jueves, 28 de octubre de 2010

Hokku

* Por David Coomler

Hokku no es haiku, y viceversa.

Muchos todavía se confunden por el descuidado e indiscriminado uso y mezcla de los términos hokku y haiku, tanto en el material impreso como en Internet. ¿Son lo mismo? ¿Son diferentes? Es importante saberlo, porque la supervivencia del hokku depende de entender exactamente lo que es, de manera que no lo confundamos con todas las estrofas similares en lo superficial, que se amparan bajo el término genérico haiku.

Sin entrar en una descripción detallada, podemos decir que hokku es un poema corto que alcanzó verdadera popularidad primeramente cerca del inicio del siglo 16. Sin embargo, para nuestros propósitos, el hokku tal como lo conocemos, comenzó con los escritos de dos personas: Onitsura (1661-1738), que no dejó estudiantes para continuar su trabajo; y Bashô (1644-1694), que sí tuvo seguidores, y por eso se hizo mucho más conocido. Desde la época de Onitsura y Bashô hasta justo antes de la época de Shiki (1867-1902), el tipo de estrofa era conocido como hokku.

El haiku, como se conoce hoy en día, no existió hasta que fue creado por Masaoka Shiki hacia el final del siglo 19.

Debería ser obvio, entonces, que alguien que hable de los “haiku” de Bashô, o los “haiku” de Buson, o Issa, o Gyôdai, o cualquiera de los otros primeros escritores de hokku, está hablando tanto inexacta como anacrónicamente. Ese es un simple hecho que cualquiera puede comprobar.

¿Por qué, entonces, tanta gente persiste en la terminología inexacta y anacrónica, pretendiendo que hokku y haiku son lo mismo? Hay dos simples razones. La primera está en los intereses de las organizaciones de haiku moderno, que han confundido haiku con hokku durante tanto tiempo en sus publicaciones, que sería vergonzoso hacer la corrección. Después de todo, ¡fueron los fundadores de la Haiku Society of America quienes intentaron hacer que el término “hokku” se declarara obsoleto!

La segunda razón es comercial. Escritores letrados que están mejor informados, a veces usan mal “haiku” al referirse a hokku simplemente porque ellos o sus editores, o ambos, quieren vender más copias, y es un sencillo hecho demográfico que más personas han oído hablar de “haiku” que de hokku.

El resultado es la perpetuación de una inexactitud que es conocida por todos al ser un error entre los estudiosos. No existe razón, por lo tanto, para no corregir el problema y usar la terminología precisa. Bashô no escribió haiku, ni ninguno de los otros escritores hasta el final del siglo 19, porque “haiku”, como se conoce hoy en día, simplemente no existió hasta entonces.

Shiki comenzó la confusión de términos casi trescientos años después de Bashô. Fuertemente influenciado por el pensamiento occidental en el arte y la literatura, decidió “reformar” el hokku, al separarlo de sus raíces espirituales y divorciarlo por completo de las estrofas encadenadas, en donde el hokku anteriormente se usaba como estrofa de apertura. Hasta ese momento, el hokku podía aparecer ya sea como estrofa independiente o como la primera de una secuencia de estrofas. Tras Shiki, su nuevo “haiku” —con un nombre elegido específicamente para enviar el hokku al olvido— sólo podía aparecer de forma independiente, porque él no consideraba que la estrofa eslabonada fuera legítima “literatura”.

Las reformas de Shiki dañaron al hokku, pero el resultado pudo no haber sido tan serio si no hubiera habido cada vez más escritores radicales persiguiéndolo, siguiendo su impaciente costumbre de innovación. Tanto en Japón como en Occidente, aparecieron escritores que continuamente remodelaron el nuevo “haiku” a formas que lo llevaron más y más lejos de las pautas y la estética del viejo hokku. Así, con el tiempo, hokku y haiku crecieron cada vez más separados.

Esta tendencia sólo se aceleró por los escritores occidentales, que desde el principio entendieron y percibieron erróneamente el hokku, combinándolo con sus propias nociones sobre la poesía y los poetas. Así que cuando a su vez comenzaron a escribir haiku, confusamente lo presentaron al público como “lo que escribió Bashô”, cuando, por supuesto, no tenía casi nada en común con el hokku de Bashô, salvo la brevedad.

Hoy, de hecho, la tradición del haiku moderno occidental, que virtualmente fue creado en la década de 1960, se ha vuelto tan variada que no es inexacto decir que el haiku hoy en día es todo lo que un escritor individual considere que sea. Si un escritor llama a su poema “haiku”, es haiku. No hay criterios universalmente aceptados que definan al haiku, por lo que en la actualidad, en el idioma inglés, no es más que un término global, un cajón de sastre, para poemas cortos de aproximadamente tres líneas. En realidad, un haiku moderno es a menudo simplemente una estrofa libre.

Esto se contrapone en gran medida con el hokku, que tiene principios muy definidos y patrones estéticos heredados —incluso en inglés y en otros idiomas— de la antigua tradición del hokku, gracias a lo cual puede seguir siendo llamado por el mismo término. El hokku moderno conserva en esencia la estética y los principios del antiguo hokku, mientras que el haiku moderno, es un nuevo tipo de poema con normas muy variables en función de los caprichos de cada escritor.

Esta situación ha resultado en una gran cantidad de ira no siempre bien reprimida, entre los escritores de haiku moderno. Los foros de haiku en la red tienen mala fama por los altercados y sañas. Hay muchas razones para ello. En un formato que permite a cada persona ser su propio árbitro de lo que es o no es “haiku”, es inevitable que haya innumerables desacuerdos y ásperas fricciones entre aquellos que sólo consideran su propia versión de “haiku” superior. Y, por supuesto, casi todos ellos están muy en contra del reavivamiento del antiguo hokku, que pensaban había sido silenciosamente enterrado y olvidado; porque (por alguna razón), encuentran que un poema con una legítima conexión al antiguo hokku, y con claras normas y principios y estética, (de alguna manera) amenaza a su sentido occidental del poeta como vanguardista, revolucionario, intelectual. El resto se lo dejaré a los psicólogos.

Ergo, hoy en día la situación es la siguiente: Existe el hokku antiguo, practicado desde el tiempo de Onitsura y Bashô hasta la época de Shiki. Esta tradición del hokku hoy continúa entre algunos de nosotros que todavía lo practicamos como un poema corto, estacional, basado en lo espiritual, vinculado a la naturaleza; y como una forma de vida. Pero también existe la mucho más conocida y difundida nueva tradición del haiku, que comenzó hacia el final del siglo 19 en Japón, y que se puso en marcha en inglés en la década de 1960 hacia el oeste. El haiku moderno no requiere base espiritual, ni tampoco tiene necesariamente una conexión con la naturaleza o las estaciones. Tampoco tiene necesariamente nada que ver con el estilo de vida de uno, o cómo uno ve el universo y el lugar de los humanos en él.

Cualquiera sea la situación moderna, el hokku y el haiku son hoy dos formas poéticas diferentes que no se deben confundir en el uso académico ni en el uso popular. El Hokku y el haiku están relacionados históricamente —porque el hokku moderno es una continuación del hokku antiguo, y el haiku moderno evolucionó a partir del hokku antiguo—, pero aún así están separados y son distintos en la práctica y en la estética. Y con un movimiento en marcha al haiku moderno para finalmente descartar incluso el nombre de “haiku” —dejando simplemente una forma libre y corta de poesía que se le puede llamar como sea que el escritor desee llamarle—; el hokku más que nunca se aparta de todo eso hoy llamado “haiku”.

Ante esta situación, la existencia hoy en día tanto del viejo hokku basado en la naturaleza y las estaciones, y de la más nueva e innovadora tradición del haiku, depende del individuo; es ella o él quien elije el que prefiera, pero aún así es importante utilizar la terminología adecuada y precisa para cada uno —hokku para unos, y haiku para otros—.

En cuanto a mí, sigo la antigua tradición del hokku, porque me parece no sólo más profunda en comparación con la superficialidad de la mayoría de los haiku de hoy, sino también me parece mucho más satisfactoria en su pureza espiritual, su falta de egoísmo y su íntima conexión con la naturaleza y las estaciones.


¿Qué importa el nombre que le demos?

Siguiendo el pensamiento de lo anterior, ¿qué importa si llamamos a la estrofa que escribimos hokku, o haiku, o incluso de otro modo, mientras sea una buena y apasionada estrofa?

Importa muchísimo. Aparte de la simple cuestión de la exactitud histórica —que requiere el uso del término hokku—, está la cuestión de la definición exacta. Si en una clase de elaboración de pan, el profesor descubre que cada vez que dice “pan”, lo que sus alumnos realmente escuchan es “pizza”, entonces esa va a ser una clase muy desordenada. Descubrí esto por experiencia, cuando recién empezaba a enseñar hokku.

Cada vez que decía: “En el hokku se hace esto…”, lo que muchos de mis alumnos entendían era “En el haiku se hace esto…”, Traían todos su bagaje de lo que sabían del haiku al aprendizaje del hokku, y eso estuvo constantemente obstruyendo el proceso de aprendizaje. Para salir de este dilema, primero tenían que darse cuenta de que hokku y haiku NO es lo mismo, que el hokku tiene principios, patrones, y estética bien definidos, y que el haiku, por el contrario, es un término general para una gran cantidad de tipos de estrofas, con una amplia variedad de patrones y estética —tan amplia, de hecho, que un haiku se ha convertido en prácticamente todo lo que cualquier escritor decide llamar haiku—.

Lo importante en esto era comenzar a deshacer toda la confusión y ofuscación causada por las sociedades y libros de haiku, y por expertos auto-fabricados en la segunda mitad del siglo 20. El primer paso era muy básico —darse cuenta de que uno ha estado engañado—, que Bashô no escribió haiku, ni cualquiera de los otros implicados en el mismo tipo de estrofa, en los más de 200 años que precedieron la introducción del haiku al mundo por Masaoka Shiki, cerca del final del siglo 19.

Me asombró lo sorpresivo que era esto para los entusiastas del haiku, cuando por primera vez comencé a decirlo en público hace años. Al principio, simplemente no me creían, y se preguntaban: “¿Puede ser cierto? ¿Bashô realmente llamaba hokku a sus famosos poemas, y no haiku?” Así es como el público había sido engañado ampliamente por las “autoridades” del haiku escrito en la segunda mitad del siglo 20.

Si Bashô no escribió haiku, sino que claramente llamó hokku a lo que escribió —en el contexto más amplio del haikai—, entonces ¿por qué todos en la comunidad del haiku moderno pretendían que eran de alguna manera sucesores de Bashô, cuando no escribían el tipo de estrofa que él escribió, y ni siquiera lo llamaban por el mismo nombre? Todo se remonta a la confusión masiva impuesta al público en el siglo 20 por los escritores de las sociedades de haiku que decidieron simplemente ignorar el pasado y volver a rehacer el poema de acuerdo con sus propios preconceptos occidentales sobre poetas y poesía.

Pero teniendo en cuenta todo eso, ¿qué pasa con la idea de que no importa como sea llamado un poema, mientras sea un buen y apasionado poema?

Lo que sea una buena estrofa depende de lo que la estrofa esté destinada a ser. Un buen jingle comercial no es probablemente un buen soneto. Un buen soneto no es probablemente una buena cuarteta. Una buena cuarteta no va a ser un buen hokku. Esto es simple lógica, de la misma manera sabemos que una buena pizza no es a la vez un buen pastel. SÍ importa cómo se llama a las cosas, lo cual es por qué el lenguaje es útil y no simplemente confuso.


Y en cualquier caso, el hokku NO es limitante. Si se quiere escribir algo que no se ajusta a las normas y estética del hokku, uno es libre de escribir en cualquier formato de estrofa que se desee, al igual que si se quiere añadir ajo y salsa de tomate y mozzarella a una receta de harina, no se le puede llamar “torta”, pero sin duda se le puede llamar pizza.

En resumen, la mayoría de las quejas que se oyen de los entusiastas del haiku moderno sobre el hokku son simplemente absurdas, que reflejan una falta de lógica básica, una ausencia de pensamiento claro. Llamar al hokku por su verdadero nombre, es históricamente exacto y preciso por definición. Llamarlo “haiku” es históricamente inexacto, engañoso, confuso y anacrónico. La mejor elección es obvia.

Una vez que se dejan de lado tales protestas poco meditadas, se es libre de explorar todo lo que es el hokku, en lugar de deambular en un laberinto de confusión causado por la mezcla de todo lo que no es. Así que este asunto básico de la terminología —llamar las cosas por su nombre— es, como Confucio señaló, de vital importancia. Para escribir hokku debemos conocer todo lo que pertenece al hokku, sin mezclarlo con todo lo que pertenece a otros tipos de poesía, como el haiku. Entonces uno puede dar los primeros pasos para aprender a escribir en la tradición de Bashô, Gyôdai, Taigi, y todos los otros escritores de hokku desde el siglo 17 hasta el final del 19 —y de los escritores de hokku moderno que siguen la tradición hoy en día—.

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David Coomler [Oregon, EE.UU.], desde hace mucho es autor y profesor de hokku. Fue el primero que comenzó a enseñar de forma activa el hokku en Internet, muchos años atrás. Él hace especial hincapié en distinguir el hokku —el antiguo y el nuevo— de su vástago, el haiku moderno. También de especial importancia en su enseñanza es el enfoque a la naturaleza, y el lugar de los seres humanos dentro y como parte de ella, lo que considera muy significativo en el actual período de crisis ambiental. Él mantiene la tradicional conexión del hokku con el cambio de estaciones, aunque con una actualización y simplificación más adecuada al hokku escrito fuera de Japón, en otros idiomas aparte del japonés. Coomler subraya la importancia de la escritura en el contexto del medio natural en que se vive, y que el hokku, en cualquier país e idioma que sea escrito, debería ser una planta nativa creciendo en un suelo nativo.

Su sitio web en inglés es: http://hokku.wordpress.com/














1644-1694

umi kurete
kamo no koe
honoka ni shiroshi

Se oscurece el mar.
Las voces de los patos
son vagamente blancas.


















Masaoka Shiki
1867-1902

Qué distinto el otoño
para mí que voy
para ti que quedas

.

domingo, 24 de octubre de 2010

Rengay

[Estas notas se reproducen con el permiso del autor ]

"Así que vamos a empezar desde el principio.
Rengay se introdujo en la primera sesión de renku (*)de América, en agosto de 1992 en Foster City, California.
El día anterior al evento le mostré a mi amigo Michael Welch la línea de lo que parecía la forma. Él estaba ansioso de probar uno. Yo había estado explorando alternativas de renku.
Yo sabía que quería una forma que fuera capaz de permanecer en el momento como un haikú y con la perspectiva de dos ( o tres) escritores sobre el mismo tema.

El rengay como el haiku confía en la escritura sugerente. Echemos un vistazo a la estructura:

Dos (o tres) escritores participan en la producción de un poema de seis estrofas vinculadas.
El primer escritor comienza con una de tres versos.
Supongo que esto también podría ser llamado el hokku. Entonces éste es seguido por el segundo escritor con una estrofa de dos versos.
Una vez más el primer escritor contribuye con una tercera estrofa de tres versos.
Luego, el segundo escritor escribe una estrofa de tres líneas, seguido por el primer escritor con una estrofa de dos versos.
Nuevamente el segundo escritor hará una estrofa final, de tres versos.

Así, entonces para dos escritores la progresión es la siguiente:


A-3, B-2, A-3, B-3, A-2, B-3

A y B son los esritores
y los números indican la cantidad de versos que escribe cada uno.

Es muy importante tener en cuenta que cada estrofa es en realidad un haikú, de tres versos - tradicional - o de dos, de siete sílabas en este caso, como en un tanka.
Estos dos versos son el "pegamento" que mantiene la unidad del rengay.


El rengay permite explorar un tema o un evento. Son muy eficaces para celebrar una ocasión especial como una boda (**)

Formas de abordar el tema o el tema central de un rengay:

Cada pareja puede sugerir un tema de su interés, como escribir acerca de un cierto tipo de ave o de un color como el azul o cosas que son de color azul. O se puede tomar un paseo o caminata y escribir sobre alguna experiencia para compartir, o simplemente ofrecer a la otra parte versos hasta que uno es aceptable por las dos.


El título puede ser casi el remate para poner el poema de nuevo en su
comienzo. No es hasta que se haya leído todo el poema que pueda entenderse el tema principal desde dos ángulos diferentes y darse un título.

Saludos cordiales, Garry Gay "



(*) Renku ( 連句 , "linked verses" ) forma japonesa de poesía en colaboración entre varios autores.
(**) costumbre muy arraigada en U.S.A.
.......................................



En el siguiente enlace hay un ejemplo ( en inglés)
un rengay por
Cherie Hunter Day y Garry Gay

http://www.brooksbookshaiku.com/ggayweb/ggay52.html





















cropped photograph--
leaving my shadow
on the darkroom floor

from the bottom of the tray
your smile slowly develops

pulling me closer
in front of the camera ...
first date

pinned
on the bulletin board
your snapshot

a roll of negatives .
the brightness of your dark eyes

self-timer
I join you
in the photograph

. . .

Una versión absolutamente libre del poema anterior:

el revelado-
dejo mi sombra en el piso
del cuarto oscuro

desde el fondo de la bandeja
tu sonrisa crece

y en la cámara
me lleva lentamente
al primer momento ..

en el tablero
puedo ver aquel disparo
original

rollo de negativos ..
el brillo de tus ojos oscuros

el temporizador,
me uno a tí
en la fotografía ..



El siguiente Rengay titulado
Hammerhorn Lago
es otro ejemplo, en este caso la descripción de un sitio que está siendo compartido:

una libélula
atrapada en el barro-
lago de montaña

una lagartija al sol
y el nadador de un bote

en la montaña
una nube pequeña
y su reflejo

cañas de pesca
y ondas separadas en el agua
flota un nenúfar

blanquecinas conchas
crujiendo bajo los pies

ahora el viento
amaina, el sonido
de un grillo


Michael Dylan Welch, John Thompson & Garry Gay
fuente:
Brooks Books © 1999 Garry Gay
.

jueves, 21 de octubre de 2010

tanka















fotografía: anoche te soñè
Cecilia
http://nuestroarteamigos.ning.com/photo/anoche-te-sone?context=user


Cuando te sueño
el color de la noche
se nos parece.
Son de carmín los pétalos
que humedece el rocío.

Cecilia
.

martes, 19 de octubre de 2010

post dedicado




Dante Carlini
María Isabel Ferrá
San José de Mayo
R.O. del Uruguay

















Esta fotografía la hice el día 24 de mayo, en la ciudad de Montevideo.



puede caber
en una hoja amarilla
¡ todo el otoño!

Cecilia



Con muchísimo cariño dedico este post a AomaraLuz, que cumple años en la estación dorada.
.

lunes, 18 de octubre de 2010

Kigo

En la entrada anterior mencionábamos, entre las características internas principales en un haikú clásico, que van más allá de su forma arquetípica de 17 sílabas en tres versos la presencia de un kigo, o palabra de estación.

Es la que sitúa el poema en determinado momento del año según las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno; mismo que sirve para acentuar el aquí y ahora de quien lo escribió. Por ejemplo:

barrer la acera -
algunas jacarandás
florecen antes

En donde el kigo es "jacarandás" por ser un árbol que tipicamente alcanza su esplendor al comienzo de la primavera. Al respecto cabe mencionar que según la propia historia del haiku y sus máximos representantes, no todos los haiku deben tener kigo, pues ello dependerá de lo que el poeta desee expresarnos y su contexto. Lo que si, es que siempre son escritos de tal forma que el tiempo presente resuene en la mente del lector.

Siempre se hace hincapié en la temporalidad que debe reflejar el haikú. El Kigo puede ser una fecha, como el cumpleaños del emperador; o una semana determinada Gishi sai , (primera semana de abril) o un mes completo “kugatsu” (septiembre) o toda una estación “Aki” otoño; también un fenómeno meteorológico, un animal o una flor determinada y un increíble etcétera.


"Ha sido tradicional mantener una alusión dentro del haiku a alguna de las estaciones del año, ya que en el transcurso de cualquiera de ellas la naturaleza adquiere un carácter especial, distintivo, que hace de nexo entre el instante captado y el flujo natural de la vida cósmica. Hoy en día ya no se considera necesaria, si bien suele flotar en el haiku gracias a cualquier detalle que a través de él se observe.
En el interior de este requisito contra el que se han revelado algunos escritores de haiku, también habita una paradoja. Porque aunque puede ser interpretado como una restricción, mi impresión es que se trata de un ejercicio para estimular el músculo de la percepción, para aguzar la vista y abrirnos a los cambios y signos más imperceptibles que nos rodean. A su favor está también la concisiòn (que, según Rodríguez-Izquierdo, reúne los elementos dispersos de la intuición). Especialmente en una sociedad como la nuestra que olvida los hechos más naturales y sencillos, aquellos que la intervención del ser humano no puede alterar, los cambios estacionales nos dan la medida de nuestra soberbia al soñarnos omnipotentes, importantes, imprescindibles.
Lo que la naturaleza transmite a través de las estaciones es, según Bashô: "la verdad inmutable en forma cambiante".


Acerca de este tema:
Fernando Rodriguez-Izquierdo
Universidad de Sevilla
http://www.elrincondelhaiku.org/pub_int_haikucam31.php





















fotografía:
Cecilia en


Los girasoles
ofrecen sus semillas,
de forma impúdica.

Dayo.















fotografía obtenida en la red


Blanco y aroma
Las ramas del naranjo
Presagian frutos

DECR (Dante)
















fotografía:
Manuela en

Tan suave el viento..
apenas tiembla la hoja
antes de caer.

Cecilia


jueves, 14 de octubre de 2010

shasei

parece intacta
la camelia en la grava,
pero está muerta

Cecilia




En entradas anteriores, en apretada síntesis hemos visto acerca de los orígenes del Haikú y parte de la obra de los considerados grandes maestros.
Mucho más complejo es tratar de abordar el tema que podemos llamar, en forma genérica, "El haikú en Occidente".

Para comenzar, un interesante artículo publicado por il.balán, DF México:


Qué es un haikú ?

Haiku es un poema muy breve y sin título de origen japonés que consta generalmente de 17 sílabas distribuídas en tres versos de 5-7-5 respectivamente. Hoy en día se escriben en más de 70 idiomas y la meta de todo buen haiku es expresar lo que se conoce como "momento de haiku", el cual no es otra cosa que un instante compartido entre autor y lector que es capaz de tocarnos lo más profundo de nuestra conciencia a partir de lo sugerido por el poema.

akikaze ya
ishi tsunda uma no
ugokazaru

Viento otoñal.
No se mueve el caballo
que carga piedras.

Midori-Yo

Además de dicha forma que en la actualidad no siempre se sigue, el haiku posee una serie de reglas internas que muchas veces no son aplicadas por los autores occidentales. De ahí que se afirme que para que el momento haiku aparezca en nosotros los lectores, no basta con que el autor escriba cualquier impresión subjetiva siguiendo este patrón silábico como se hace en la poesía occidental mediante metáforas y rimas. Hace falta que el contenido del haiku cubra con ciertas caracteristicas de apertura para que cada lector lo pueda interpretar a su libre criterio.
Para que lo anterior ocurra, en haiku lo más importante es lo que el autor insinua a través de sus palabras, es decir, lo no dicho que cada lector interpreta entre líneas según su propia experiencia. Por eso el binomio autor-lector es tan importante para que el haiku logre su objetivo: emocionar.

Se dice que el haiku clásico tiene dos características internas principales que van más allá de su forma arquetípica de 17 sílabas en tres versos:

1. La presencia de un kigo, o palabra de estación que situa el poema en determinado momento del año según las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno; mismo que sirve para acentuar el aquí y ahora de quien lo escribió. Por ejemplo:

barrer la acera -
algunas jacarandás
florecen antes

En donde el kigo es "jacarandás" por ser un árbol que tipicamente alcanza su esplendor al comienzo de la primavera. Al respecto cabe mencionar que según la propia historia del haiku y sus máximos representantes, no todos los haiku deben tener kigo, pues ello dependerá de lo que el poeta desee expresarnos y su contexto. Lo que si, es que siempre son escritos de tal forma que el tiempo presente resuene en la mente del lector.

2. Otro aspecto, incluso más importante que el anterior, es el uso del kire o rompimiento de versos que se trata de una técnica sobre cómo escribir un haiku a través de su propia estructura de tres versos, y en donde lo que se busca es la yuxtaposición de dos imágenes cuya chispa produzca en nuestra conciencia "eso" que nos destape algún tipo de emoción.
El kire se consigue "rompiendo" los tres versos que componen el haiku mediante algún cambio de ritmo o contenido que lo divida en dos imágenes que se contrapongan y complementen entre si. Por ejemplo:

tiempo de lluvias -
los zapatos de un mendigo
hacen "nac-nac"

En donde el kire se ubica al final del primer verso (por eso, el guión) para que los dos versos restantes saquen esa "chispa" que nos lleve a sentir el ya mencionado momento de haiku.

Además de estas dos características básicas existen algunas otras que son consideradas por cada autor para la efectividad del haiku, como la ausencia de ego o cualquier juicio personal que enturbie la visión nítida de lo descrito, no utilizar métaforas ni rimas, procurar el tiempo presente y otras tantas que en suma lo que pretenden es arrojar la imagen más clara posible (shasei = las cosas tal cual son) para que cada lector pueda sentirla a su manera a partir de los elementos presentados.

martes, 12 de octubre de 2010

libélulas

Dice el poeta Saryu: “Sin pincel / el sauce pinta el viento”. Aquí este autor describe el viento, que, por su propia esencia, no puede ser visto, a través de su acción en los árboles. Vemos, literalmente, el viento en los sauces.

Éste es uno de los muchos ejemplos que podemos poner de un haiku típicamente japonés, el haiku clásico Zen que data del siglo XV y que fue perfeccionado a lo largo de los tiempos, hasta llegar a formar parte de la lírica occidental y contemporánea como una de las estrofas más apreciadas y cultivadas por los más variados poetas en todo el mundo.

Grandes cultivadores del género fueron Basho, Buson, Issa, Chiyo-Ni, Shiki, Moritake o Soseki, entre otros.

Chiyo- Ni es una mujer japonesa que nace en el siglo XVIII y es considerada la mejor compositora de haikus del sexo femenino. Se casó muy joven, a las diecinueve años, y quedó viuda a los veintisiete. Un año después, perdió a su único hijo. Éste es uno de sus haiku más conocido, en el que rememora al niño perdido, su cazador de libélulas. La madre todavía siente nostalgia el tiempo en el que el pequeño se perdía y tenía que ir a buscarle. Las libélulas, además, con sus cortos vuelos, de flor en flor, sugieren la corta vida del hijo.

“Mi cazador de libélulas
¿Hasta donde se me habrían extraviado hoy?”

Chiyo-Ni


Nacida en Mato , Provincia de Kaga (ahora Hakusan , prefectura de Ishikawa ) hija de un enmarcador de imágenes, Chiyo-ni comenzó a escribir poesía haiku a los 7 años. A los 12, se convirtió en discípulo del gran poeta Matsuo Basho , y por la edad de 17años se había vuelto muy popular en todo Japón por su poesía.
Sus poemas, aunque en su mayoría se ocupan de la naturaleza , se enfocan hacia una unidad de la naturaleza con la humanidad.

Hoy en día, la "gloria de la mañana" es la flor favorita de la gente de su ciudad natal, porque ella dejó una serie de poemas a esa flor.

morning glory!
the well bucket-entangled,
I ask for water

la campanilla (gloria de la mañana)
y un balde en el pozo enredado,
pide por el agua !

(Trad. Donegan y Ishibashi del japonés al inglés)


El templo Shokouji en Hakusan contiene una exhibición de sus efectos personales.





















Chiyo-ni de pie junto a un pozo. Este grabado en madera de Utagawa Kuniyoshi ilustra su famoso haiku : encontrar un cubo enredado en las viñas de una campanilla .. que se vaya en pos del agua, en lugar de molestar a la flor. ..

......................

La banda de rock estadounidense Red House Painters ha adaptado uno de los haiku de Chiyo para el coro de su canción "Libélulas".