miércoles, 4 de noviembre de 2009
si el corazón/ se aburre de querer/ para qué sirve
Mario Benedetti es uno de esos escritores de los que se puede afirmar que todo lector de habla hispana ha leído, por lo menos una vez, algún texto de su autoría. Y es que el autor de “La Tregua” fue un ejemplo de constancia y compromiso en este duro y solitario oficio de la palabra.
Una lección - otra más - del maravilloso escritor uruguayo es la capacidad innegable para haber desarrollado una vasta e importante obra sin haber recurrido jamás a construcciones o técnicas complejas y pretenciosas. Su obra está nimbada por la simpleza y la hondura de la verdadera sabiduría. ¿Qué puede resultar más difícil en el menester de la palabra, que ser simple y profundo?
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Mario Benedetti, Rincón de haikus, Madrid: Visor, 1999; México: Alfaguara, 1999
Nota previa
Hace tiempo que soy lector de haikus, pero confieso que el primero que me sedujo como forma poética se lo debo a Julio Cortázar, cuyo título postumo, Salvo el crepúsculo, fue tomado de un notable haiku de Matsuo Bashoo (1644-1694): "Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo". Años después me enteré de que la traducción pertenecía a Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya).
El origen del haiku, con su severa pauta silábica, 5-7-5, se remonta al siglo XVI. Ciertos eruditos lo vinculan formalmente al katauta, un breve poema que oscilaba entre la pauta 5-7-5 y la 5-7-7; otros lo derivan del haikai, que se creaba en grupo y podía tener hasta cien versos. Paulatinamente se fue asentando la forma de 17 silabas, en la rígida combinación 5-7-5, que es sin duda la que produce un efecto poético más impactante. No obstante, hubo al parecer otras formas precursoras del haiku: chooka, tanka, sedooka, y especialmente el renga, canción encadenada, fruto de varios poetas, que vino a introducir un elemento festivo en la literatura japonesa. En todas estas formas aparecen los versos de 5 y de 7 sílabas en distintas concatenaciones, y también se va afirmando el concepto de estación. Vale la pena aclarar que la rima casi no se usa en este envase lírico tan peculiar; en cambio se ha empleado bastante en las traducciones.
Para esta revisión histórica, recomiendo especialmente el excelente y documentado estudio de Fernando Rodríguez-Izquierdo, El haiku japonés / Historia y traducción, 2a ed. Hiperión, Madrid, 1994 (es autor de diez o doce libros más sobre tema tan especializado) y, para no salir del aporte en castellano, diversos estudios y traducciones de Ricardo de la Fuente y Yutaka Kawamoto (Haijin. Antología del jaiku, Hiperión, Madrid, 1992), y Antonio Cabezas (Jaikus inmortales, Hiperión, Madrid, 3a ed. 1997), así como cuidadas traducciones, casi siempre en edición bilingüe, de autores de haikus como Matsuo Bashoo, Yosa Buson, Issa Kobayashi y Masaoka Shiki.
En América Latina, el estudio más serio y bien informado pertenece a la puertorriqueña Gloria Ceide-Echevarría: El haikai en la lírica mexicana, Ediciones de Andrea, México, 1967, basado en la tesis doctoral del mismo título, presentada en la Universidad de Illinois en 1965.
El gran maestro y creador de haikus es, sin lugar a dudas, Matsuo Bashoo, a quien Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya), dedicó su excelente estudio: Matsuo Bashoo, "Sendas de Oku", Barral Editores, Barcelona, 1970. No obstante, como bien señala Fernando Rodríguez-Izquierdo (ob.cit.,pág.65), "Bashoo no representa un corte radical con el pasado literario. Su formación estética e intelectual era muy profunda, y gracias a ella había asimilado el espíritu de la cultura del Japón. En haiku, él mismo se reconoce deudor de la escuela Dantin. Bashoo viene a reanimar el haiku, pero sin prescindir de tendencias que ya estaban insertas en su proceso de evolución".
Después de Bashoo, viene una larga nómina de autores de haikus: Onitsura (1660-1738), incluso una mujer, Chiyo (1701-1775), Taniguchi Buson (1716-1783), Issa Kobayashi (1762-1826). Ya en el siglo XIX aparece Masaoka Shiki, que después de tantos poetas religiosos, incorpora su presencia de agnóstico (ver: Masaoka Shiki, Cien haikus, traducción y presentación de Justino Rodríguez, edición bilingüe, Hiperión, Madrid, 1996).
Más cercano a Buson que a Bashoo y aunque sólo vive 35 años, Shiki es uno de los más notables autores de haikus. Ya en el siglo XX, una nueva tendencia, "Shinkeikoo", hace que los nuevos poetas japoneses se aparten del haiku clásico y su rigor tradicional.
Desde inicios del siglo XX, el haiku empezó a extender su influencia en poetas de Occidente, en especial el francés Paul Louis Couchoud y el inglés B. H. Chamberlain, así como algunos españoles. Pero sólo influencias. No era frecuente hallar en la lírica occidental (particularmente la parnasiana y la impresionista) la fiel transcripción de la célebre pauta 5-7-5. Ni siquiera en traducciones. En España, y tal como destaca Ricardo de la Fuente, aparecen rastros (sólo rastros) del haiku en los Machado, Juan Ramón Jiménez, Guillen, García Lorca y en particular Juan José Domenchina, autor de un haiku tan clásico como: "Pájaro muerto / ¡Qué agonía de plumas / en el silencio!"
En América Latina, el poeta más cercano al haiku fue indudablemente José Juan Tablada. No obstante, y como señala Ceide-Echevarría, "no intenta conservar las 17 sílabas del haikai [o haiku] japonés; en sólo tres de los poemas de Un día... se ciñe a las 17 sílabas tradicionales, aunque no a la distribución clásica de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas". Por otra parte, Tablada apela casi siempre a la rima, un recurso normalmente descartado por los poetas japoneses.
De todas maneras, la introducción del haikai efectuada por Tablada en la poesía mexicana, tuvo influencia en muchos otros poetas de ese país. Cabe mencionar a Rafael Lozano y otros postmodernistas; a José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Elias Nandino y otros "contemporáneos". También, y fundamentalmente, a Octavio Paz, y, en capas más recientes, Juan Porras Sánchez y Carlos Gaytán. Cabe destacar que la influencia del haiku en casi todos estos nombres fue más bien indirecta. Curiosamente, un sevillano, José María González de Mendoza, considerado mexicano porque vivió largamente en México, gran admirador de Tablada, es uno de los pocos que fue fiel a la clásica estructura del 5-7-5, como en este haiku: "El rojo acento / de tus labios me llama / donde me quemo", o en este otro: "Mi vida es muda / ni novia ni amistades... / ¡Ah sí! La luna".
Personalmente, no he estado en Japón ni conozco su lengua. Tampoco soy un experto en la historia y el desarrollo del haiku. Sí tengo bien leídos y disfrutados, en buenas traducciones, numerosos haikus en la pauta clásica, que es la que siempre me ha cautivado. Está de más decir que, por el mero hecho de presentar en este volumen, más de doscientos haikus de mi propia cosecha, no me considero un "haijin" (así se denomina en japonés al que escribe haikus) rioplatense.
Simplemente, el haiku clásico, como forma lírica, se me figuró siempre un desafío, tanto por su estructura fija como por su brevedad obligada, que lo hace aún más ceñido que, por ejemplo, el soneto, que en la poética española es tal vez la estructura clásica más rígida. Con sólo 17 sílabas y con una distribución invariable (5-7-5), el haiku es en sí mismo una unidad, un poema mínimo y no obstante completo. De ahí su visión instantánea, su condición de chispazo, a veces su toque de humor o de ironía. Bashoo dejó para la posteridad esta curiosa definición: "Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento".
También forma parte del desafío el hecho de que si bien el haiku ha encontrado en América Latina buenos y hasta excelentes traductores, en cambio ha tenido escasos cultores originales. Salvo el ya mencionado Tablada, los otros que se atrevieron con esa pauta lo hicieron muy tímida y esporádicamente. Y aun esos intentos ocurrieron casi exclusivamente en México y cercanías. El mismo Tablada, casi nunca se cinó a la pauta clásica, aunque debe reconocerse que sus mejores logros los obtuvo cuando no se evadió del 5-7-5, verbigracia: "Trozos de barro, / por la senda en penumbra / saltan los sapos". En Perú, está el caso singular de Arturo Corcuera, que en sus varias veces editado Noé delirante, sin incorporar ningún haiku propiamente dicho, revela una influencia muy bien asimilada, que le conduce a un libro original y chispeante.
En el Río de la Plata, y en general en América del Sur, el haiku ha sido casi ignorado como lectura (no olvidar al argentino Kazuya Sakai, que sin embargo fue en México donde publicó su libro Japón: hacia una nueva literatura, El Colegio de México, 1968) y por supuesto como género a cultivar. Una singular excepción es nada menos que Jorge Luis Borges, que fue un buen conocedor de la poesía japonesa. En 1972 ya había incorporado seis tankas en El oro de los tigres, pero es en La cifra (1981), libro dedicado a María Kodama, donde incluye 17 haikus originales, no traducciones (curiosamente la cifra 17 se corresponde con el número obligatorio de sílabas del haiku clásico), todos con la estructura fija heredada de Bashoo (5-7-5). Hay que senalar que en esos poemas mínimos de última hora hay algunos de notable calidad. A diferencia de Tablada, Borges, cuando elige el haiku, no se aparta ni una sola vez de la norma clásica.
En mi caso particular, es obvio que no me he puesto a imitar a poetas japoneses, ni siquiera a incorporar sus imágenes y temas preferidos. Apenas he tenido la osadía de introducirme en esa pauta lírica, pero no apelando a tópicos japoneses sino a mis propios vaivenes, inquietudes, paisajes y sentimientos, que después de todo no difieren demasiado de mis restantes obras de poesía.
Encerrar en 17 sílabas (y además, con escisiones predeterminadas), una sensación, una duda, una opinión, un sentimiento, un paisaje, y hasta una breve anécdota, empezó siendo un juego. Pero de a poco uno va captando las nuevas posibilidades de la vieja estructura. Así la dificultad formal pasa a ser un aliciente y la brevedad una provocativa forma de síntesis.
Ahora, con el perdón de Bashoo, Buson, Issa y Shiki, ya considero al haiku como un envase propio, aunque mi contenido sea inocultablemente latinoamericano. Y ya que en mi caso no se trata de traducciones, que a menudo exigen matices y variaciones formales que no figuran en la pauta tradicional, he querido que mis haikus no se desvíen en ningún caso del 5-7-5. Esta fidelidad estructural es, después de todo, lo único verdaderamente japonés de este modesto trabajo latinoamericano.
M.B.
Puerto Pollença, Mallorca-Madrid, 1999.
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si el corazón
se aburre de querer
para qué sirve
Rincón de haikús
M.B.
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El 2006 una nueva entrega poética de Benedetti vio el formato de libro. ADIOSES Y BIENVENIDAS es el título bajo el que se reunieron 84 poemas y 80 haikus en los que
Mario Benedetti ofrecía “una mirada autobiográfica sobre el paso del tiempo y un análisis de la infancia perdida y del futuro por recuperar.”
He aquí algunos fragmentos :
“está el miedo a la muerte que se junta
con el miedo a la vida”
“al menos por ahora hay que salvarse
hay que meter amor en la mochila
y andar por el futuro imaginario”.
“¿Qué inundaciones borran nuestras huellas?”
“un diafragma de amores
una broma sin gracia
una lluvia mezquina”
IMAGEN: Fotografía de fondo “cielo desde el avión” y fotomontaje por JAG
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LEI POR AHI QUE UN HAIKU ES EL RESULTADO DE UN ACUERDO ENTRE EL POETA Y EL MUNDO.
ResponderEliminarBENEDETTI TENIA PASTA PARA ESOS ACUERDOS Y PARA DECIR, CUANDO NO ESTABA DE ACUERDO, TAMBIEN.
6
los premios póstumos
se otorgan con desgana
y algo de lástima
7
y al laureado
no se le mueve un pelo
allá en su nicho
RINCON DE HAIKUS
Premiar al muerto
ResponderEliminarhomenaje alejado
tiempo perdido.
Todos son buenos
otorgan galardones
a calaveras.
Al laureado
reconocer en vida
muerto no escucha
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Si el corazón
no ama, seca raíz
no se nutrirá
Si no escuchas
el tic tac del corazón
no sientes amor
Si tu corazón
llora a todas horas
tienes depresión
Ama por amor
no odies para amar
úlcera saldrá
Veo que hay muchos escritores y poetas, que han tenido a lo largo de la historia encuenta los haukus. Pensé era algo contemporaneo.
SAludos
Ceci, hice un enlace con TMC
ResponderEliminarEstoy leyendo algunos de sus haiku ..
"contenido inocultablemente propio" dice, único ! si hasta creó palabras con la musicalidad necesaria.
85
solo más solo
qué hojarasca de solos
prójimos léjimos
Saludos.
Si Roberto, también en sus haikù, aguda ironía, humor .. inteligencia !
ResponderEliminarGenial Isa !!
muy buenos, graciasssssss.
Gracias Mimi, por el enlace.
Con M. Benedetti no se agotará nuestra posibilidad de adentrarnos en las diferentes formas del decir.
Besos a todos.
Haiku personal y autobiográfico:
ResponderEliminar"ENTRE VIVIR
Y MORIR, ELIJO
MORIR VIVIENDO"
Un saludo Cecilia, Roberto, Myriam...
Pd.: Myriam, os dejé mi comentario sobre el cuento de Ana Mª Matute, y también sobre "La sirena viuda"
Haiku personal y autobiográfico:
ResponderEliminar"ENTRE VIVIR
Y MORIR, ELIJO
MORIR VIVIENDO"
Un saludo Cecilia, Myriam, Roberto...
Malena
Pd.: Myriam, te dejé mi comentario sobre el texto de A.M. Matute, y también sobre "La sirena viuda".
de Mario:
ResponderEliminar32
puedo morirme
mas no acepto que muera
la humanidad
Hola Malena,
es todo un regalo y muy valioso, el último libro de Mario Benedetti. "Testigo de uno mismo", editado en agosto 2008 ..
Un abrazo!
cuando dias atras encontre el haiku de sokan lei acerca de poetas españoles que se inspiraban en estos breves versos
ResponderEliminarLuna de estío:
si le pones un mango,
¡un abanico!
—Yamazaki Sokán
(Éste de Sokán inspiró a Machado a escribir, aunque no haiku: A una japonesa / Le dijo Sokán: / con la luna blanca / te abanicarás, / con la luna blanca / a orillas del mar.)
. . . .
un intento :)
hoLa y aDiOs
Y eN MedIO dE eLLaS
tAnTas paLabRaS
gracias Maby !
ResponderEliminarpor la info, a propósito del comentario de Isa. Todos vamos conociendo un poco más ..
y por tu "intento" ! cierto.. muy cierto.
Un beso.
Este rincon especifico
ResponderEliminarnos va va llenando de saber,llenando de sonidos que salen desde muy dentro y de la historiano
no hay soledad
hay ausencias, distancias
poblemos vacíos
Saludos a todos
Hablas de Mario Bendetti y comparto contigo la opinión de que es un maravilloso escritor. Siempre lo leo en momentos trascendentes de mi vida.
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