domingo, 12 de junio de 2011

El haikú: el universo en una gota de rocío


Basho en bambú
trazó una mariposa.
Vuela su tinta.

Para algunos escritores el universo cabe en una gota de rocío. También miran el infinito en los ojos de un gato cuando resplandecen en la noche. Así Jorge Luis Borges descubrió el Aleph, punto de confluencia de todos los sitios, y otro iluminado, José Lezama Lima, el Tokonoma.

De modo similar el haikú es una llave que nos permite acceder al ámbito donde el vacío ocupa la materia y el tiempo se detiene gracias al estado de iluminación poética que en tan breves límites se produce. Imaginemos los jardines Zen de Japón: unas pocas piedras, unos cuantos trazos, dos o tres árboles sugieren el vasto mundo. Frente a ellos podríamos decir:


Jardín Zen
Las rocas ocupan
el sitio que les corresponde,
la primacía de una cumbre
no tiene importancia
frente a la precisión de lo breve.
Dos o tres árboles
o ninguno,
tal vez la brisa que recuerda
a las hojas del otoño.
La luna tiembla en el estanque
y hay pausas donde se abisma el vacío.

Lo ideal sería
gozar ante la página en blanco
—en su jardín Zen—
que el lápiz rastrilla.
Y así, detrás de las palabras,
hallar la permanencia.




Llega el haikú del milenario Japón y enraíza su bonsai en la lengua española. Conserva su carácter de miniatura —3 versos, 17 sílabas—. En ellos, la visión se ciega y habla con los otros sentidos: los del cuerpo y el alma transfigurados por el misterio en esta alquimia verbal y metafórica.











Si la libélula
tropezara en mis manos:
sol, tierra y cárcel.
(Angel Ketz Chan. 16 años)

Hay aquí una riqueza sugestiva propia de los que sueñan despiertos: el sol es el brillo de las alas de la libélula; la cárcel, las manos que la atrapan; la tierra, el color de esas manos. Y la libélula pudiera ser la poesía que las manos persiguen vanamente. Asoman otras interpretaciones, tantas como lectores.

Fue Mastsuo Basho quien elevó esta género poético a su mayor altura, aunque hubo otros cultivadores no menos notables: Sokan, Buson, Issa, Shiki. Matsuo Bonefusa adoptó el seudónimo de Basho porque sus discípulos lo llamaron con el nombre de un árbol muy apreciado en Japón. Y bajo sus ramas atendieron sus lecciones de amor a la naturaleza. Los puedo imaginar caminando por el bosque detrás de su maestro o sentados en torno a él. De improviso una libélula se posa en un gajo, el más despierto de sus alumnos exclama:


Exenta de alas
esa roja libélula
sería gajo.

A lo que el maestro responde: "¡No! ¡No!", y corrige:


Si un par de alas
brotaran a ese gajo
sería libélula.

Esto, porque la poesía torna ágil lo estático, vuelve hermoso lo cotidiano. El haikú crea, con una descripción concisa, cierto estado de ánimo. Evoca, a través de una imagen, todo un mundo de sugerencias, captura en el instante los atisbos de eternidad.

Octavio Paz, al comentar esta forma poética breve, asienta:


Desde un punto de vista puramente retórico el haikú se divide en dos partes, separadas por una palabra cuchillo: kireji. Una da la condición general y la ubicación temporal y espacial del poema (otoño o primavera, mediodía o atardecer, un árbol o una roca, la luna, un ruiseñor); la otra, relampagueante, debe contener un elemento activo. Una es descriptiva y casi enunciativa; la otra, inesperada (...). El haikú se convierte en anotación rápida, verdadera recreación de un momento privilegiado: exclamación poética, caligrafía...

Ejemplifico:


Elemento descriptivo o enunciativo: la telaraña.
Elemento activo e inesperado: es el hilo de plata / que teje el viento.

Es la atmósfera espiritual, sin embargo, la dádiva del haikú al Occidente. Detener nuestra vertiginosa vida diaria para contemplar una flor que aroma la orilla de un estanque, armarnos de saludable paciencia para recorrer con los ojos del alma los hilos de la telaraña que se irisa con el sol mañanero, degustar la gota de miel de sus tres renglones. Qué remanso para nuestro vertiginoso vivir este prodigio de orfebrería verbal que nos legó Japón y aclimató en México el poeta modernista José Juan Tablada.

Escribir haikú apacigua. Para crearlos hay que ejercitar una aguda observación, paciencia y amor por plantas, animales y paisaje. La simplicidad rinde los mejores frutos; la metáfora debe emplearse moderadamente. Basho definió el haikú de este modo:

Es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento.

Y en el momento en que escribía estas consideraciones bajó una mosca a la página llena de tachaduras, flechas, enmiendas y asertos. La mosca es un haikú viviente, ubicua criatura de la muerte y de la vida. Recordé uno de la escritora mexicana Gabriela Rábago Palafox:


Caligrafía
camino de la mosca
sobre la tinta.

Y encontré uno más de Shiki:


¿Venís a picar
mis ojos aún con vida?
¡Moscas, callad!


No resisto la tentación de leerles algunos que salieron de mis manos y que sembré en la página:


Para el murciélago / dormido boca abajo / el día es noche.
Sed de la llama, / sed de la llama un grito, / Ah, mariposa.

Traduce el agua / al oído del niño / versos de Issa.

Puesto en palabras / quizá una flor sería / la faz del alma.

Cáliz en flor, / también en un haikú / cabría Dios.

Autor:
Ramón Iván Suárez Camaal


http://www.letralia.com/20/en01-020.htm


14 comentarios:

  1. Cuan más paseo por tu casa más me doy cuenta cuán lejos estoy del haiku... jeje, aprenderé y seguiré intentando ;-))

    BESIKOS Y FELIZ DOMINGO!!

    NAMASTÉ :))

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  2. Cada vez que entro y leo, me nutro de aquello que necesito. Cuando busco la reflexión sobre las letras, entro aquí, me relajo y respiro. Luego el efecto sobre la lectura sé que llegará cuando lo busque.

    Gracias por vuestros artículos.

    Besos

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  3. Myriam, es un placer volver a esta página. Aprender de sus muchas enseñanzas. Reflexionar y adentrarse en los haikus. Ya te extrañaba. Gracias Myriam.

    La brisa añade
    una sonrisa dulce
    a la mañana.

    Julie

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  4. Por fin llegaste ,la verdad que en cuanto te he visto en Blogger escritorio he sentido una gran alegria...y como siempre tu entrada nutre
    el espiritu y encauza el deseo de caminar cerquita , muy cerquita del haiku como inspiración y guia, Bienvenida y bienhallada ,un
    abrazo de begoña

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  5. Veremos si este comentario logra llegar...
    Antonio Gabriel Guzzo.
    En este y otros blog me sucede que he perdido varios comentarios... Me alegra ver brillar de nuevo los post. un abrazo para todos/as
    insistire luego con haykus y tankas

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  6. El ejemplo de la libelula y el gajo es muy afortunado.

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  7. Myriam, se ha hecho muy largo todo este tiempo sin vuestra preciosa luz y sin esas letras maravillosas de la brevedad... Bienvenidas!

    Al igual que Julie y Antonio tengo problemas para comentar con mi perfil de Blogger.

    Un abrazo a todo el grupo.

    Luz

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  8. ya
    adivinen... debajo de la calve hay un tilde donde dice "no cerrar cesión" pues deben quitar el tilde

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  9. De mi participacion en Kukai Hela de marzo

    rompen pájaros
    silencio de caballos
    ciudad con frio.

    los pájaros se adueñaron de la ciudad donde ya no entran los caballos y es invierno.

    Saludos Miryam
    el rescoldo, el abrigo de este blog, permanecerá...
    Abrazos a todos

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  10. Muchas gracias a todos.

    Antonio, me parece que la solución aportada es la correcta, gracias.
    Me alegra saber que has participado en el Kukai de Hela, ahora hay una nueva convocatoria, que he compartido.

    Abrazos a tod@s.

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  11. Me satisface que hayamos podido contactar de nuevo y espero y deseo que los c omentarios de ida y vuelta se normalicen y fluyan con normalid. Para mi, al menos, es importante y por eso insisto, con la idea de hacer ver que para mi es importante, siempre, por supuesto, desde la libertad. Un beso

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  12. Querida Myriam:

    Siempre un lujo estar por aquí y llevarme un ramillete de elementos que me ayudan a comprender y aprehender este arte y así intentar escribir algunos textos.

    Un abrazo y gracias

    Namasté!!! _()_

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  13. Gracias por el mensaje Antonio Fernández.

    Gracias por el comentario J.C.

    Abrazos.

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