sábado, 12 de febrero de 2011
Como escribir un haiku: o el arte de bailar en un centímetro cuadrado
autor: Juan Carlos Durilén
Córdoba Capital, Argentina
De una publicación de Carlos Fleitas
(parte I)
Es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida, todo es cuestión de medida: un poco más, algo menos... escribía Antonio Machado. Y de esto se trata el haiku, la justa medida en la poesía. Pincelada antes que retrato definitivo, se mueve en estrechos márgenes, donde el poeta se acerca más a la maestría de un cocinero que a la de un ingeniero, pues es la cenestesia de la mano la que determina la exacta cantidad de ingredientes que deciden la calidad de un plato. De allí que debemos comenzar por una desilusión antes que por una exaltación: el arte de escribir haiku no puede ser enseñado, sólo puede ser aprendido. A pesar de ello, seguiré el consejo de Oscar Wilde, quien decía que la mejor manera de resistir una tentación es ceder a ella, por ende cedo ante el impulso de realizar algunos comentarios -naderías- sobre este difícil oficio de escribir haiku.
Introducción
El haiku es una forma y género poético que va a surgir en el Japón en el siglo XVII, debido a la inspiración de Matsuo Basho. El término utilizado actualmente para referirse a él (haiku) es introducido en el siglo XIX por Shiki, considerado el más encumbrado maestro moderno y el revitalizador del género. En tiempos de Basho, una forma poética era la que se enseñoreaba frente a todas las demás: el haikai-no-renga. La misma era una creación colectiva en la que un poeta completaba un poema introductorio de otro poeta y así sucesivamente, llegando a composiciones de gran extensión. El poema introductorio se llamaba hokku (que significa poema inicial) y tenía una métrica de 17 sílabas. Lo seguía uno de 14 sílabas, que se continuaba con otro de 17 sílabas y así. El hokku tenía otro requisito: incluir una palabra que describiese la estación (kigo) p.ej: nieve, crisantemo, cerezo en flor, etc... Basho participó en estas formas colectivas de creación (renga), pero independizó el poema inicial (hokku) y le dio un nuevo destino. Pues el haikai-no-renga había derivado hacia una modo poético donde, según aclara Octavio Paz, se daba más importancia al efecto de las palabras que al significado profundo, con una desmedida inclinación por la imagen brillante e ingeniosa y el retruécano. Basho, desligará el hokku de 17 sílabas de las cadenas del haikai y le conferirá una autonomía sin precedentes. El hokku en manos de Basho cobrará una hondura y expresividad inimitables. Mantendrá el esquema métrico de 17 sílabas y el kigo, pero se convertirá en el instrumento de una honda experiencia espiritual para el poeta. A partir de él, el nuevo género poético será llevado a extraordinarios logros por maestros como Issa y Buson. Pero corresponderá a Shiki en el siglo XIX, dar nuevos ímpetus al mismo, al sacarlo de una cierta decadencia en que había caído. Shiki revitalizará el esquema métrico de 17 sílabas con kigo obligado.
I
Escribir haiku, es un orientalismo imposible? Pues quien comienza a escribir haiku en español se hace además de ésta, otras dos preguntas: ¿es posible transplantar a la mentalidad ibero-americana y a su lengua, un género poético nacido en el entorno cultural del Japón del siglo XVII tan ajeno e inaccesible a nuestras culturas? Y, es posible mantener el esquema métrico 5-7-5 y el kigo o palabra de la estación? La respuesta a las dos preguntas es sorprendentemente, sí. Y más sorprendente es, que de todas las lenguas y culturas, el español es la que está más cerca desde el punto de vista poético y linguístico al Japón del haiku, que cualquier otra. Antonio Cabezas en un magistral artículo, retoma el notable descubrimiento de Arthur Waley, el erudito inglés que fue uno de los primeros occidentales en traducir a una lengua occidental, la antigua poesía china y japonesa. Waley encontró un marcado paralelismo entre los poemas de la primera compilación de poesía japonesa, el Manyoshu (Colección de las Diez Mil Hojas -760 DC-), y las coplas populares del sur de España. Y agrega el erudito español que "de los nueve idiomas modernos más difundidos el español es, después del italiano, el que más se parece al japonés en fonética y longitud de vocablos y frases"* Y Cabezas, luego de proseguir su esmerado análisis de las semejanzas linguisticas, poéticas y estéticas del Manyoshu con la poesía popular española, concluye:"los antiguos japoneses, se parecían más a los españoles actuales que a sus propios biztataranientos"*. Conclusión que, en mi caso, haría extensiva a los pueblos iberoamericanos. Pero esto no es todo. En la poesía española hay una forma y género llamado 'seguidilla' que tiene el mismo patrón silábico del haiku. La diferencia es que se agrupa en estrofas de cuatro y siete versos y que siempre guarda una rima asonante. La seguidilla simple consiste en 4 versos con un esquema silábico 7-5a'-7-5a' con rima asonante en a'. La compuesta, en 7 versos con esquema silábico: 7-5a'-7-5a'-5b'-7-5b' con rima asonante en a' y b'. Se observa que los tres últimos versos tienen un esquema 5-7-5 como el del jaiku. Es decir, el esquema silábico del haiku se aviene perfectamente a las características formales y rítmicas de la lengua castellana.
Cont.
Hacia Roma caminan
dos peregrinos,
a que los case el Papa
porque son primos.
Seguidilla arromanzada
Federico García Lorca. Los peregrinos
Gracias Julie por el material enviado, amiga.
Me parece muy interesante, para compartir.
Sólo el Amor
puede salvar al mundo
de su hastío.
J.S.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es increíble lo que se descubre! La seguidilla es prima lejana del haiku. Sorprendente lo de la fonética y la longitud de palabras entre japonés y español. Interesante idea la relación de formas poéticas e idiomas que debe ser explotada. Lo de la métrica, el paralelismo, también creo que merece atención. Habrá que ponerse a ello.
ResponderEliminarMuchas gracias.
q inteResanTe si !
ResponderEliminarJuLie y voS me haN enseÑado a busCar, indaGar
a ver si éSto sirVe:
El haiku, que nace en Japón, es la expresión de su lengua, se ha sostenido que solamente en esa lengua se podría escribir un haiku, Esto es una parcialidad digna de Occidente, el haiku ha tomado todas las lenguas del planeta, que se han adecuado a su métrica: 5-7-5. y esta métrica en la cual se pueden ubicar los haikus de la época del kimono, ha dado paso a expresiones poéticas menores , también a extender el poema hasta un máximo de 23 sílabas que compone la actual aceptación en Japón. En Argentina el poeta y sensei Kubota Tomiji afirmó durante toda su vida, que el haiku era para los japoneses, lo dijo hasta los 80 años, en que anunció su error y constituyó un grupo con haikista argentinos denominado Génesis, Se cuenta con un solo libro de Kubota, elijo un haiku
En la cesta de compras
de una prostituta
un puñado de violetas
saluDos
graCias !
No tiene desperdicico esta suculenta entrada. Una buena fusión entre las culturas de oriente y occidente, los resultados verdaderas obras que pasarán a formar parte de la literatura universal, como así lo demuestran grandes maestros que han dedicado su vida y su gloria a el estudio y desarrollo de las diferentes expresiones que englobamos en Haiga.
ResponderEliminarGracias por darnos la ocasión de aprender.
Un abrazo a tod@s!
Muy bueno e interesante el material, esperamos por más.
ResponderEliminarGracias Julie, Cecilia y a todos por los aportes y comentarios.
Abrazos.
Fíjate, Fernando que más de una vez lo había pensado que tenía una relación con la seguidilla, estrofas de cuatro versos de arte menor, hay varios tipos: la simple, los versos primero y tercero son heptasílabos y el segundo y cuarto pentasílabos.
ResponderEliminarOs pongo un ejemplo de Lorca:
Estrellitas del cielo
son mis quereres,
¿dónde hallaré a mi amante
que vive y muere?
Luego está la seguidilla gitana que los dos primeros versos son hexasílabos, el tercero, de onde sílabas, también de diez, y el cuarto de seis también. Ejemplo de Manuel Machado:
Pensamiento mío
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías
que no pués entrar.
Pero yo creo que la que más se parece al haiku es la seguidilla compuesta, también de arte menor, que es de 7-5-7-5-5-7-5. Os pongo un ejemplo de Antonio Machado que las bordaba.
En las sierras de Soria
azul y nieve
leñador es mi amante
de pinos verdes.
¡Quién fuera el águila
para ver a mi dueño
cortando ramas!
Si les quitamos la rimas asonantes son auténticos haikus.
Creo que lo importante es aprender de unos y otros y sí que son interesantes estas reflexiones y aportaciones. Un abrazo a todos. Besos.
Fernando, tenemos una maestra de lujo. No crees ?
ResponderEliminarAcá te esperamos.
Gracias.
Maby, muchas gracias !
ResponderEliminarTu interés y entusiasmo siempre es valioso.
Besos !
Querida Luz, gracias a ti por compartir con amor.
ResponderEliminarUn abrazo !
Besito Myriam, gracias !
ResponderEliminarQuerida Julie, gracias por todo.
ResponderEliminarPor el material, por el interés, por la compañía, por darnos tu conocimiento y tu arte ..
por ser !
Un beso grande.