“El haiku se inventó y desarrolló en Japón a lo largo de centenares de años como un poema de diecisiete sílabas, el cual encierra toda una visión de la vida en tres breves líneas. Un haiku occidental no necesita preocuparse de esas diecisiete sílabas, ya que las lenguas occidentales no pueden adaptarse a la fluida y silábica lengua japonesa. Propongo que el haiku occidental sencillamente diga muchas cosas en tres líneas escasas, en cualquier lenguaje. Por encima de todo, el haiku debe ser muy sencillo y estar libre de cualquier artimaña poética, y crear una pequeña imagen y ser tan ligero y grácil como una pastoral de Vivaldi.”
Con estas palabras –de la introducción de su libro “Poemas dispersos”- nos da Jack Kerouac su concepción del haiku en lengua inglesa, y por extensión en cualquier lengua occidental.
El estadounidense Jack Kerouac (1922-1969) ha pasado a la historia como el escritor más representativo de la Generación Beat. Él y otros como Allan Ginsberg, William Burroughs o Neal Cassady tomaron las carreteras de los EEUU entre los años 50 y 60 en busca de la libertad artística y vital.
Si bien Kerouac es conocido sobre todo por su faceta como novelista –sus novelas “En la carretera” (1957) o “Los vagabundos del Dharma" (1958) retrataron el lado oscuro de la acomodada sociedad norteamericana-, su obra poética es también particularmente interesante. Y de hecho, a él se debe buena parte de la popularidad del haiku en la literatura norteamericana.
Kerouac llegó al haiku a través de sus estudios de budismo, de la mano de su amigo Gary Snaider, un conocido poeta zen. Y de igual manera que revolucionó la novela tradicional con sus ideas sobre la “escritura espontánea”, también cambió la manera de entender el haiku: rechazó de plano la métrica estricta de diecisiete sílabas propia del haiku japonés, pero mantuvo en cambio la brevedad expresiva en tres líneas.
No telegram today
only more leaves
fell.
No hay telegramas hoy
sólo más hojas
que caen.
Nightfall,
boy smashing dandelions
with a stick.
Anochecer,
un chico destroza el diente de león
con un palo.
Siguiendo de nuevo las palabras de Keroauc, “un verdadero haiku debe ser tan sencillo como unas gachas, y aún así mostrarte completamente la realidad”. El haiku permitía a Kerouac mantener esa espontaneidad buscada –vital para él- mediante la imagen descrita pero también sugerida. Veámoslo.
Missing a kick
at the icebox door
It closed anyway.
Falla la patada
en la puerta de la nevera.
Se cierra igualmente.
Me gusta este haiku. En mi opinión muestra “el aquí y el ahora” que sugería Basho, acompañado de una fina ironía, la puerta que se cierra igualmente, a pesar de los esfuerzos del protagonista del haiku.
Evening coming.
The office girl
unloosing her scarf.
Cae la tarde.
La chica de la oficina
se desata la bufanda.
Éste es un haiku sencillísimo, que nos describe una escena diaria en la rutina de una joven. Quizá ha terminado el trabajo y vuelve a casa, o quizá tiene una cita, o quizá va de compras, o quizá… Me sugiere tantísimas cosas.
In the sun
the butterfly wings
Like a church window
En el sol
las alas de la mariposa.
Como la vidriera de una iglesia.
En este caso se presenta una imagen que se me antoja hermosa. Establece un vínculo entre la belleza de la naturaleza y la belleza del arte, e insinúa cómo éste se inspira en aquella.
Para concluir este breve recorrido por la obra de Jack Kerouac quisiera hacer una observación sobre el carácter universal que el haiku ha tomado en el último siglo. Sobre cómo se ha convertido con su sencillez en un puente capaz de unir culturas y tiempos y literaturas muy lejanas entre sí.
NOTA. Las traducciones de los haikus mostrados en este artículo son del autor del mismo:
Osvid en haiku.bitacoras.com/archivos/2005/09/22/haiku-en-la-ruta-66 directamente del inglés y más o menos libres.
Con estas palabras –de la introducción de su libro “Poemas dispersos”- nos da Jack Kerouac su concepción del haiku en lengua inglesa, y por extensión en cualquier lengua occidental.
El estadounidense Jack Kerouac (1922-1969) ha pasado a la historia como el escritor más representativo de la Generación Beat. Él y otros como Allan Ginsberg, William Burroughs o Neal Cassady tomaron las carreteras de los EEUU entre los años 50 y 60 en busca de la libertad artística y vital.
Si bien Kerouac es conocido sobre todo por su faceta como novelista –sus novelas “En la carretera” (1957) o “Los vagabundos del Dharma" (1958) retrataron el lado oscuro de la acomodada sociedad norteamericana-, su obra poética es también particularmente interesante. Y de hecho, a él se debe buena parte de la popularidad del haiku en la literatura norteamericana.
Kerouac llegó al haiku a través de sus estudios de budismo, de la mano de su amigo Gary Snaider, un conocido poeta zen. Y de igual manera que revolucionó la novela tradicional con sus ideas sobre la “escritura espontánea”, también cambió la manera de entender el haiku: rechazó de plano la métrica estricta de diecisiete sílabas propia del haiku japonés, pero mantuvo en cambio la brevedad expresiva en tres líneas.
No telegram today
only more leaves
fell.
No hay telegramas hoy
sólo más hojas
que caen.
Nightfall,
boy smashing dandelions
with a stick.
Anochecer,
un chico destroza el diente de león
con un palo.
Siguiendo de nuevo las palabras de Keroauc, “un verdadero haiku debe ser tan sencillo como unas gachas, y aún así mostrarte completamente la realidad”. El haiku permitía a Kerouac mantener esa espontaneidad buscada –vital para él- mediante la imagen descrita pero también sugerida. Veámoslo.
Missing a kick
at the icebox door
It closed anyway.
Falla la patada
en la puerta de la nevera.
Se cierra igualmente.
Me gusta este haiku. En mi opinión muestra “el aquí y el ahora” que sugería Basho, acompañado de una fina ironía, la puerta que se cierra igualmente, a pesar de los esfuerzos del protagonista del haiku.
Evening coming.
The office girl
unloosing her scarf.
Cae la tarde.
La chica de la oficina
se desata la bufanda.
Éste es un haiku sencillísimo, que nos describe una escena diaria en la rutina de una joven. Quizá ha terminado el trabajo y vuelve a casa, o quizá tiene una cita, o quizá va de compras, o quizá… Me sugiere tantísimas cosas.
In the sun
the butterfly wings
Like a church window
En el sol
las alas de la mariposa.
Como la vidriera de una iglesia.
En este caso se presenta una imagen que se me antoja hermosa. Establece un vínculo entre la belleza de la naturaleza y la belleza del arte, e insinúa cómo éste se inspira en aquella.
Para concluir este breve recorrido por la obra de Jack Kerouac quisiera hacer una observación sobre el carácter universal que el haiku ha tomado en el último siglo. Sobre cómo se ha convertido con su sencillez en un puente capaz de unir culturas y tiempos y literaturas muy lejanas entre sí.
NOTA. Las traducciones de los haikus mostrados en este artículo son del autor del mismo:
Osvid en haiku.bitacoras.com/archivos/2005/09/22/haiku-en-la-ruta-66 directamente del inglés y más o menos libres.
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No es de extrañar que Jean-Louis Lebris de Kerouac sea conocido en nuestro hemisferio principalmente por sus novelas (el resto de su obra ha sido escasamente traducida).
A través de ellas podemos conocer con minucioso detalle lo que se ha llamado el renacimiento de San Francisco, ese grupo de poetas que creía en una nueva forma de vida, más cercana a la naturaleza, más lejana a la ecuación producción-consumo, ecuación que tan pocas respuestas concedía a los jóvenes de la patria capitalista. Ginsberg, Ferlinghetti, Burroughs son algunos de los beatniks (raíz genética de los hippies) que deambulan por sus novelas1. En Los Vaganbundos del Dharma, Kerouac da cuenta de la espontaneidad poética de los beatniks, que en fiestas interminables, hacían lecturas de poesía, improvisadas como el jazz, embriagándose con vino y algo de marihuana, y desnudándose para bailar en rondas alrededor de fogatas. Pero no todo era fiesta, los pre-hippies eran más arriesgados que los hippies. Kerouac, como un monje errante del extremo oriente, casi un mendigo, se sumerge en la naturaleza y recorre la vida como si fuese un puente, sin construir una casa sobre ella.
Mucho antes que los Beatles visitaran al Maharishi, mucho antes que Osho visitara California, Kerouac, impulsado por sus lecturas de Thoreau, descubre el budismo, y los pasos que da ascendiendo una montaña son constantes metáforas hacia el encuentro del Dharma, la rueda de la verdad budista que todo hombre puede hacer consciente para eliminar su sufrimiento. Era un camino espiritual poco conocido en Occidente, una puerta que abrió a una sabiduría que hoy vemos mercantilizada en los gimnasios de Yoga y las visitas del Dalai Lama.
Tras conocer el budismo e influenciado por el poeta zen Gary Snyder (Japhy Ryder en Los Vagabundos del Dharma), Kerouac descubre los haikus. En la novela sus alter egos van creando haikus espontáneamente mientras suben una montaña, y discuten si cumplen con los requisitos o no para considerarlos como tales, centrándose en aspectos temáticos, y en la sencillez del poema, pues cualquier adorno estilístico los alejaría de la sobriedad intrínseca del haiku.
Al caminar por esos parajes se pueden entender las perfectas gemas de los haikus que han escrito los poetas orientales, no se embriagaban nunca en las montañas, no se excitaban, simplemente registraban con alegría infantil lo que veían, sin artificios literarios ni expresiones delicadas (Kerouac 2004: 60).
Kerouac queda maravillado por la síntesis esencial de estos poemas, pero no se restringe a la regla de las 17 sílabas al crearlos en inglés, aunque sí respeta los tres versos.
El haiku americano no es lo mismo que el haiku japonés. El haiku japonés está estrictamente disciplinado a las diecisiete sílabas, pero dado que la estructura del lenguaje es diferente, no creo que los haikus americanos debieran preocuparse de las sílabas porque el discurso americano es algo que se expande hasta estallar.
Sobre todo, un haiku debe ser muy simple, y libre de todo truco poético, para hacer un pequeño cuadro y también debe ser tan aireado y gracioso como una Pastorella de Vivaldi (Kerouac 1986: 9).
Book of Haiku (1968)
Pájaros cantando
en la oscuridad
- Lluvioso amanecer.
Birds singing
in the dark
- Rainy dawn.
Esta tarde de Julio
una gran rana
En el umbral de mi puerta.
This July evening,
a large frog
On my door sill.
La baja amarilla
luna sobre la
tranquila luz del hogar
The low yellow
moon above the
Quiet lamplit house
Desanimante señal
- la pescadería
Está cerrada.
Unencouraging sign
- the fish store
Is closed.
Cabeceando contra
la pared, las flores
estornudan.
Nodding against
the wall, the flowers
Sneeze
El sabor
de la lluvia
- ¿Por qué arrodillarse?
The taste
of rain
- Why kneel?
La luna,
la estrella fugaz
- Mira a otra parte
The moon,
the falling star
- Look elsewhere
La lluvia ha llenado
la fuente de los pájaros
Nuevamente, casi
The rain has filled
the birdbath
Again, almost
Y el silencioso gato
sentado junto al poste
Percibe la luna
And the quiet cat
sitting by the post
Perceives the moon
Inútil, inútil
la fuerte lluvia
Dirigiéndose al mar.
Useless, useless,
the heavy rain
Driving into the sea.
Esos pájaros sentados
ahí afuera sobre la cerca -
Todos ellos van a morir.
Those birds sitting
out there on the fence -
They're all going to die.
El fondo de mis zapatos
está mojado
por caminar bajo la lluvia
The bottoms of my shoes
are wet
from walking in the rain
EL HAIKU AMERICANO
Alan Meller
in-Te-re-saN-ti-Si-mo !!el arTiculo myriam,
ResponderEliminar`La luna,
la estrella fugaz
- Mira a otra parte`
geNial en 15 silaBas ..
no lo loGrarè, pero es un inTento
la ruTa,
disPerSanDo poeMas
la moChila abierTa
:)
salu2
Gracias Maby, aprovecharé para hacer basado en el tuyo uno de los llamados haikú redondos. Quizás te interese.
ResponderEliminarUn beso.
La ruta, la luna
amarilla en los pinos
bordea la ruta.
Un saludo.
Visitarte es... enriquecerse.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Un abrazo
Muy interesante Myriam, me encanta tu haiku, Maby, el tuyo también. Saludos Mistral, es cierto que visitar Haiga es enriquecer el espíritu.
ResponderEliminarCantan los pájaros
vuelan las mariposas
dulce el silencio
Muy bonita la entrada, diferente a como estoy acostumbrada. Pero veo que todo es válido, los poemas en el haiku Americano son validos, si estoy equivocada me corriges Myriam. Veo que no es la misma métrica de 5-7-5. Bonitos todos los haikus escritos en la entrada y los vuestros.
ResponderEliminarHoy el viento
le arrancó al árbol
hojas amarillas.
**********
Es dulce su beso
pegajoso como miel
libidinoso
***********
Caen cuatro
cuatro gotas caen
en su pecho.
las suyas y las de él
justo al atardecer.
************
Está por llegar
el afable otoño
hojas fenecen.
********
Saludos cordiales a todas/os
Gracias Myriam ! es realmente muy interesante, otra visión ... que, además nos habla de toda una época, de una gran revolución..
ResponderEliminarGracias por traer a este autor de haikú diferentes entre la niebla, días pasados .. y por este post hoy.
Gracias a tod@s !
Un abrazo.
La furiosa lluvia
ResponderEliminaruso como tobogán
los techos a dos aguas.
Dos blancas cigueñas
miran el gris humo
que sale de su nido.
Mejor lugar para el nido
una chimenea en deshuso
No en invierno.
Lindo post Myriam. saludos a todos.
Es así como lo interpretas isa, gracias por compartir.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por los comentarios y los haikú creados.
Saludos.
viajando por el mundo de los blog del cual yo participo llegue al tuyo el cual me parecio muy lindo y con lindas cosas a leer que te llenan la mirada.. todo muy lindo..
ResponderEliminarAbrazos
linda semana
Saludos
Permiso para segurite y te invito a visitarme a
http://poesia-del-cielo.blogspot.com/
desde ya bienvenida
Poeta del Cielo
Fue un placer visitarte, gracias Poeta !
ResponderEliminarsaludos.