viernes, 18 de junio de 2010

Mario Benedetti

















“RINCÓN DE HAIKUS”
MARIO BENEDETTI

Nota previa

Hace tiempo que soy lector de haikus, pero confieso que el primero
que me sedujo como forma poética se lo debo a Julio Cortázar, cuyo
título póstumo, Salvo el crepúsculo,
fue tomado de un notable haiku
de Matsuo Bashoo (1644-1694): “Este camino/ ya nadie lo recorre/
salvo el crepúsculo”. Años después me enteré de que la traducción
pertenecía a Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya).
El origen del haiku, con su severa pauta silábica, 5-7-5, se remota al
siglo XVI. Ciertos eruditos lo vinculan formalmente alkatauta, un
poema breve que oscilaba entre la pauta 5-7-5 y la 5-7-7; otros lo
derivan delhaikai , que se creaba en grupo y podía tener hasta cien
versos. Paulatinamente se fue asentando la forma de 17 sílabas, en la
rígida combinación 5-7-5, que es sin duda la que produce un efecto
poético más impactante. No obstante, hubo al parecer otras formas
precursoras del haiku: chooka, tanka, sedooka, y especialmente el
renga, canción encadenada, fruto de varios poetas, que vino a
introducir un elemento festivo en la literatura japonesa. En todas
estas formas aparecen los versos de 5 y de 7 sílabas en distintas
concatenaciones, y también se va afirmando el concepto de estación.
Vale la pena aclarar que la rima casi no se usa en este envase lírico
tan peculiar; en cambio, se ha empleado bastante en las
traducciones.
Para esta revisión histórica, recomiendo especialmente el excelente y
documentado estudio de Fernando Rodríguez-Izquierdo, El haiku
japonés/ Historia y traducción , 2º edición Hiperión, Madrid, 1994
(es autor de diez o doce libros más sobre tema tan especializado) y, para
no salir del aporte en castellano, diversos estudios y traducciones de
Ricardo de la Fuente y Yutaka Kawamoto (Haijin, Antología del jaiku,
Hiperión, Madrid, 1992), y Antonio Cabezas (Jaikus inmortales,
Hiperión, Madrid, 3º edición 1997), así como cuidadas traducciones,
casi siempre en edición bilingüe, de autores de haikus como Matsuo
Bashoo, Yosa Buson, Issa Kobayashi y Masaoka Shiki.
En América Latina, el estudio más serio y bien informado pertenece a
la puertorriqueña Gloria Ceide-Echevarría: El haikai en la lírica
mexicana, Ediciones de Andrea, México, 1967, basado en la tesis doctoral
del mismo título, presentada en la Universidad de Illinois en 1965.
El gran maestro y creador de haikus es, sin lugar a dudas, Matsuo
Bashoo, a quien Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya),
dedicó su excelente estudio: Matsuo Bashoo, “Sendas de Oku”,
Barral Editores, Barcelona, 1970. No obstante, como bein señala
Fernando Rodríguez-Izquierdo (ob.cit., pág. 65), “Basoo no representa
un corte radical con el pasado literario. Su formación estética e
intelectual era muy profunda, y gracias a ella había asimilado el
espíritu de la cultura del Japón. En haiku, él mismo se reconoce
deudor de la escuela Dantin. Bashoo viene a reanimar el haiku, pero
sin prescindir de tendencias que ya estaban insertas en su proceso de
evolución”.
Después de Bashoo, viene una larga nómina de autores de haikus:
Onitsura (1660-1738), incluso una mujer, Chiyo (1701-1775),
Taniguchi Buson (1716—1783), Issa Kobayashi (1762-1826). Ya en el
siglo XIX aparece Masaoka Shiki, que después de tantos poestas
religiosos, incorpora su presencia de agnóstico (ver: Masaoka Shiki,
Cien Haikus, traducción y presentación de Justino Rodríguez, edición
bilingüe, Hiperión, Madrid, 1996).
Más cercano a Buson que a Bashoo y aunque sólo vive 35 años, Shiki
es uno de los más notables autores de haikus. Ya en el siglo XX, una
nueva tendencia, “Shinkeikoo”, hace que los nuevos poetas japoneses
se aparten del haiku clásico y su rigor tradicional.
Desde inicios del siglo XX, el haiku empezó a extender su influencia
en poetas de Occidente, en especial el francés Paul Louis Couchoud y
el inglés B. H. Chamberlain, así como algunos españoles. Pero sólo
influencias. No era frecuente hallar en la lírica occidental
(particularmente la parnasiana y la impresionista) la fiel transcripción
de la célebre pauta 5-7-5. Ni siquiera en traducciones. En España. Y
tal como destaca Ricardo de la Fuente, aparecen rastros (sólo rastros)
del haiku en los Machado, Juan Ramón Jímenez, Guillén, García Lorca
y en particular Juan José Domenchina, autor de un haiku tan clásico
como: “Pájaro muerto/ ¡Qué agonía de plumas/en el silencio!”.
En América Latina, el poeta más cercano al haiku fue indudablemente
Juan José Tablada. No obstante, y como señala Ceide-Echevarría: “no
intenta conservar las 17 sílabas del haikai (o haiku) japonés; en sólo
tres de los poemas de Un día… se ciñe a las 17 silabas tradicionales,
aunque no a la distribución clásica de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas”.
Por otra parte, Tablada apela casi siempre a la rima, un recurso
normalmente descartado por los poetas japoneses.
De todas maneras, la introducción del haikai efectuada por Tablada en
la poesía mexicana, tuvo influencia en muchos otros poetas de ese
país. Cabe mencionar a Rafael Lozano y otros posmodernistas; a José
Gorostiza, Jaime Torres Bidet, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Elías
Nandino y otros “contemporáneos”. También, y fundamentalmente, a
Octavio Paz, y en capas más recientes, Juan Porras Sánchez y Carlos
Gaytán. Cabe destacar que la influencia del haiku en casi todos estos
nombres fue más bien indirecta. Curiosamente, un sevillano, José
María González de Mendoza, considerado mexicano porque vivió
largamente en México, gran admirador de Tablada, es uno de los
pocos que fue fiel a la clásica estructura del 5-7-5, como en este
haiku: “El rojo acento/ de tus labios me llama/donde me quemo”, o en
este otro: “Mi vida es muda/ni novia ni amistades…/ ¡Ah sí! La luna”.
Personalmente, no he estado en Japón ni conozco su lengua. Tampoco
soy un experto en la historia y desarrollo del haiku. Si tengo bien
leídos y disfrutados, en buenas traducciones, numerosos haikus en la
pauta clásica, que es la que siempre me ha cautivado. Está de más
decir que, por el mero hecho de presentar en este volumen, más de
doscientos haikus de mi propia cosecha, no me considero un “haijin”
(así se denomina en japonés al que escribe haikus) rioplatense.
Simplemente, el haiku clásico, como forma lírica, se me figuró
siempre un desafío, tanto por su estructura fija como por su brevedad
obligada, que lo hace aún más ceñido que, por ejemplo, el soneto,
que e la poética española es tal vez la estructura clásica más rígida.
Con sólo 17 silabas y con una distribución invariable (5-7-5), el haiku
es en sí mismo una unidad, un poema mínimo y no obstante
completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo, a
veces su toque de humor o ironía. Bashoo dejó para la posterioridad
esta curiosa definición: “Haiku es simplemente lo que está
sucediendo en este lugar, en este momento”.
También forma parte del desafío el hecho de que si bien el haiku ha
encontrado en América Latina buenos y hasta excelentes traductores,
en cambio ha tenido escasos cultores originales. Salvo el ya
mencionado Tablada, los otros que se atrevieron con esa pauta lo
hicieron muy tímida y esporádicamente. Y aun esos intentos
ocurrieron casi exclusivamente en México y cercanías. El mismo
Tablada, casi nunca se ciñó a la pauta clásica, aunque debe
reconocerse que sus mejores logros los obtuvo cuando no se evadió
del 5-7-5, verbigracia: “Trozos de barro, / por la senda en penumbra/
saltan los sapos”.
En Perú, está el caso singular de Arturo Corchera, que en sus varias
veces editado Noé delirante , sin incorporar ningún haiku
propiamente dicho, revela una influencia muy bien asimilada, que le
conduce a un libro original y chispeante.
En el Río de la Plata, y en general en América del Sur, el haiku ha sido
casi ignorado como lectura (no olvidar al argentino Kazuya Sakai, que
sin embargo fue en México donde publicó su libro Japón: hacia una
nueva literatura, El Colegio de México, 1968) y por supuesto como
género a cultivar. Una singular excepción es nada menos que Jorge
Luis Borges, que fue un buen conocedor de la poesía japonesa. En
1972 ya había incorporado seis tankas en El oro de los tigres, pero es
en La cifra (1981), libro dedicado a María Kodama, donde incluye 17
haikus originales, no traducciones (curiosamente la cifra 17 se
corresponde con el número obligatorio de sílabas en el haiku clásico),
todos con la estructura fija heredada de Bashoo (5-7-5). Hay que
señalar que en esos poemas mínimos de última hora hay algunos de
notable calidad. A diferencia de Tablada, Borges, cuando elige el
haiku, no se aparta ni una sola vez de la norma clásica.
En mi caso particular, es obvio que no me he puesto a imitar a poetas
japoneses, ni siquiera a incorporar sus imágenes y temas preferidos.
Apenas he tenido la osadía de introducirme en esa pauta lírica, pero
no apelando a tópicos japoneses sino a mis propios vaivenes,
inquietudes, paisajes y sentimientos, que después de todo no difieren
demasiado de mis restantes obras de poesía.
Encerrar en 17 sílabas (y además, con escisiones predeterminadas),
una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un paisaje, y
hasta una breve anécdota, empezó siendo un juego. Pero de a poco
uno va captando las nuevas posibilidades de la vieja estructura. Así la
dificultad formal pasa a ser un aliciente y la brevedad una provocativa
forma de síntesis.
Ahora, con el perdón de Bashoo, Buson, Issa y Shiki, ya considero al
haiku como un envase propio, aunque mi contenido sea
inocultablemente latinoamericano. Y ya que en mi caso no se trata de
traducciones, que a menudo exigen matrices y variaciones formales
que no figuran en la pauta tradicional, he querido que mis haikus no
se desvíen en ningún caso del 5-7-5. Esta fidelidad estructural es,
después de todo, lo único verdaderamente japonés de este modesto
trabajo latinoamericano.

M. B. Puerto Pollença, Mallorca-Madrid, 1999.

14 comentarios:

  1. A raiz de un comentario en el post anterior sobre haikú clásico y su "occidentalización", creo que el inolvidable Mario Benedetti lo explica de manera impecable en su libro editado en 1999, Rincón de Haikús (con "s" final)

    Acá el texto completo de la Nota Previa al mismo ..

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  2. en inTerNaturaL: haiKus enconTre esTO:

    Regina Weinreich a propósito del libro de "haikus" de JACK KEROUAC, ha expresado que el término japonés estricto - sea singular o plural - es haiku. No obstante, hemos visto que KEROUAC les ha llamado "haikus" con "s" y que en el idioma castellano se le dice "haiku" en singular y "haikus" en plural.

    ::::::
    las hojas secas
    son como el tstamento
    de los castaños

    los hombres odian
    presumen sueñan pero
    las aves vuelan

    no sé tu nombre
    sólo sé la mirada
    con que lo dices

    los que caminan
    sobre ríos de vino
    a veces flotan

    si me mareo
    puede que esté borracho
    de tu mirada

    los apagones
    permiten que uno trate
    consigo mismo

    el girasol
    no conoce de eclipses
    siempre te alumbra

    MBenedetti
    rincon de haikus


    saluDos !

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  3. gracias Maby por el aporte,
    y .. por los haikú de Mario, cada uno es un tesoro!

    beso.

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  4. Muy buena lectura la Nota Previa y el libro todo.

    Te dejo mi saludo, Buen Fin de Semana Largo para tod@s en Argentina,
    especialmente en Rosario, la Fiesta Grande.
    Un abrazo.

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  5. Mario Benedetti lo explica de manera sencilla lo que a primera vista parece difícil de entender.
    El haiku no es muy conocido entre los versos en Argentina.Yo conocí el haiku a través del concurso que organiza la fundación Jorge L.Borges a través de Maria Kodama en los colegios secundarios...
    Muy didáctico la Nota previa.
    Buen fin de semana largo a ustedes también.
    besossss..

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  6. Si Beatriz ! hay alguna información sobre esos concursos en la red, también acerca de un libro que ha editado la Fundación, aunque no pude conseguirlo todavía ..

    Buen Finde Beatriz (¿ aún de compras ? )

    Gracias Myriam ! este año te la perdés ..

    Feliz Fin de Semana a tod@.

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  7. Arde la tarde

    ocaso abrasador

    luz crepuscular.

    Haiku de MA

    Aquí te dejo un haiku para tu blog.

    muy buena entrada de post sobre el origen del haiku.

    Gracias amiga por tu comentario dejado en mi blog .

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  8. precioso momento, el ocaso
    la magia del día ..

    gracias MA !
    un beso

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  9. Interesante y detallada información, Ceci.

    Hermosos haikús!

    Dejo uno sencillito.

    Detrás de tu partida
    oscurece el día
    la noche es invierno.

    Un abrazo grande!

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  10. Bello ! y sentido querida Luz, gracias.

    Un abrazo !

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  11. Muy interesante la opinión de Benedetti!
    Sigo tomando nota...
    Saluditos

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  12. ¡Cuanto aprendo de la exposición que hace Benedetti del Haiku! Gracias por el tesoro de esta página. Besos. Julie

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  13. Gracias a ti por estar, Julie !
    Besos.

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