lo que apenas se muestra.
El confucianismo, al que usualmente asociamos sólo con su faceta ética o administrativa, enuncia también varios principios para las artes. Recomienda a los poetas la observación e identificación con lo natural, la armonía, así como la espontaneidad y la sencillez expresivas, acompañadas de una fuerte noción de que toda persona debería desarrollar un arte como parte de su formación moral.
El budismo, por su parte, enfatiza que todo lo sensible es ilusión, en particular la idea de que existe un “yo”. Nos llama a ser libres a través del desapego, a ese “dejar ir” que debe sepracticado para con las cosas, los afectos, la propia vida. No es un llamado a la indiferencia, como muchos malinterpretan: es una invitación a estar muy presentes en nuestro aquí-ahora, en cada instante de existencia, dándonos cuenta de que por fugaz es también eterno. No puede perderse lo que no puede ser retenido así que toda posibilidad queda abierta para un encuentro íntimo con el Universo, el cual está contenido de modo irrepetible en cada uno de nosotros.
Diversificado en decenas de escuelas con el paso del tiempo, el budismo llega al Japón junto a estas dos otras dos influencias en el siglo VI d.C. Entre sus múltiples formas, hubo una que tuvo particular éxito en las islas: el zen.
Nacido como la escuela Dhyāna en la India, entró a China hacia el siglo V d.C, donde tomó el nombre Ch’an e incorporó varios elementos del taoísmo. Se caracteriza este por su énfasis en la intuición, en la no-racionalidad, como principal vía para adquirir la consciencia real tanto del mundo como de la vida.
Ser y no-ser son lo mismo, no hay tal cosa como los contrarios, no existen los objetos o las personas como cosas-en-sí: sólo hay procesos. El nirvana o iluminación (en japonés, satori) pueden ser alcanzados de manera súbita en cualquier momento, a través de ciertos ejercicios para acallar la mente racional o incluso en medio de una actividad cotidiana enfocada apropiadamente.
Al entrar a tierras niponas, los budismos tuvieron un éxito arrollador, gracias a su clara afinidad con varios elementos locales. Pero zen se incorporó con mayor éxito en los más diversos elementos de la cultura, algunos de ellos fundamentales: el bushido (camino del samurai), las artes plásticas y marciales, la arquitectura, la jardinería, la ceremonia del té, el ikebana, la caligrafía, el teatro (noh y kabuki), y la literatura, por supuesto. En lo que respecta a la poesía, su influencia se acrecentó gracias a la figura de Matsuo Bashô, pilar y primer gran maestro del haiku como hoy se le conoce.
Y acá se impone, rever la entrada:
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Si se sabe qué es haiku, no es difícil darse cuenta de que cualquier suceso es motivo para un haiku. Eso no significa que uno deba escribir haiku. Quizá para los que hacen haiku sea difícil darse cuenta de que un buen motivo para haiku también es buen motivo para otros hondos testimonios del momento vivido.
ResponderEliminarcordialmente
daniel
Si Dano, me doy cuenta .. la fotografía, por ejemplo. Visitando tu blog puedo ver que eres amante de las imágenes. No hay nada más parecido a un haikú que una foto, o viceversa ..
ResponderEliminarAsí pienso, de allí el nombre de este espacio Haiga.
Me gustó tu blog !
saludos
serà q apreNdi en haiGa lo poCo q sè :)
ResponderEliminarpero a miS simpleS haiKus sieMpre les Va bieN una imaGen ..
muY buena Idea esta de la reVision !
besitoss
Me repito,
ResponderEliminar"Lo ideal sería
gozar ante la página en blanco
—en su jardín Zen—
que el lápiz rastrilla"
y en palabras breves plasmar el instante.
Saludos a tod@s.
hablaNdo de imaGenes
ResponderEliminary de insTanTes..
http://maby-magictree.blogspot.com/2010/10/haiku-v.html
bsssss
no se q paSa no poDia deJar commeNts aquí
:(
Ye veo que andas consumida con los haikus y, supongo , que con la cultura japonesa. Supongo que son caminos para llegar a tí misma, que, como todos, es lo que esperamos y en eso nos empeñamos. Esa pampa inmensa tampoco es mal camino para llegar al mismo sitio. Un beso
ResponderEliminarTe felicito por el blog, se respira arte y sabiduría. Una combinación ideal.
ResponderEliminarAgradecida en nombre de todos, un fuerte abrazo.
Griselda
Estaré por acá a menudo.
En algún punto
ResponderEliminarlas sendas se bifurcan,
no el destino.
Myriam
gracias Maby, seguinos.. en 3 o 4 entradas haremos una revisión completa,
ResponderEliminarcon limitaciones, claro ..
besos
sip, no sé qué no funciona, varios me han dicho lo mismo
gracias Myriam !
ResponderEliminarel jardín de los senderos que se bifurcan ..
un beso,
Has acertado Antonio, ése es el camino .. el que busco/ buscamos en este espacio.
ResponderEliminarY también acertaste, la pampa inmensa, una isla rocosa, montes o bosquecillos .. hay mil caminos que hallar.
Gracias por acercarte, un beso.
Mi queridísima Griselda, gracias.
ResponderEliminarVení cuando quieras, tod@s te esperamos.
Un abrazo fortísimo a tu familia, y a vos.
Besos.
Búsqueda que nos enriquece sin duda, crecemos con cada palabra en estas páginas...
ResponderEliminarSólo decir gracias por adentrarnos en las sendas sencillas y mágicas del haikú.
Abrazos!
Gracias por recorrer la senda con nosotr@s amiga !
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.