Preguntado acerca de cómo ingresar en el sendero de la verdad, el maestro respondió:
“¿Oyes el murmullo de la fuente?.”
“Si, lo oigo”, dijo el discípulo.
“Hay un modo de ingresar”, concluyó el maestro.
Mondós zen
“¿Oyes el murmullo de la fuente?.”
“Si, lo oigo”, dijo el discípulo.
“Hay un modo de ingresar”, concluyó el maestro.
Mondós zen
¡Cuán maravillosamente sobrenatural
y cuán milagroso es esto!
¡Sacar agua y llevar leña!
Hokoji
Cuando hablamos de Budismo Zen, existen algunas cosas que no nos quedan muy claras, por lo menos en mi caso en un primer acercamiento a esta doctrina, di contra la pared muchas veces, por conceptos erróneos que en mi presunción creía conocer, hablaba yo de filosofía y de religión, pero el Zen no lo podemos describir con estos conceptos tan fácilmente, si me lo permiten tratare de hacer un resumen de conceptos.
El Budismo Zen es el resultado de la fusión de dos milenarias religiones de oriente; por un lado el Budismo Mahayana, que tuvo sus orígenes en la India y por otro lado el Taoísmo Chino, lo que hace que se le considere la “cima del Budismo”.
El Budismo es una religión fundada por Siddharta Gotama, en contraposición a la religión Brahmánica; niega la existencia de un dios creador, pero toma de la religión de los Vedas, el sansara o doctrina de las reencarnaciones y la de la recompensa o karma. La palabra Buda, quiere decir “el iluminado” y es precisamente el camino de la iluminación, a través del perfeccionamiento moral del individuo apartándose del sufrimiento, para alcanzar el nirvana (el estado de iluminación máximo) lo que busca el “bodishatva” o el que sigue el camino.
El Budismo es una religión sin dios, (concepto complicado de entender desde nuestro punto de vista) es racional y exige esfuerzo personal, no fe, sacrificios o cultos de ningún tipo.
“El Budismo permite a cada individuo estudiar y observar la Verdad internamente y no exige ni necesita ninguna fe ciega antes de aceptarlo. El Budismo no aboga por dogmas, ni credos, ritos, ceremonias, sacrificios o penitencias, todos los cuales deben ser aceptados por una fe ciega. El Budismo no es un sistema de fe y culto, sino más bien es un pasaje a la Iluminación Suprema. El Buda se refirió a sus enseñanzas como simples o como una balsa que nos saque de esta orilla de sufrimiento e impermanencia y nos lleve a la otra orilla de bienaventuranza y seguridad, la Realidad Permanente y Verdadera o Nirvana. Posteriormente a la realización del Nirvana, la balsa ya no es necesaria” (Fundamental Buddhism Explained Summary in Spanish http://www.fundamentalbuddhism.com)
El Tao también conocido como Dáo, fundado por Lao-tzú, lo podríamos describir como un intento de los antiguos chinos de crear una religión propia, su culminación fue en el periodo Chou entre los siglos V y II a.C. y que en China se le conoce como la religión antigua o el camino, cuyo principal objetivo es la felicidad humana, que se logra cuando los hombres siguen el orden natural, viviendo en armonía triunfarán en todo lo que intenten y así obtendrán la autosuperación y la inmortalidad.
Como fundamentos esta forma de pensamiento establece la existencia de tres fuerzas: una pasiva o Yin; una activa o yang y una fuerza superior que las contiene: el Tao.
“El taoísmo tiene tres virtudes fundamentales que son: paz, tranquilidad y silencio. Su modelo es la naturaleza, que a su vez es buen modelo para el hombre, ya que ella no prolonga de forma indefinida tormenta o el huracán. Por lo tanto, se puede decir que el principio esencial del el No-Hacer (wu-wet), que no significa pasividad sino que propone realizar acciones no naturales. Es decir; que sugiere la espontaneidad, y deja que las cosas tomen su curso natural, que fluyan, sin forzar las acciones ni interferir en su desarrollo. Todo lo que sucede es parte del Tao y cada ser humano debe buscar el comino en su interior. El taoísmo anhela la armonía entre los hombres y entre estos y el Todo” (http://www.portalplanetasedna.com.)
Cuando el budismo llegó de la India a China en el año 520, se encontró con el Taoísmo, que ya era una religión milenaria dando origen a la escuela religiosa y filosófica budista Cha'ang (sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación) y ésta, al pasar a Japón en el siglo XIII originó el Zen.
El Budismo Zen es el resultado de la fusión de dos milenarias religiones de oriente; por un lado el Budismo Mahayana, que tuvo sus orígenes en la India y por otro lado el Taoísmo Chino, lo que hace que se le considere la “cima del Budismo”.
El Budismo es una religión fundada por Siddharta Gotama, en contraposición a la religión Brahmánica; niega la existencia de un dios creador, pero toma de la religión de los Vedas, el sansara o doctrina de las reencarnaciones y la de la recompensa o karma. La palabra Buda, quiere decir “el iluminado” y es precisamente el camino de la iluminación, a través del perfeccionamiento moral del individuo apartándose del sufrimiento, para alcanzar el nirvana (el estado de iluminación máximo) lo que busca el “bodishatva” o el que sigue el camino.
El Budismo es una religión sin dios, (concepto complicado de entender desde nuestro punto de vista) es racional y exige esfuerzo personal, no fe, sacrificios o cultos de ningún tipo.
“El Budismo permite a cada individuo estudiar y observar la Verdad internamente y no exige ni necesita ninguna fe ciega antes de aceptarlo. El Budismo no aboga por dogmas, ni credos, ritos, ceremonias, sacrificios o penitencias, todos los cuales deben ser aceptados por una fe ciega. El Budismo no es un sistema de fe y culto, sino más bien es un pasaje a la Iluminación Suprema. El Buda se refirió a sus enseñanzas como simples o como una balsa que nos saque de esta orilla de sufrimiento e impermanencia y nos lleve a la otra orilla de bienaventuranza y seguridad, la Realidad Permanente y Verdadera o Nirvana. Posteriormente a la realización del Nirvana, la balsa ya no es necesaria” (Fundamental Buddhism Explained Summary in Spanish http://www.fundamentalbuddhism.com)
El Tao también conocido como Dáo, fundado por Lao-tzú, lo podríamos describir como un intento de los antiguos chinos de crear una religión propia, su culminación fue en el periodo Chou entre los siglos V y II a.C. y que en China se le conoce como la religión antigua o el camino, cuyo principal objetivo es la felicidad humana, que se logra cuando los hombres siguen el orden natural, viviendo en armonía triunfarán en todo lo que intenten y así obtendrán la autosuperación y la inmortalidad.
Como fundamentos esta forma de pensamiento establece la existencia de tres fuerzas: una pasiva o Yin; una activa o yang y una fuerza superior que las contiene: el Tao.
“El taoísmo tiene tres virtudes fundamentales que son: paz, tranquilidad y silencio. Su modelo es la naturaleza, que a su vez es buen modelo para el hombre, ya que ella no prolonga de forma indefinida tormenta o el huracán. Por lo tanto, se puede decir que el principio esencial del el No-Hacer (wu-wet), que no significa pasividad sino que propone realizar acciones no naturales. Es decir; que sugiere la espontaneidad, y deja que las cosas tomen su curso natural, que fluyan, sin forzar las acciones ni interferir en su desarrollo. Todo lo que sucede es parte del Tao y cada ser humano debe buscar el comino en su interior. El taoísmo anhela la armonía entre los hombres y entre estos y el Todo” (http://www.portalplanetasedna.com.)
Cuando el budismo llegó de la India a China en el año 520, se encontró con el Taoísmo, que ya era una religión milenaria dando origen a la escuela religiosa y filosófica budista Cha'ang (sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación) y ésta, al pasar a Japón en el siglo XIII originó el Zen.
El Zen es la forma abreviada de la palabra en japonés zenna, que equivale en sánscrito a dhyana. En su esencia esta palabra reúne doble aspecto de “pensamiento” y “ejercicio”, que al castellano puede traducirse como “meditación,” “contemplación,” “aquietamiento” y “concentración mental”. Zen significa, pues, el proceso de concentración de la mente en un solo punto u objeto.
Se puede afirmar que el Zen es el modus operandi del budismo. La filosofía del Zen es, naturalmente, la del budismo. El Zen es una disciplina y no una filosofía, que se ocupa directamente de la vida y es donde ha desarrollado sus rasgos más característicos.
Se puede afirmar que el Zen es el modus operandi del budismo. La filosofía del Zen es, naturalmente, la del budismo. El Zen es una disciplina y no una filosofía, que se ocupa directamente de la vida y es donde ha desarrollado sus rasgos más característicos.
La doctrina del Zen hace énfasis en los siguientes fundamentos de sus enseñanzas:
1. La recuperación de la simplicidad y de la sencillez.
2. La posibilidad de hallarlo todo, paradójicamente, al perderlo todo.
3. Un especial entusiasmo en la riqueza del vacío.
4. La inexistencia de un principio y un fin. Tan solo existe el vacío.
EL concepto de vacío en el Zen significa darse cuenta de que realmente no se tiene nada y de que nunca se ha tenido nada. Nada que ganar y nada que perder, nada que dar y nada que recibir, ser exactamente así de pobre y sin embargo ser rico en posibilidades inagotables. El vacío zen es un vacío dinámico y vivo, inaprensible y atemporal, cuya verdadera naturaleza permanece desconocida. La esencia de la vida se siente, no se piensa, no se racionaliza o conceptualiza, y cuando se capta, se comprende su naturaleza de vacío. Ese estado de desprendimiento y ausencia de deseo es, a la vez, espiritual y psicológico.
Este novedoso concepto penetro el pensamiento medieval japonés desde el siglo XIII cuando el Gobierno Kamakura, bajo el mando de la familia Hojo se hallaba en su apogeo. Al momento fue abrazado por la clase militar. Por ser algo directo sin necesidad de excesiva enseñanza, era excelente para los guerreros Hojo. La cultura japonesa bajo el régimen Hojo fue notable por su austera simplicidad y su vigorosa creatividad, especialmente en ideas religiosas. Grandes líderes budistas fundaron nuevas escuelas, se establecieron casi todos los monasterios Zen de importancia y el auge del Bushido (la vía del Guerrero) coincidió con su propagación con la clase militar, pero también influyo en el arte, la industria y el modo de vida diario de millones de japoneses.
El Zen persigue la aniquilación del orgullo, la vanidad, la obsesión, la susceptibilidad y la excesiva animosidad. El Zen detesta el egoísmo que se manifiesta en efectos calculados (con resultados artificiosos y efectistas) o cualquier otro tipo de auto glorificación.
Para vivir la verdadera realidad de forma armoniosa con el universo, es necesario alcanzar el ¨satori zen¨ o iluminación inmediata. Tras una acumulación de conceptos y argumentaciones se llega al límite de carga admisible y el edificio se derrumba en sí y entonces se abre un nuevo cielo a lo lejos. Se trata de una especie de catástrofe espiritual que se presenta súbitamente. Estamos, entonces, en el verdadero punto de arranque hacia la iluminación.
Para llegar a ese punto hay que tener en cuenta lo siguiente:
1. Deshacernos de todas las imágenes ilusorias continuamente repetidas sobre las que se ha cristalizado durante tanto tiempo nuestra voluntad y que nos han proporcionado tantas angustias y preocupaciones.
2. Olvidarnos de nuestro ¨yo¨, siempre tomando tan a pecho y siempre origen de sufrimiento.
3. Desterrar todas las obsesiones que continuamente nos crispan, paralizan y absorben nuestra energía.
Una vez alcanzado el satori, las exaltaciones exteriores ya no provocan deseos contradictorios, de manera que el hombre, a partir de entonces, ya no sufre con las miserias de la vida. La ascensión al satori lleva consigo la disipación de todas las dudas e indecisiones. Ya no hay nada de lo que evadirse. Las complicaciones pasadas y presentes, siempre para, nuestro intelecto, gravosas e innumerables, ya no valen la pena.
El “satori” es, pues, el estado donde cada uno encuentra el lugar que le corresponde en el flujo de la vida, identificándose con todo lo existente y amado. Alcanzar el “satori” equivale a descubrir el significado de la propia existencia. Experimentar el estado natural de la mente, del que emanan todas las buenas acciones y la armonía. Llegar a ser verdaderamente humano, relacionándose con los demás con una conciencia y comprensión intuitiva totalmente desinteresadas.
El “satori” es un estado interno, lleno de claridad y paz, que logra en cada persona identificarse con todo lo que le rodea y contemplar a la gente sin juzgarla. Para el hombre “iluminado,” el ¨yo¨ pasa a no existir, alcanzando un estado de “pobreza” y “vacuidad” equiparable a una experiencia mística.
En Nantai me siento en silencio con incienso encendido.
En un día de arrobamiento, todas las cosas se olvidan.
No es que la mente se detenga y los pensamientos se aparten,
Sino que en realidad nada hay que mi serenidad perturbe.
Shou-an
______________________________________________________________________
Bibliografía ConsultadaCleary Thomas. “El arte japonés de la guerra” Editorial EDAF, S.A España 2001.
Harada, Sekkei “ The Essence of Zen”. Japan 1998
Kuroda Institute Book “ Re-Visioning ” Kamura” Buddhism. 1998
Nakamura Hajime “ Gotama Buddha. Japan 2000
Suzuki, D. T. “ La práctica del monje Zen” Ediciones Abraxas, Barcelona 1998
Suzuki D.T “ Budismo zen y psicoanálisis”. Fondo de Cultura Económica. México 1998
“Zen y vida cotidiana” http://www.luzserena.org
“El Zen. Una aproximación al pensamiento Zen” www.artedehoy.com/html/zen.html.
Fundamental Buddhism Explained Summary in Spanish. http://www.fundamentalbuddhism.com
¿Que es Budismo? http://www.luzserena.org/
AUTOR DE LA PRESENTE MONOGRAFIA:
Darío Chávez Ortiz
Gracias Dayo !
El haiku es la forma de poesía especialmente zen. Es la poesía más pura y sin artificios. En términos budistas esta breve composición de 17 sílabas, expresa la esencia de cada cosas. El "haiku" por tanto es la expresión de una iluminación temporal que nos permite penetrar en la vida de las cosas.
ResponderEliminarGracias Dayo por este trabajo, introducción necesaria para recorrer el camino que nos hemos propuesto, interpretar la realidad con sencillez,
liberándonos de estímulos falaces.
Un abrazo.
Magnífico trabajo, felicitaciones.
ResponderEliminarUn pequeño aporte:
Imaginemos los jardines Zen de Japón: unas pocas piedras, unos cuantos trazos, dos o tres árboles sugieren el vasto mundo. Frente a ellos podríamos decir:
Jardín Zen
Las rocas ocupan
el sitio que les corresponde,
la primacía de una cumbre
no tiene importancia
frente a la precisión de lo breve.
Dos o tres árboles
o ninguno,
tal vez la brisa que recuerda
a las hojas del otoño.
La luna tiembla en el estanque
y hay pausas donde se abisma el vacío.
Lo ideal sería
gozar ante la página en blanco
—en su jardín Zen—
que el lápiz rastrilla.
Y así, detrás de las palabras,
hallar la permanencia.
Llega el haikú del milenario Japón y enraíza su bonsai en la lengua española. Conserva su carácter de miniatura —3 versos, 17 sílabas—. En ellos, la visión se ciega y habla con los otros sentidos: los del cuerpo y el alma transfigurados por el misterio en esta alquimia verbal y metafórica.
(letralia.com)
Mis saludos y gracias.
Gracias Dayo, Cecilia, Myriam...
ResponderEliminarAmanecer
la luz es virgen
azul el verso
q bello el haiKù de juLie ..
ResponderEliminardaYo, muY bueNo e inTeresanTe toDo
`Ante el relámpago
Dichoso
El que nada sabe` *
* Una paradoja Zen dice: “El que nada sabe posee el
verdadero conocimiento”. Entonces, este poema es una
modestia de cósmica altura.
es de basHo y esTà en una anToloGia muy bueNa
saluDos a toDos
Una clase muy aleccionadora sobre la filosofía Zen, nos introduce de forma clara y sencilla a indagar en la fuente de la sabiduria japonesa...
ResponderEliminarGracias, Dayo por este elaborado trabajo.
Alma de viento
nacarados labios
canta la grulla.
Esencia de éter
testigo es la roca
salen palabras.
Luz
Abrazos y gracias a todos los que hacéis posible Haiga.
Una introducción al zen , justa ,precisa y clara ..algunos libros que citas los conozco pero si tienes ocasion lee a Rafael Redondo Bar-
ResponderEliminarba, Maestro Zen vive en Bilbao y tiene una trayectoria muy interesante, lo conzco desde niña Yo me inicié hace años con Concha Quintana que sigue las ensenanzas de Durkehim y su alumno Casteman tienen libros muy buenos, vive en Madrid
si quieres te envio bibliografia y el correo de Rafa. Un saludo cariñoso. Begoña
Humildes e infinitas gracias, me permito citar las palabras de Gochiku:
ResponderEliminarLa larga noche;
El sonido del agua
dice lo que pienso.
Dayo.
Muchas gracias por esta breve e interesante explicación!
ResponderEliminarUn saludo
Laura
Cecilia: hay una nueva convocatoria para intercambio de tarjetas, en mi blog dejé la info, esta vez, con más tiempo :)
Myriam, gracias !
ResponderEliminarbello, muy bello ..
"Lo ideal sería
gozar ante la página en blanco
—en su jardín Zen—
que el lápiz rastrilla..."
Gracias Julie ..
ResponderEliminarla luz nueva cada día
y nosotros la contemplamos
es natural .. y maravilloso a la vez
un beso amiga.
Gracias por tus búsquedas siempre, Maby.
ResponderEliminarBesos !
Muy bellos Luz ! buscando la esencia ..
ResponderEliminarUn abrazo inmenso y gracias por ser parte, amiga.
Muchas gracias Begoña, eres muy generosa.
ResponderEliminarEn tu bello espacio respondí a tu ofrecimiento, cariños para ti.
Hola Dayo !
ResponderEliminargracias por todo, tú ya sabes ..
Si Laura, lo vi !
ResponderEliminargracias por avisarme, te digo .. tus tarjetas son excelentes !
fotos con el color de octubre, que es hermoso !
Besos.
hola
ResponderEliminarvoy a animarme con un haikú q pretende estar en esTa liNea
encontrar en el
vuelo de golondrinas
el propio viaJe
:)no sé si està lograDo
me inspiraRon las golondRinas q lleGan a mi ciuDad esTos dias
saluDos a toDos
La mente encuentra
ResponderEliminarun viaje que comparten
hombres y pájaros.
Dayo.
¡Muy buen artículo, Dayo!,y lo de jardín zen que aporto Miryam,tiene:"paz,tranquilidad y silencio"..ahora yo escribire un haiku..
ResponderEliminarPesamiento Zen
solo sé que no se nada
estoy en paz, hoy.
Hoy es buen día para aprender.saludos Cecilia
Paz, tranquilidad y silencio..son técnicas dentro de esta disciplina como bien la definió Dayo.
ResponderEliminarDeseo hacer una observación personal como persona creyente que soy, no son a mi entender incompatibles con mi fe estos conceptos, en cuanto no se trata de una religión.
Gracias, saludos.
Saludos Beatriz, gracias.
ResponderEliminarEs un buen día, si.
Maby, Dayo .. en vuelo
ResponderEliminarMe parecen muy buenos !
Es válida tu observación Myriam, besos.
ResponderEliminar¿ de quién las huellas
ResponderEliminarque llevan a mi puerta?
yo, un extraño ..
Cecilia
¿Recuerdan que les comenté arriba que no era tan sencillo describir el zen con nuestros conceptos y que di con pared? Pues bien recuerden también que hablamos de una religión sin dios (algo que no es sencillo de entender) y que es una disciplina. Un punto de partida para un entendimiento de estas dos situaciones, sería comparar a un japonés promedio que observa la tradición y busca ser intachable en su conducta, con un monje zen. Si observamos con detenimiento uno busca el perfeccionamiento moral, pretende ser honrado en sus negocios, respetuoso y buen ciudadano; el otro la trascendencia a través de la iluminación.
ResponderEliminarDisciplina y religión.
Estar aquí y ahora, significa búsqueda.
Una vez más, me enriquezco con tu trabajo. A veces, las vicisitudes de la vida nos llevan por terrenos "recargados" de ornamentación. Pero en algunos casos, cuando llega la reflexión, llegamos de una manera casi intuitiva a estos principios zen. Lo bueno es comprobar, tras leer y meditar un poco, que es el camino del crecimiento interior.
ResponderEliminarUn abrazo, Ana
Si, gracias Dayo. Lo tengo presente.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por haber llegado hasta a mí, pues gracias a ello puedo estar yo aquí. Muy buenos tus haikus, y la introducción a la doctrina Zen, buenísima.
ResponderEliminarBesossss.
Una vez más agradezco tu visita y amables comentarios Ana.
ResponderEliminarEste trabajo es obra de Dayo, miembro de Haiga.
Un abrazo.
Es muy bello tu espacio Aniki !
ResponderEliminarGracias por la visita, besos.